Capítulo 20.

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Dos meses antes de conocerse.

Estaba en una habitación oscura, con apenas un débil destello de luz sobre mí, me encontraba sentada e incapaz de mover un dedo, habían cajas y objetos a  mi alrededor que no pude reconocer, estaba sosteniendo con ambas manos lo que parecía ser mi corazón, lo sabía porque, había sangre en mi desgastada camiseta de The Beatles y estaba rota en la zona de mi pecho. Me estaba aterrando cada vez más y el corazón en mi mano comenzó a palpitar con rapidez, y su sonido era abrumador, un bum, bum, bum que lastimaba mis oídos y retumbaba en aquella habitación que yo no nunca antes había visto. Una melodía en «la» se escuchaba por lo bajo, hice mi mayor esfuerzo por ponerme de pie, pero era inútil.

   Voldemort comenzó a pasearse a mí alrededor, y canturreaba «Oh, Emma, mi querida Emma». Eso fue aun peor. Los gatos no hablan, maldición. ¿Qué estaba sucediendo?

   Comencé a preguntar qué significaba todo aquello, y por qué mi corazón no estaba en su lugar. Estaba sollozando y pidiendo ayuda, pero mi voz comenzó a quebrantarse y apenas era audible. Qué horror.

   Entonces una sombra apareció frente a mí, avanzando con lentitud y eso me aterró aún más.

   Esa misma sombra comenzó a decir mi nombre, arrastrando las letras, a pesar de la luz, no lograba reconocer aquella figura, pero si noté que era un hombre, supongo que lo era, por su silueta.

   Ese «hombre» acarició mi cabello, una y otra vez, incluso dijo que le parecía un cabello muy bonito y que deseaba tomarlo como suyo.

   Luego se posó frente a mí. Miró mi corazón por un rato, y el miedo me invadió porque estaba tocándolo, lo tomó con sus manos y creo que asomó una sonrisa, no pude reconocer su rostro, era solo una negra silueta frente a mí, dijo también que era un corazón muy bonito.

   Aquella sombra se hizo hacia atrás, dio media vuelta y desapareció, llevándose consigo mi corazón.

   Grité con todas mis fuerzas, pero ningún sonido emanaba de mi boca.

   Una voz comenzó a llamarme por mi nombre, una y otra vez, pero no lograba entender de dónde provenía aquella voz. Y mi cuerpo se estaba muriendo, no lograba sentir nada, como si lentamente, cada parte de mí se hiciera polvo...

    —Emma —seguía diciendo aquella voz— Emma...

   Desperté de golpe. Agitada y cubierta de sudor. Mike y Rose estaban a cada lado, tan asustados como yo.

   Joder, solo había sido una pesadilla.

    —¿Cielo, estas bien? —dijo Mike, limpiando el sudor en mi frente con la manga de su jersey.

    —Demonios —dije con la voz baja— eso fue tan extraño... tan, aterrador.

    —¿Qué ha pasado? —Rose quiso saber, supongo que estaba tan pálida como yo. No necesitaba verme al espejo, era evidente que mi piel parecía una hoja de papel.

   —Había un tipo —comencé a explicar, haciendo mi mayor esfuerzo por ralentizar mi respiración—. Me robó el corazón y estaba muriéndome, no lo sé, fue tan raro.

    —¿Qué crees que signifique? —Rose nos miró a ambos, tratando de descifrar aquel estúpido sueño.

    —¿Debería significar algo? —preguntó el otro.

   Solo de imaginarme a un tipo robándose mi corazón, hizo mi piel erizar. ¿Cómo alguien puede robarse un corazón? ¿Por qué alguien estaría siquiera interesado en ello?

    —Solo ha sido una estúpida pesadilla —anuncié, dejando escapar un suspiro—. Nadie va a venir a robarme nada y los gatos no hablan.

   Ambos me miraron de manera extraña.

   Saqué un cigarrillo de la mesita de noche y lo encendí.

Por Dios, ojalá nadie nunca me robe el corazón.

Bonita Pesadilla.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora