Capitulo 46 : Hecha de cenizas

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Su mano sostenía la mia, con esa sutil delicadeza que me hacia sentir segura. Sus manos eran callosas por tanto tiempo empuñando armas y su trabajo de leñador, eran grandes y pálidas, él rosa era escaso en ellas. Lo amaba, desde que lo había visto, eramos irremediablemente almas gemelas por nuestro destino y él mundo sobrenatural que nos unía. No me imaginaba dejándolo o que él me dejara, él y yo nos amábamos y así seria por siempre.

—¿Rachel?—. La voz era de Erick y sonaba preocupado.

Abrí los ojos y enseguida sentí un terrible cansancio, estaba en mi cuarto pero aun estaba canalizada.
Me senté en la cama, dolía él cuerpo horrible. Erick me miraba con los ojos vidriosos.

—Debes tomarte esto—. Me dio un par de pastillas, con la mano temblorosa.

Había un vaso en la mesa, pensé agarrarlo pero él pulso me falló, estaba demasiado débil. Él lo notó y lo agarró esta vez menos nervioso.

Me puse atrás las pastillas y trague con agua.

—Estela dice que tendrás que pasar con eso conectado, tu cuerpo no...—. Tartamudeó —. No deja de eliminar fuego azul—. Se masajeo las sienes como si doliera.

—Temen que mueras...— Balbuceó, dejando a la vista un llanto desgarrador.

Quería abrazarlo, pero ni siquiera podía pararme. Por eso me limite a decir dos palabras:

—Estoy bien.

Erick se levanto de la silla y me miro pensativo, dio varias vueltas alrededor de la cama hasta que se quedo quieto y se inclino a mi, acarició mi pelo y...

<< Me iba a besar>>

No podía voltear él rostro de tantas almohadas, y menos con él peso que sentía encima. No quería que me besara, no cuando aun amaba a Miller y sentía que pertenecía a él a pesar de todo, pero él estaba inclinado a mi y no se pensaba apartar. Me besó con delicadeza mientras agarraba mi mejilla, estaba tan mareada que no lograba pensar con claridad, por eso en vez de permanecer con los labios duros y apretados, se abrieron dejando que su labio inferior entrara en mi boca.

Su boca era cálida, no sabía que estaba haciendo, quería que se apartara no podía seguir. Así que lo mordí. Él me miro herido y se marchó.

<< Era una idiota>>

La cabeza me dolía horrible y él mareo me hacia sentir en medio de una ruleta de la fortuna, siendo un 11 negro.

Cerré los ojos, buscaba descanso, en los sueños todo resultaba mas bonito que en la realidad, en ellos podía tener a Miller de nuevo, Jack estaba vivo y era la misma persona que quise y mi mamá también estaba viva dándome aliento.
Un estrupicio impidió mi ilusión de sueño. Era Jeim que había roto él jarrón caro de cerámica.

—Cuesta 1000 dolares ese jarrón—.
Mi tono de voz era bajo, así que creo que no me escuchó o se hizo la sorda.

Jeim llevaba unas botas altas negras, con medias veladas y un vestido tipo corcel del mismo color de los zapatos. Lo unico que no era negro, eran las puntas de su cabello que ahora no eran verdes sino rubias. Aparte de ello ahora su cabello no era largo sino corto, que llegaba por debajo de las orejas, tocando su barbilla.

—Sabía desde hace rato que ese estaba enamorado de ti.

<< ¿A quien se refería?>>

—Erick no es un mal chico, pero no es para ti. No cuando aun amas a ese estúpido.

Me quite las sabanas e intenté pararme.

—No, ¡Que mierda piensas hacer!

Se levanto a acomodar mis sabanas.

—No puedes pararte aun estas demasiado débil, sigue pasandote esa cosa que no se que te hace expulsar todo él fuego azul.

Desde que Miller se había ido, nada de mi están bien, ni físicamente ni sentimentalmente.
Lo odiaba a él por ello, ¿Por que tenia que afectarme tanto que no este aquí?

Un fuerte dolor invadió mi cabeza mientras alguien abría la puerta. Era Mark, como siempre con la apariencia de viejo sabio.

—He venido a ver que pasa contigo.

Se acercó a mi y me miro detenidamente.

—Estas perdiendo mucho fuego y te desvaneces pero aun no se él por qué.

Se acarició la barbilla.

—Hasta ahora mi única teoría es que él arma que fue usada para matar a Stan reclama tu fuego de nuevo. Lo curioso es Estela intento rastrear él arma y dice que no hay rastro de ella y menos puede sentirla, cree que se esfumó.

—No creo que la causa de la perdida de fuego, sea culpa de esa espada de cristal, se supone que Estela es algo así como un imán. ¿No cree que si la espada la reclamara todo él poder se iría a ella? Y si bien recuerda, ella no puede atraer mas poder porque moriría.

Jeim intervinio.

—Excelente Teoría, señorita, pero volvemos al mismo punto de partida y a la misma pregunta ¿Que paso durante ese tiempo para que Rachel este así?

—Su amor la dejo—. Jeim soltó una carcajada, pero Mark permanecía serio.

—Suena descabellado y algo demasiado fantasioso, pero en casos de almas gemelas como él y ella se puede dar de todo.

Se pasó de nuevo las manos por la barbilla.

—Llama a Estela, señorita Reynold's y dile que suba él libro de los fuego azul.

Ella de mala gana se levanto y bajo a buscarla. A los pocos minutos subieron juntas. Estela estaba despeinada pero curiosamente aun se veía bella.

Estela extendió él libro a Mark y este lo abrió justo a la mitad.

—Almas gemelas, destinadas a la tragedia y la eternidad.
Hechos con la misma cantidad de fuego, inevitablemente compatibles, nunca se pueden separar porque cuando lo hagan él que tenga él toque extra unico se hará polvo, y no cualquier polvo sino cenizas azules que aun arderán. Del fuego fueron creados y de ese mismo fuego serán destruidos.

Nota: Si notas algunos síntomas de perdida de fuego y tos con cenizas azules, esto es un caso de...

idem ignis

Mark cerro él libro.

—Ya se lo que es y conozco la solución. Quiero que traigas a Miller, Estela.












Fuego Azúl [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora