Capítulo 2.

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¿Alguien esta celoso?

Escuchaba un poco de The Rolling Stones en mi cómoda habitación. En su mayor parte, me había vuelto fan de la banda en el momento en que mi amado literario Travis Maddox lo cantó y bailó para Abby.

Tenía una seria obsesión con los personajes de los libros. Ahora tenía la Travis manía y la Walker obsession. Amaba todas sus facetas, desde sus desplantes e idioteces hasta su única y especial manera de ser los tipos más románticos y especiales para sus chicas. Luego los odiaba ligeramente por no ser reales.

Incluso había gastado una buena parte de mis ahorros en mandar a hacer una réplica de sus motocicletas. Era una belleza cromada en tonos oscuros con una dedicatoria en un costado de la moto:

«Adam & Travis por siempre en mi corazón.»

No la usaba mucho. Una pieza de arte como esa no debía ser dañada. Es más, las personas deberían pagarme por verla y estar cerca de mi motocicleta.

Estaba trabajando en mi proyecto para mi clase de Técnicas De Grabado.

Aun no me recuperaba de mi nariz y debía mantener una venda en esta. Claro, apenas habían pasado dos días desde el incidente.

Pero aparte de eso todo parecía seguir su curso normal.

Evan parecía disfrutar de hablar conmigo, llamaba a cada momento y enviaba mensajes.

Estaba necio en querer saber dónde vivía. Pero eso sería un gran problema para mí, para Rose, para Mike, Dios, hasta el presidente tendría problema con eso.

Así que hice todo lo que estuviera a mi alcance para que nunca lo supiera.

Cuando por fin terminé. Aun en mi escritorio, comencé a juguetear con el tatuaje que tenía en mi brazo izquierdo. Había hecho algo más o menos como un collage de los libros que habían marcado mi vida de alguna manera. Si lo mirabas detalladamente, podías ver unos dados y una pequeña paloma en representación de Maravilloso Desastre, además del apellido Maddox en la parte inferior. Un ángel en representación de Patch, un pequeño bambi por Anna Green, la portada del libro Bad Romeo, y otros más. Todos unidos perfectamente en un solo tatuaje con la leyenda: Acá esta la magia.

Era un bonito tatuaje, al menos para mí lo era.

Pero no todos sabían que lo tenía, generalmente usaba jerséis o camisas con mangas largas.

—¡Emma tienes visita! —gritó Rose desde la planta baja.

Revisé en mi pequeño reloj de One Direction para corroborar que ya era muy tarde. 10:30 pm.

Si, One Direction, mi prima me lo había regalado hace un par de años, cuando la banda empezaba a sacar su mercancía. Siendo sincera la banda me agradaba. Sobre todo ahora que ya estaba alcanzando la pubertad.

Bajé, aun en mi pijama.

Sentado en el sillón de la sala de estar, estaba Mike.

—Hola Mike —saludé.

—Mi amor... Wow... ¿Qué te pasó? —dijo al voltear y ver mi aspecto actual.

Mike se acercó a mí e intentó tocar mi cara, pero se lo impedí.

Di un corto beso en sus labios.

—Cuidando a las hermanas Roberts —le expliqué—. Su hermano mayor estaba en casa jugando con un balón y accidentalmente me golpeó.

—Nadie toca mi chica y anda tranquilamente por la vida —espetó este, haciendo un ademán con la mano derecha—. Dime donde vive ahora.

—No Mike —lo detuve del brazo, antes de que se le ocurriera algo estúpido—, fue mi culpa. Me atravesé en su camino. Fue un accidente.

Bonita Pesadilla.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora