(POV LUFFY)
No entendía el motivo de que Kid se hubiera comportado tan maleducadamente con el enfermero de la universidad.
Vale que no estuviéramos en la posición más adecuada, pero no había ocurrido nada, ni lo hubiera pasado sin su interrupción. O eso creía yo.
A eso se le añadía el hecho de que no había mostrado respeto alguno por el doctor, incluso sabiendo que era superior a nosotros.
Refunfuñé molesto por todo. Me estresaban, y justo ahora que decido cambiar de vida.
Toda la gente del campus me miraba mal. Para variar. Si de por sí me consideraban un bicho raro, cuando me veían con Kid ya reventaban.
Lo que me extraña es que a pesar de tener tan malos modales, era de los más deseados. ¿La gente cada vez era más tonta o qué? Entonces tenía que incluirme en ellos.
A ver, a pesar de todos sus defectos yo sabía, o creía saber, que el ojiambarino me quería.
Llevo saliendo con él desde el año pasado cuando entré en la universidad. Él va unos cuantos cursos por encima de mí, por eso me resultó raro que se juntara con gente de mi edad. Él actualmente tiene 21 años.
La cuestión es que, en una de mis tantas veces, se había cruzado conmigo justo en el momento en el que mis cariñosos amigos querían hacerme su banco personal o en su defecto, como era el caso, dejarme morado por completo el cuerpo, y no de una manera cariñosa precisamente.
No sé bien por qué, pero vino a ayudarme y pues... como recompensa estuve preparándole el almuerzo durante el resto del año. Hasta que se cansó y optó literalmente por comerme a mí. Y aquí estamos.
Sinceramente, no me esperaba eso de un hombre. Hasta yo mismo me sorprendí por verme víctima de esas embarazosas acciones, más específicamente por no sentirme como tal, al contrario.
Yo, homosexual.
Aunque me pareció curioso que por eso nadie se metiera conmigo. Supongo que era precisamente por ser novio de Kid, que a la mínima palabra ponía firme a la gente a base de palos. Así que por eso no me preocupaba, pero chico o no, las miradas asesinas que me lanzaban no iban a cesar.
Creo que al principio, más que amor era agradecimiento en cierta forma. Pero soy de los que piensa que el roce hace el cariño, y yo no soy de esa clase de persona sin alma, por lo que haría cualquier cosa por ver a mi novio contento.
Eso sí, bueno y tonto son dos cosas distintas. No soporto los celos sin sentido alguno que le surgen de un momento a otro. Y no me callo.
Y no me pienso callar.
-Lo tuyo es impresionante, en serio. ¿Qué narices te crees que estás haciendo?
Rompí bruscamente el agarre que nos unía y me masajeé la ahora adolorida muñeca. Se notaba que tenía mejor entrenada la mano derecha en estos meses sin vernos.
-No sé. ¿Evitar que te abras de piernas con el primer profesor que te encuentras quizá? A saber qué cojones está pasando por tu cabeza ahora mismo, pero recuerda de quien eres- espetó demandantemente con un claro tono amenazante en su voz-.
Y la mano masturbadora plus volvió al acecho.
-Deberías ir a pedirle disculpas, es lo mínimo- insistí en hablar del tema ignorando su comentario, o al menos intentándolo-.
-¿A quién? ¿A ese? Por favor, Luffy. Que te estaba comiendo con la mirada. No soy gilipollas. A ese ni agua.
-¿Eso es lo que piensas del hombre que ha salvado la vida de tu novio?- negué con la cabeza instintivamente ante la decepción que me llevé-. Me avergüenza, Kid.
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Defenseless. [Law x Luffy]
AcakLa historia de un médico peculiar y un universitario rebelde. Law odiaba a los críos, eso lo tenía claro. Lo que no tenía tan claro era cómo habían llegado a ese punto. Quizás iba a permitirse disfrutar de esto un poco. A veces simplemente hace falt...