Capítulo 17. ¿Asesina?

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Me empezó a explotar la mente de una manera increíble, me vinieron a mi mente imágenes de cuando tuve mis primeras aventuras con Cake, también otras de las que viví, mis antiguas pesadillas y todo estaba mezclado... Pero ahí estaba él, veía al Rey Hielo, estaba tumbado en la hierba de un lugar que no veía claro. Se dio la vuelta y tenía la maldita cara de la princesa chicle llena de sangre... ¿Porqué...? ¡Esto era otra pesadilla!
-Ven conmigo, verás un mundo dulce Fionna... Jaja...ja.
-Déjame, no te acerques a mi ahora no...
-¿Qué, no quieres estar conmigo? El Rey Hielo me dijo, algo parecido... Pero ahora no lo veo, ¿sabes donde está?
-No puede ser... No, tú...¿acabas de matar al Rey Hielo?
-¿Yo? Sólo soy una princesa, no me está permitido hacer nada de eso, ¿porque no te acercas y charlamos?
-¡Ni te acerques o te juro que te atravesaré sin escrúpulos!
-Me vas a hacer llorar... No tienes sentimientos, pero yo te haré sufrir... Cómo a tu amiguito de hielo.
... Estoy viva y despierta, estaba en el suelo, me había hecho una pequeña brecha en la cabeza pero no era problema para mí, el Rey Hielo había sido asesinado por la Princesa Chicle... No podía ser real pero lo era. Mi cabeza no daba para más, estaba anocheciendo y no sabía a donde ir, como de costumbre. Lo peor era su voz mezclada con la del Rey Hielo... No podía ser verdad. Nada tenía sentido, ¿Porque le había matado? ¿No se suponía que estaba ella en apuros y teníamos que ayudarla según el Rey Hielo?
-¡Fionna!
¡Eran Marshall y Jake! Me giré y no los vi. Estaban volando. Porfin alguien de carne y hueso y estábamos todos juntos.
-¡Vamos, llegamos aquí! Después de un laberinto gigante llegamos, que aburrido. ¿Qué ha pasado?
-¿Como me habéis encontrado?
Me señalaron a un gnomo pequeño de color verde agua con un traje monisimo de campesino. Parece ser que él en cuanto terminaron el laberinto, les guió hasta un cofre y hasta un camino. Sin darme cuenta estaba bastante cerca de aquel camino de piedra, el golpe me había dejado atontada en todos los sentidos.
Les expliqué todo con pelos y señales, las peleas y pruebas, mi caída y la muerte del Rey Hielo. El gnomo dijo que siguieramos el camino hasta llegar a una ciudad abandonada y encontrar una puerta de su tamaño. Y desapareció, como en un videojuego cutre de Bmo.
-Me alegro muchísimo de verte Fionna. Bichos te quiero.
-Yo también... Muchísimo. Jake también te he echado de menos.
-¡Alguien que se acuerda de mi! Este no ha parado de preguntarme por ti. Por cierto Ming me dijo que cuando estuviera con vosotros en un momento que pillara a solas os dijera algo.
-¡Ming! Casi me olvidaba de él, ¿que pasó?
-Bueno me dijo que iba a volver a su tierra y que os lo dijera, pero sospecho que ese esta planeando algo distinto no me fio... Se suponía que se quedaría vigilando con Marceline.
-Yo lo veo muy buen chico aunque parezca lo contrario...
-Yo sigo viendo en todo esto algo que no encaja Fionna, ¿qué haría en el Reino de Fuego? Si él mismo decía que se aburría como una ostra.
-La verdad... Te da a que pensar.
-Y además ha sido un poco capullo dejándonos la aventurita para nosotros solos al igual que Marceline, aunque por mi mejor más sangre que beber, pero en él me ha parecido raro que se fuera sin avisar ni nada.
-Chicos tengo la cabeza muy liada y una brecha, esto no ayuda. ¡Mirad el cielo!
-¡Es precioso! Mira Jake.
Estábamos mirando en un silencio interrumpible aquel cielo estrellado, había estrellas fugaces. Veía las motas de ceniza subir y bajar como mis sentimientos en este día tan loco. El fuego era el único que traspasaba la tranquilidad del lugar, por ahora solo quiero relajarme y estar con los pocos que permanecían a mi lado, solo un rato más. Marshall ni la velocidad de las estrellas fugaces podrá quitarnos esto que tenemos tú y yo... Te lo prometo.

Hora de Aventuras II. Un nuevo Comienzo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora