TIEMPO ATRÁS...

Capítulo 6: ¿Yo una merodeadora? ¡Jamás!/solo dame el mapa Potter :D

James Potter...

Era la mejor broma del siglo y de hecho la más audaz. Esa chica era brillante, aunque muy tonta... le hiso saber a la directora que ella estaba detrás de todo, eso no fue muy brillante de su parte.

-En la sala común de Gryffindor-

-¿Viste la broma que hiso la rubia de Slytherin?-Dijo Fred II Weasley. (Mi primo)

-Como no verla, si evidencio que fue su culpa.

-He oído rumores.-dijo Lorcan, sumándose a la conversación.

-¿De qué tipo?

-De muchos en realidad, esa niña es interesante...

-Hey tuve una idea.

-¿Cual?

-Que ella sea nuestro Peter.

-Pero es una niña, además Peter era un traidor.

-Lo sé, pero ya no quedan más puestos vacantes y créeme James cuando te digo que esa niña tiene la chispa.

-Te creo Fred, pero sigue siendo una niña.

-Y eso que.

-Que las niñas no forman parte de nuestro plan.

-No seas idiota que dirá la tía Ginny si se entera de tu machismo.

-No metas a mi madre en esto.

(Nos entrelazamos en una discusión, Fred quería que la rubia formara parte de nuestros planes, pero si era una niña... y no solo era eso, también era de Slytherin.)

Aria Rosier...

Minnie me arrastraba por los pasillos, mientras que de su rostro escurría pastel de calabaza.

-Debí de jubilarme hace años, pero no ser directora es divertido.

-No me gusta que me llamen Deby.

McGonagall dejo de caminar y paro en seco, para ver confundida a la niña.

-Minnie no me mires de esa manera.

Minerva seguía confundida...

-Ah... ¿no lo sabias?

Del moño de Minerva escurrió un gran pedazo de pastel.

-¡Hay Minnie no me salpiques!

-Que es lo que quieres ganar con todo esto jovencita.

-Recién estoy en primero y mis hormonas se mantienen intactas, aun soy una niña. Que crees tú... que yo puedo querer.

-No lo sé, por eso te pregunto.

-Piénsalo Minnie, que puede querer una niña que vino aquí en contra de su voluntad.

Me di la vuelta, Minnie se había quedado con la interrogante.

-¿Adónde vas?

-Tengo que ir a quitarme el pastel que se te escurrió del cabello... me manchaste y el pastel de calabaza no sale fácilmente.-Le conteste con una sonrisa estampada en mi rostro.