Capítulo 10: El único e inigualable...

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Narrador Omnisciente...


El tiempo había volado, Aria Rosier, Leo Nott, Fred Weasley, Lorcan y Lysander Scamander y James Potter estaban por cursar su quinto año.

Aria había decidido dejar las bromas de lado y crecer, en el paso de los años Slytherin había ganado durante años consecutivos la copa de la casa, obra de la pequeña Slytherin, ya que al dejar de concentrarse en las bromas y estar cien por cien con sus materias, dio resultados magníficos.

Con el paso de los años su belleza de niña adorable se había perdido, ya era toda una jovencita que rompía muchos corazones, ya que al parecer estos no estaban preparados para el rechazo de la Slytherin.

-En la estación 9 ¾-


Aria se abría paso en el gentío, con algo de dificultad encontró un compartimiento vacío y logro guardar su baúl. Mientras se distraía mirando lo que sea por la ventana, escucho que alguien carraspeaba.

-Ya era hora de que llegaras Nott.

-No soy Nott.

En efecto no era Nott, un castaño de Ravenclaw se encontraba en la puerta de su compartimiento. Paso para sentarse al lado de la rubia.

Inteligente, pero definitivamente muy imprudente.

Aria se removía obviamente incomoda, el Ravenclaw estaba invadiendo su espacio personal y aunque quisiera patearlo no podía, ya que no sabía si en un futuro necesitaría su ayuda. Aria se había vuelto algo calculadora. Muy a pesar de que rechazara muy directamente cualquier relación amorosa, no quedaba directamente como una bruja sin corazón, por más que aquello acarreara que más chicos se arriesgaran y les confesaran sus sentimientos, por más que quisiera patearlo se contenida por suerte la rubia tenía un amigo al que no le importaba en nada si serian de ayuda o no el igual los votaba, desalentaba y si era necesario los pateaba. Pero dicho amigo, no se encontraba en ese compartimento y si no llegaba pronto la rubia terminaría pateando al Ravenclaw y no sería nada bonito para ambos, ya que los rumores corren rápido en Hogwarts y más si involucran a la princesa de Slytherin, con el paso de los años le habían dado ese título a la rubia.

-¿No puedo dejarte ni un segundo sola?-La voz de un chico se hiso presente en el compartimiento, hasta esos momento silencioso.

-Leo-una sonrisa se formó en el rostro de la rubia.

-¡Fuera!-le dijo al Ravenclaw.

-El compartimiento estaba libre.

-¿Se lo has preguntado?-el Ravenclaw trago lentamente, porque no lo había hecho.

-Yo-o lo vi vacío...

-No estaba vacío, ella estaba en él.

-Pero estaba sola y-y...

-¿Cuándo ha estado sola?

-¿He-e? bueno yo...

-Eso pensaba, ¡vete!

El Ravenclaw se paró de inmediato-Leonard se había vuelto intimidante para cualquiera.-Y se fue pitando. (Corriendo)

-Harías un buen papel de hermano mayor/protector, le das miedo a cualquiera.

Leo hiso una mueca, no le gustaba cuando ella le soltaba esos tipos de comentarios.

-No eres graciosa.-La rubia rodo los ojos.

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