Capitulo 20: Baile de graduación

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Me alistaba para el baile de graduación, Jeim se había decidido a maquillarme, sí Jeim la chica que odia todo, al parecer esto no lo odiaba, según ella el maquillaje es arte y ella ama el arte. Resaba para que no pintara en mi cara uno de sus paisajes góticos y fantasmales y terminara pareciendo más en una fiesta de haloween que en un baile de graduación.

—¡Auch!—Jeim me pincho con el lápiz de ojos.

—Tienes que dejar de parpadear o sino el lápiz se te correrá y parecerás un mapache.

Si es que ya no lo era, pensé.

Jeim seguía dándome pinceladas como si fuera un lienzo, se veía muy entusiasmada con lo que hacia, eso me hacia muy feliz al verla así, pero también me preocupaba que sólo me quedaba media hora y si llegara el maquillaje a ser un desastre, tendría que dejar a Jack esperando, lo que no queria hacer porque yo odiaba esperar y no quería que a él le pasara lo mismo.

—Raechel, creo que te verás mucho mejor que la zorra de Candy—. La miré con asombro por sus palabras obscenas.

—¿Qué? Acaso dije una mentira, esa chica es una zorra, se cree la mejor sólo porque su tio es Mark.

Mi cara fue de asombro cómo alguien como Candy podía ser sobrina de Mark, uno de los mejores fuego azul, eso tenía que ser mentira.

—¿Mark es el tío de Candy? — Abri los ojos.

—Sí, esa niña fresita pastelosa, es sobrina de nuestro maestro.

Mark, seguro no lo sabía porque él quiere distancia con ella, él dice que entre menos unidos estén así menos se dirá que hay un trato especial de parte de él hacia Candy.

—Pero al ser sobrina de Mark, esta chica debió sacar su inteligencia. Mark es un gran fuego azul.

Jeim río

—Lo que pasa es que Candy es como retrasada—. Ambas soltamos una carcajada.

—Bueno, no te rías tanto después se daña una obra de arte—Reí

—No me crees, mira—. Jeim dio vuelta a la silla, así mostrando mi reflejo en el espejo.

La chica en el espejo se veía muy guapa, los tonos fríos en los párpados resaltaban mis ojos sin hacerlos ver exuberantes. El labial rosa hacia ver mi boca más llamativa y el rostro se veía hermoso, Jeim había sabido tapar mis pecas. Le di un abrazo a Jeim.

—Gracias.

—Ves tu no creías en mi.

—Si lo sé, pero te ha quedado estupendo.

Jeim sonrió con un aire de superioridad.

—Lo sé, ahora vamos a hacerte algo en ese cabello para que vayas a cambiarte.

Jeim sacó la plancha de su bolso y también un rizador.

—Ehh, segura que sabes arreglar el cabello, el maquillaje no es lo mismo.

—Tranquila mi mamá era peluquera y me enseñó mucho, quería que fuera como ella pero no, yo prefiero el arte.

Confiando en Jeim me deje arreglar el cabello. Después de varias horas de planchado y rizado, término la espera, Jeim me dio vuelta de nuevo y ahí estaba el cabello divergente que había tenido antes ahora se veía bonito.
Abrí la boca sorprendida.

—Te ves estupenda Rachel, ahora Jack va a botar más baba por ti.

Reímos a carcajadas.

***
Salí de mi cuarto, Jack y Jeim me esperaban sentados en el sofá. Jeim tenía una sonrisa de diablilla, que le habría estado diciendo, a Jeim había que temerle.

Jack se levantó y puso su brazo en torniquete para que colocara mi brazo en el.

—Un placer ser su acompañante señorita—. Sonreí con las mejillas ruborizadas.

Jeim aplaudió de manera burlona.

—Ya suficiente escenita de amor, vayanse rápido antes de que vomite.

Le lancé una mirada agresiva a Jeim, quien me respondió con su sonrisa entre mezcla de burla y maldad.

Salimos de la cabaña y un pequeño carruaje nos esperaba. Solté una carcajada.

—Esto parece mucho de princesa.

—Eso es lo que eres—. Me tomó de la mano Jack.

Reí de nuevo.

—No en definitiva no, yo odio esto, lo de usar vestidos, los carruajes, las coronas, los bailes y usar tacones que me dejan adoloridad. No soy una princesa.

Jack me miró esta vez más fijamente.

—Si lo eres, una princesa no es aquella que usa coronas o se viste como lo estas ahora..—tomó un suspiro. —Es aquella que nació para reinar y para ayudar a los demás. Rachel tienes un gran poder en ti, naciste para ser una princesa.

—Solo soy una novata—. Dije con la voz carrasposa su cercanía me causaba nerviosismo por la belleza de sus palabras.

—No, no lo eres—me extendió la mano para montarme en el carruaje y después él subir, el recorrido fue silencioso e incómodo, me sonrojo más de una vez cuando se rozaban nuestras manos accidentalmente, no sabía que sentía por Jack si me estaba enamorando o era atracción.

**
El salón estaba adornado al estilo clásico como lo habían dicho, además el salón por si sólo parecía antiguo, sobre todo por las escaleras que tenían para bajar a donde estaban las mesas con todas las parejas. Las escaleras eran empinadas y me imaginé rodando por las escaleras, un pequeño mareo me hizo tamabalearme. Me agarré del brazo de Jack.

—Tranquila, te ayudaré a bajar—. Me sonrio, mostrándome confiada ante su rostro.

Agarrada del brazo de Jack,baje las escaleras escalón por escalón,alcancé a ver a las parejas que nos miraban raro,pero eso no me importó,prefería a que me miraran raro a que se burlaran de cuando rodara por las escaleras.

Después de la larga odisea de la bajada de las escaleras, nos sentamos en una mesa desocupada, Jack fue cabelleroso sacándome la silla para que me sentara. Quizás en este momento no estaba enamorada de el, pero sus detalles me cautivan y quizás llegararia a enamorarme. Además no había superado totalmente la muerte de mi madre, porque ella no había muerto de manera natural y normal, ella murió de una manera misteriosa y además Miller me lo había confirmado, si el había tenido esa visión con mi madre diciendo que averiguara todo debía hacerlo.

—Quedó muy bien—. Jack miraba el salón.

—Ehh si supongo—. Me encogi de hombros.

Jack alzó una ceja, confuso.

—No te gustan mucho los bailes ¿Verdad?

—Pues si te soy sincera los odio—. Dije haciendo una mueca.

Jack soltó una carcajada.

—No pareces para nada una chica de alta sociedad.

Crucé los brazos.

—¿Eso esta mal?

Jack fruncio el ceño, y sonrió.

—No, eso me encanta, eres diferente a todas esas chicas creídas.

No pude evitar sonrojarme, pero el rubor que llevaba puesto lo disimulaba eso suponía.

Jack bostezo, parecía tan aburrido como yo.

—Iré por ponche, y unas cuantas barras de chocalate, creo que empieza a darme sueño.

Solté una carcajada.

Jack se levantó de la silla y se fue hacia donde estaban los dulces y el ponche. Lo seguí con la mirada y ahí fue cuando vi a Miller y a Candy bajar con las escaleras, se me revolvió el estómago.

Candy estaba vestida de rojo, el vestido caía al suelo en terminaciones de flores del mismo color rojo del vestido, este mismo tenía una abertura que dejaba ver su pierna, y otro escote en la parte de los senos en forma de corazón, era esperable que esa florecita viniera mostrando algo pues al fin y al cabo lo que le gustaba era llamar la atención y si se veía guapa pero no parecia ir de acuerdo con el tema del baile que era conservador.

Fuego Azúl [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora