Octavo: “Estaba equivocado”
Ella simplemente no podía creerlo, toda la gran mesa estaba con ese banquete que lucía exquisito y no solo eso, también de lejos podía verse correcta y elegantemente decorado, justo y adecuado para la ocasión.
- Kyle Smith… No pued–
- ¡Lady Castle!–, le tocó el hombre brevemente–, ¿Está usted sorprendida?
- ¿Y-YO? No, jamás.
- Su expresión me dice lo contrario–, le indica él, burlonamente.
- Déjame en paz, pedazo de idiota.
Él no dejó de reírse antes de que aquella se alejara para luego y cuando los asistentes tomaran asiento en sus respectivos lugares, explicar cada plato y su significado claro, sin perder la oportunidad de sutilmente ironizar de Angelique y hacerla sentirse perdida en cuanto a su situación.
Lady Castle no comprendía la astucia de Kyle, ella lo creía subnormal, deifciente e idiota, incapaz de arreglar un problema por más pequeño que fuese, pero el ojo azul había hecho uso de su inteligencia y su capacidad mental para idear un plan loco de esos que solo él podía maquinar y que al final, por muy raro que pareciera, salía bien. Y era eso, Kyle Smith había recurrido a un contacto que por años le había prestado ayuda y también cena cuando llegaba muy tarde a casa y la Sra. Sarah no quería abrirle.
Aquella mujer lo había ayudado en ese momento en que ninguno creía en él, ella le había preparado una elegante cena para presentar ante los Everdeen y no ser despedido, de paso embromar de la cara de sorprendida de su ahora “enemiga”.
Angelique no se lo esperaba y Kyle… Como disfrutó de la cara de esa muchacha cuando la vio.
Pasaron dos días de ese incidente, con cada vez más y más peleas entre Angelique y Kyle, este par no podía mantenerse juntos pero Kyle tenía un objetivo y por ese objetivo tenía que dejar de lado su enojo hacia la Srta. Everdeen.
Fue cuando ideó otro plan que él consideraba iba a salir muy bien, aunque ante los ojos de otra persona eso pudiera sonar como una completa estupidez.
En su habitación de descanso dentro del “Castillo Everdeen” arregló su ropa, pulcra y elegantemente, su cabello castaño oscuro peinado hacia atrás. Caminaba elegante hasta la gran habitación de la presuntuosa Eirika donde le enseñaría los encantos de un hombre de ciudad nada adinerado pero sí bastante guapo.
Entró sigilosamente a su habitación, en su cabeza le rondaba la escena que quería que saliera. Escucha murmurar a su “presa” en el pasillo y decide esconderse en el baño de la habitación.
- Sí, gracias Sra. Swan, voy a descansar un rato–, Kyle escucha la puerta cerrarse, es cuando se pone en acción.
Todo desinhibido abre la puerta del baño y se apoya sensualmente en el marco de esa puerta.
- ¡¿QUÉ DIABLOS ESTÁS HACIENDO SMITH?!
- Tranquila… Everdeen, déjate llevar–, le acerca a ella sin reparos por sus amenazas de gritos–, Sé que me deseas…
- ¡UBICATE, IMBECIL! Yo soy casi como una princesa y tú… –, lo señala no sin antes miranlo con desprecio–, TÚ ERES UN ASQUEROSO MAYORDOMO.
Kyle frunce el ceño al oírla.
- No, no, yo estoy bien ubicado mi querida Angie. Aquí en tu habitación. Contigo contra la pared–, ella se sorprendió sobremanera y lo empujó.
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Lady Castle
RomanceTiempo. Tiempo es lo que Kyle necesita para recuperar a su dama. Gracias a un oscuro secreto Kyle fue separado de la joven cuyo verdadero nombre efectivamente es Angelique y quien ahora lo olvidó por los lujos y comodidades. Kyle un día le prometido...