-Santy.-Dijo la menor.-Me duelen los pies.-Se detuvo a mitad de la carretera.Frustrada por haber caminado durante quince minutos seguidos, Santana tomó en brazos a su hermana y la cargo, recargando su cabeza en su hombro. Entonces aumentó el paso de su andar, pues quería llegar rápido y dejar en el suelo a su hermana, que por más que le amara, su odio al contacto físico le podía más.
Paró frente la casa de aquella vez y suspiró de alivio cuando dejó caer ligeramente el cuerpo de su hermana en el pavimento.-Me esperas aquí ¿De acuerdo?.-Le dijo a la pequeña y está asintió al instante.
Pensando en que decir, caminó lentamente y tocó el timbre. Varios segundos después la puerta fue abierta y dejó a la vista a la mujer que le había abierto la otra vez.
-Buenas noches.-Dijo la morena.
-Buenas noches. ¿A quién viene a buscar?.-Preguntó la sirvienta.
La morena tragó saliva.
-De hecho, venía a preguntar si de casualidad usted señora sabe donde puedo encontrar a la amiga de la señorita Hamilton, Brittany.-
La mujer estuvo a punto de darle la información que quería, cuando la insolente hija del millonario Roy Hamilton apareció detrás de la muchacha del aseo.
-Roberta ¿Qué te he dicho de abrirle la puerta a desconocidos?.-Frunció el ceño y se cruzó de brazos.-Vete a la cocina, yo me encargo.-Dijo y la mujer salió como cohete a seguir fregando platos.
La pelirroja miró de arriba a abajo más de una vez a la morena.
-Y tú has venido a mi mansión ¿Porqué?.-
Santana sólo trabaja en no romperle la boca en esos momentos.
-Para mi desgracia eres la única persona que sabe cual de todas estas casas es la de Brittany.-
La pelirroja rió irónicamente.
-¿Y crees que te diré donde vive mi amiga?.-Volvió a reír.-Mejor te daré un consejo.-Paró y se cruzó de brazos.-Aléjate de ella, querida. Hasta en los perros hay razas y lamentablemente te tocó ser de la más corriente.-
La morena se impulsó hacía adelante y antes de poder hacer algún movimiento la pelirroja habló.
-Me pones un dedo encima y no vuelves a ver el sol durante muchos años.-
Santana retrocedió unos pasos.
-Buena chica.-Sonrío burlona.-Te decía, gente como nosotras no puede convivir con gente como...tú.-Volvió a barrerla con la mirada.-Buenas noches, querida.-Y con eso cerró la puerta en sus narices.
Una enojada y estresada Santana retrocedía de aquella puerta. Estaba que echaba chispas, odiaba a Brooke, la odiaba. Caminando de la mano de su hermana paró en medio de todo el fraccionamiento y mirando a todos lados comenzó a suponer cual de todas esas noventa y cuatro casas sería la de la rubia. Sentada en la banqueta con la compañía de su hermana menor, no le quedó de otra que esperar un milagro, o ver salir a la rubia de alguna de aquellas puertas o esperar a la sirvienta de los Hamilton para preguntarle, pero ya habían pasado ciento veinte minutos y los portones que se ubicaban al inicio del fraccionamiento se habían cerrado.
-Maldita sea.-Susurró la morena viendo a lo lejos como aquellas grandes puertas de acero se cerraban indicando que ya no habría ni entrada ni salida de aquel lugar.
-Disculpe señorita.-Un hombre con uniforme de guardia le tocó él hombro.-Me temo que si usted no reside en alguna de estas casas tendré que llevarla a la comisaría.
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"Free hugs" [Fanfic Brittana]
Hayran KurguBrittany ama dar abrazos, Santana odia los abrazos.