Cuatro días más tarde, Ashton y los chicos ya se habían acostumbrado a tener a Lukas en el departamento. Ash debía aceptar que Lukas era genial, divertido, amable e increíblemente bueno en la cocina; sin embargo, no podía evitar estar un poco celoso, toda la atención la obtenía el chico nuevo, con sus cenas extravagantes y sus interesantes historias de hospital. Trenton y Jamie parecían estar fascinados con Lukas, y Ashton no soportaba eso. En cualquier caso, no podía decir nada, él había aceptado a Lukas en casa y no se iba a retractar un par de días después solo porque se sentía amenazado.
Queriendo dejar todo de lado, salió del departamento cerca de medianoche. No quería estar ahí encerrado, no quería recordar a Matt cada dos segundos solo porque su mente no tenía nada mejor que hacer. Se sentía aplastado, falto de aire, así como si tuviera un ataque de pánico constante.
Sin un rumbo fijo, se encontró a sí mismo caminando a una licorería. Le costaba caminar, y le dolía hasta el alma aquel hueso roto. Llegó a duras penas a la entrada de la tienda y compró todo lo que su tarjeta de débito le permitió. Dos botellas de whisky. No tenía demasiado dinero.
Salió de ahí con rumbo a un pequeño parque de juegos infantiles que estaba entre la universidad y su bloque de departamentos, y se dejó caer sobre la hierba húmeda.
Las calles carecían de peatones y no escuchaba más que algunos coches ir y venir cada par de minutos.
Entonces, comenzó a pensar.
Quizás demasiado.
"Podría morir ahora mismo" pensó mientras abría una de las botellas. "No me importaría morir ahora mismo" bebió el primer trago y una lágrima cayó por su mejilla. "Es más, quiero morir ahora mismo"
No le gustaba el whisky, pero lo estaba bebiendo como si no le quemara la garganta, como si le gustara el sabor, como si nada importara ya. Y es que nada importaba para él.
[...]
- Oye – Ashton sintió un penetrante dolor de cabeza, sintiéndose incapaz de abrir los ojos. – Muchacho, tienes que despertar.
Pero Ashton no quería despertar. No quería tener abrir los ojos y enfrentarse a la realidad. Tenía miedo, jamás había tenido tanto miedo.
- ¿Está vivo? – escuchó otra voz.
- Sí, está respirando, solo está demasiado ebrio como para moverse.
- ¿Llamo a los paramédicos?
- Creo que es buena idea...
- No – Ashton se incorporó como pudo de un puro salto y al abrir los ojos vio a dos oficiales de policía, uno de ellos sosteniendo una linterna que lo estaba cegando. Seguía en el parque y todavía era de noche. – Es-estoy bien...
- ¿Nombre? – uno de los oficiales parecía molesto, el otro bajó la luz y suspiró.
- Ashton Rickson – tartamudeó Ash.
- ¿Sabes qué día es hoy? – preguntó el oficial.
- No estoy t-tan ebreeeo – mintió Ash, sintiendo nauseas. No podía enfocar los rostros de los oficiales. Se sentía fatal.
- Lo estás – insistió el oficial. – Y eres menor de edad.
Ash agudizó su vista tanto como pudo y vio al oficial sostener su identificación. Maldijo internamente todo a su alrededor, comenzando por el oficial.
- Voy a cumpleeer veint... veintiuno en unos mesesss – reclamó Ashton. Los oficiales compartieron una mirada cómplice durante unos segundos. Ashton estaba intentando con todas sus fuerzas no desmayarse otra vez.
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Lightning | Libro #2
General FictionLucy siempre fue infeliz, tanto, que ya ni siquiera recurría al llanto para ahogar su pena. Pero había algo en ella, siempre lo hubo, algo que brillaba con una intensidad capaz de iluminar la faz de la tierra. Algo que a pesar de ser triste, era her...