Hora de Aventuras II. Un nuevo Comienzo.

Capítulo 21.

-¡JAJAJA! ¡Sangrad!
-¿Fionna?
-Tss, Jake, ¿escuchas sus latidos? ¡No! Muertos, ¡todos! Falto, en este glorioso momento morir, yo.
-Fionna ya vale, están muertos no hace falta que les claves más la espada... ¡Fi!
-... ¿Porqué no? Esta muy afilada y desgastada mi espada, pero aún puede cortar lo que se le venga en gana...
-Dios mío... ¡Marshall-Lee ven aquí ahora mismo!
-¡Ya bajo! ¡Está despejado!
-Fionna ha perdido la razón no se que le ocurre...
-Fionna, soy Marhsall. ¿Estas bien?
-No. Ahora es cuando me dices que no tengo que estar mal, y yo pensaría a continuación que soy de piedra. Que he nacido solo para sonreír y ser feliz. Pues estas equivocado... Me están hablando.
-En eso tienes razón pero... ¿Quién te habla?
-Ellas tonto... ¿Quién si no? Las almas que suben al infierno, perdidas como la mía. Atrapadas entre la tierra y el paraíso...
-¡Fionna, reacciona de una maldita vez! Estamos solos, ¿vale? Todos muertos, tú sigues viva y es por alguna jodida razón a si que tendrás que continuar con nosotros.
-Marshall... Lo siento, yo... Yo... Quiero morir... No se lo que hacía... Prefiero desangrarme después de haber matado a tantos seres...
-Aparta esa espada de tus muñecas, ni se te ocurra. No entiendes que no quiero perderte... Además, antes de que hagas tú eso te morderia y te quitaría tu deliciosa sangre para que no se desperdiciara idiota. Ven con Jake y conmigo estarás bien...
-Mars... Marshall-Lee gracias... Jake toma mi espada.
-Uf que susto Fi, yo te la guardaré tranquila.
-¿Un abrazo?
-Gracias de verdad Ja-jake... Si Marsh... Yo...
Después de todo el ataque depresivo, vino el llanto. Me eché a llorar como una descosida en los brazos de un idiota que me daba cordura... Luego lo besé delicadamente, mi cara y labios estaban con pequeñas rajas al completo gracias a los bichos esos grisáceos...
-Ahí está la casita... Venga entremos tios.
Jake tiro la puerta abajo, en la única habitación que había se encontraba tres minipuertas en el centro y en el alrededor dos ventanas pequeñas en color blanco roto, la primera puerta era amarillo oscuro, la segunda un color rosa fuerte y la tercera en color verde manzana.
-¿Y ahora qué? ¿No os dijo nada más el Gnomo?
-Solo que era una puerta por la que él entraba... Son más o menos de la misma estatura todas a si que no se, yo perfectamente quepo me puedo encoger o lo que quiera y Marshall convertirse en murciélago, pero tú Fi...
-Tendrá que haber otra forma supongo yo, ¿no?
-No lo sé la verdad.
Empezamos a rebuscar pero no había ningún pasadizo secreto ni nada parecido por desgracia. Me apoyé debajo de la ventana de la izquierda y me miraban expectantes Jake y Marshall, no sabía que decir o hacer y suponía que ellos tampoco, sólo había una solución.
-Chicos tenéis que largaros los dos, unir fuerzas y seguid adelante.
-Fionna estamos muy cerca del pozo, necesitamos quedarnos los tres juntos...
-Si, pero yo encontraré algún lugar por donde llegar. No podemos perder tiempo a si que probar las diferentes puertas hasta encontrar lo que sea que os lleve al lugar.