Capítulo 5.

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Oh, grandísimo idiota.

   Mi habitación estaba llena de humo. Mike me miraba desde la puerta mientras Rose ladraba cosas que no me importaban. Odiaba que se involucrara tanto en mi relación con Mike, se preocupaba más que nosotros.

—¿Vas a dejar que diga mi lado de la historia o simplemente vas a regañarme como si fueras mi mamá? —me quejé.

Di un gemido frustrado cuando ella negó con la cabeza.

—Reacciona Ems. Estas echando a perder todo lo que hemos formado.

¿Hemos?

—¿Qué? Disculpa pero yo no soy la que actúa como idiota. Y si Mike no puede confiar en mí no es mi jodido problema.

—¿Estas escuchándote? —Mike habló. Su cara se ponía como tomate— no seas ridícula Emma, eres tú la que está saliendo con otro.

—No estoy ocultándolo. Se lo que hice y no me avergüenza por que no hicimos otra cosa más que hablar y comer.

—Tienes a Mike para eso.

—Cierra la boca Ro, a veces merezco un poco más que pizza.

Sus caras eran de color rojo ahora, y sus venas sobresalían. Apuesto a que iban a golpearme.

—Te vas a arrepentir de esto Emma. Y cuando lo eches todo a perder no vengas conmigo —Rose salió a pasos fuertes de mi habitación. La situación la frustraba más a ella que a mí.

—Cielo... —Mike caminó hacia mí, con las manos en sus bolsillos— ¿Qué está pasando con nosotros?

—No lo sé, dímelo tú.

—Estoy preocupado por como se va todo al carajo lentamente Ems. No quiero perderte. Perdóname si actúo como un idiota pero te quiero.

—Deja de ser un idiota entonces. Si realmente no quieres perderme.

Di otra calada a mi gastado cigarrillo. Mike por su parte se sentó en el suelo, frente a mí.

Unos minutos después una luz se apareció desde la ventana. Seguido de golpecitos de piedras

—¿Que fue eso?

—Nada —me apresuré a decir. Lo detuve cuando el intentó ponerse de pie— probablemente va a llover. Creo que deberías irte.

Mike analizo mi mirada, tratando de encontrar una respuesta —¿Irme? ¿Qué tan molesta estás? Puedo quedarme hasta que estemos bien.

—No estoy molesta, estoy decepcionada. Prefiero que hablemos cuando estemos todos más tranquilos. Y no quieran matarme por haber tenido una cita con un amigo.

—Emma es conmigo con quien deberías salir. Puedo llevarte a donde quieras, solo tienes que pedírmelo.

Ahora resulta que no puedo relacionarme con nadie que no sea él.  —Te llamaré mañana. Por favor vete —me limité a decir—. Necesito un poco de espacio.

Besé a Mike en ambas mejillas y el solo me vio con tristeza. —Te quiero idiota. Pero no puedo estar con un niño llorón que necesita de mami, y por mami me refiero a Rose. Ella no es parte de esta relación.

Una media sonrisa de figuró en su rostro. Probablemente porque le había dicho que lo quería—. Promete que me llamarás.

—No prometo nada. Lo sabes mejor que nadie.

Mike me besó en los labios. Pero yo no puse nada de empeño en ese beso. Tomó sus cosas y finalmente me había quedado sola, sentada viendo fijamente hacia la puerta del baño.

Bonita Pesadilla.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora