Capitulo 31: Una Nevada Calurosa

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El bosque Mortem que traducido al español significa muerte, era un paisaje definitivamente hermoso pero a la vez causaba escalofríos por la oscuridad que irradiaba. Este era una especie de paisaje gótico sin luz, con arboles sin hojas, el suelo muerto cubierto de nieve y un cielo gris mezclado con un azul de esperanza. Recordé a Jeim y sus paisajes góticos muy parecidos a este, ojala estuviera ella aquí para ver esta hermosura.

Miller decidió colocar la carpa cerca de un hermoso río, en el que mas tarde pensé bañarme.

El clima en el bosque era mucho más helado que afuera, froté las manos para obtener un poco de calor, porque a pesar de que llevaba 2 camisetas largas, un abrigo, un gorro de lana y guantes, sentía un gran frió en el cuerpo. Si seguía mas tiempo a fuera, seguro moriría de hipotermia.

—Ven y métete a la carpa, aquí afuera te morirás de frió.

Miller ya había armado la campaña, me adentre a ella y me sentí mucho mejor.

—Iré por leña, no te salgas de la campaña, después te comen los lobos—. Sonrió con ironía.

Solté una carcajada.

—Este no es el cuento de caperucita roja.

—No lo es, pero si hay hombres lobos en el bosque y si te comerán si te pones en bandeja de plata.

Costaba acostumbrarse a esta nueva realidad llena de seres mágicos, algunos despiadados y otros buenos. Quizás nunca tuve una vida normal, era una mentira pero era mucho mas tranquila, tenía a mi madre.

Busqué en el maletín algo para comer y encontré dos manzanas verdes, una barra de chocolate y otra de granola. Tomé la manzana verde y le di un gran mordisco.

Vi una sombra a través de la campaña, pensé que seria Miller trayendo la leña, así que salí de la campaña, pero el que estaba afuera en definitiva no era Miller, era un chico con la piel color aceituna y rasgos indígenas, llevaba solo una camiseta corta y unas bermudas. Iba descalzo, al notar mi presencia me quedo mirando fijamente con sus ojos de leopardo, en definitiva no era humano. Recordé las palabras de Miller sobre hombres lobos que me comerían.

Lancé un grito de miedo y corrí de vuelta a la campaña, pero antes de abrirla, el chico me agarró por los brazos y me impidió movilizarme.

—¡AYUDA!—Grité desesperada.

—Podrías dejar de gritar, no te voy a hacer daño.

—Eres un hombre lobo y quieres comerme—. Tartamudee, este era en definitiva mi final, deseaba que Miller viniera rápido y me salvara de este lobo como el leñador en caperucita roja.

El chico rió, con una de esas risas que te paralizan.

—Si soy un lobo pero no te comeré de la manera que piensas—. Sonrió y me guiño un ojo.

El miedo se me paso y la rabia contra este pervertido aumento.

Me arrebate de sus manos y lo empuje al suelo y le di varios puñetazos en la cara, el frio se me había pasado, ahora el fuego me tenia enfiebrecida. Mis manos botaban chispas azules y sin pensarlo dos veces le lance fuego al hombre lobo, el chico empezó a aullar del dolor y se transformo en un gran lobo gigante.

" Vuelve a la campaña, o sino mi manada te atacara" hablo en mi mente el lobo.

—Pero estas herido, tengo un botiquín, te puedo curar.

El lobo se transformo de nuevo en el chico, tenia grandes heridas de quemadura por la mayoría del cuerpo. Lo adentré a la campaña.

—Lo siento.

Fuego Azúl [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora