*ADVERTENCIA: Contenido sensible, abuso. *
(POV LUFFY)
Salí corriendo.
Me había dolido demasiado el pecho cuando el tonto de Torao había pronunciado esas palabras.
Él también había sido cruel.
Los recuerdos de anoche todavía estaban recientes. La fiesta, la ruptura, el calor de los brazos del mayor.
No me acuerdo en qué momento sucumbí a los brazos de Morfeo. Haber pasado todo el rato llorando me había agotado por completo.
Lo curioso fue despertar y encontrarme con la camisa del doctor puesta en mí. Supongo que lo habría hecho para que no pasara frío.
Ahora me castigaba mentalmente por haber tenido la ilusa idea de que parecíamos una pareja recién levantada tras una noche alocada de sexo salvaje.
Ójala hubiéramos hecho algo más que dormir juntos.
Aunque ahora más bien se definía como un momento de cariño por pena. Claro, eso era más normal. Por mucho que hubiéramos dormido en la misma cama, aquello no sobrepasaba los límites que tanto se me habían impuesto.
Él nunca había mostrado interés en mí. Bueno, ayer... pero por mucho que negara estar ebrio, había bebido mucho.
Ya no sabía qué creer.
Ahora tan sólo me hallaba en mi casa, en mi cuarto, desahogándome de todo lo que me quedaba, si es que quedaba, porque después de tanto tiempo...
No sé cuánto había pasado ya, pero seguía hirviéndome la sangre de pensar que seguía siendo el mismo idiota de siempre, ése que confía en los demás sin motivo alguno.
Y me martirizaba yo mismo de que, a pesar de saber que aquello no llegaría a más, mi estúpida mente tuviera la esperanza de que el médico viniera a mí diciéndome que todo era mentira.
No había provado bocado, ni siquiera mi estómago se había quejado. Él también estaría sumido en depresión.
Las estrellas habrían alcanzado a iluminar el cielo de no ser porque estaba nublado. Entonces ya era de noche, eh.
Mi alma se sintió desfallecer por un momento al oír el ruido que el timbre provocó.
Era él.
Y la inmovilidad que me había acechado durante toda la tarde pareció desvanecerse de golpe. Corrí desesperado a la llegada de mi pelinegro.
Pero me volví a romper de golpe.
-Eus... Kid- corregí, intentando dar a entender que ya no había nada entre los dos-.
Pude observar cómo me hacía un escaner visual detallado para ponerle fin en mis ojos, serio, muy serio.
-¿Estás así por mi culpa?
¿Qué?
Y qué podía decirle, ¿que había estado llorando porque un hombre no había querido follar conmigo?
Debería estar mal por la ruptura con mi novio, no por un "capricho".
Es cierto, yo no veía a Torao como algo más. No puedo negar que me sentía raro cada vez que intentaba hacerme de rabiar, o cuando se acercaba de más. Pero siempre había tenido en mente que yo ya estaba cogido.
Entonces... ¿por qué estaba más preocupado por lo de esta mañana que por Kid?
Bufé molesto de pensar en la respuesta.
ESTÁS LEYENDO
Defenseless. [Law x Luffy]
RandomLa historia de un médico peculiar y un universitario rebelde. Law odiaba a los críos, eso lo tenía claro. Lo que no tenía tan claro era cómo habían llegado a ese punto. Quizás iba a permitirse disfrutar de esto un poco. A veces simplemente hace falt...