Louise y Maddie estaban dando vueltas en el pasillo del hospital. A simple vista, se podía decir que a ambas se les estaba por caer el pelo de la más pura ansiedad.
Un doctor salió de la habitación de Lukas y se dirigió a las chicas con una amable y brillante sonrisa en el rostro.
- Él está despierto, ¿quieren hablarle?
- Sí, por supuesto – Maddie iba a dar un paso en dirección al cuarto cuando Louise la detuvo.
- ¿Cómo se encuentra Lukas? – preguntó esta al doctor.
- Está un poco adormilado, pero estará bien. Mañana le daremos el alta.
- Eso es grandioso – Louise sonrió en grande, sin soltar a Maddie del brazo. – Muchas gracias, doctor.
- No hay de qué.
El doctor se retiró y fue entonces cuando Maddie miró a Louise con el ceño fruncido, muy confusa. No entendía por qué Lou la había detenido tan bruscamente.
- ¿Qué? ¿Qué sucede?
- ¿Has pensado en qué le vas a decir? – preguntó Louise. La cabeza de Maddie dio un par de vueltas.
- ¿De qué hablas, Lou?
- Ya sabes, tú y Lukas están juntos – Louise se cruzó de brazos y las mejillas de Maddie se encendieron.
- ¿Cómo...?
- No importa cómo lo supe, Maddie, lo que importa es qué pasará ahora. ¿Vas a seguir con él? ¿Harán las cosas oficiales? – preguntó Louise. – Él ahora es un chico, es decir, tiene... ya sabes. ¿Estás bien con eso?
- No lo sé – Maddie entendía el punto de Louise, pero no quería discutir el tema en aquel momento. Pensó en todas las noches que pasó abrazada al torso de Lukas, en todos los besos que le había dado y todas las carcajadas que habían compartido hasta el amanecer, fue entonces cuando se dio cuenta de que muy en el fondo había estado esperando a que Lukas terminara su transición para poder hacerlo oficial; y se sintió terrible. – No había pensado en eso – admitió.
- ¿Qué pasará ahora que... ya sabes, él tiene su... cosita?
Maddie sonrió avergonzada. Sí, Lukas ahora tenía un pene, y por ende, las cosas en la cama iban a cambiar un poco. Pero no había analizado el asunto hasta aquel momento, no había pensado en cómo iba a afectar la relación ni en cómo iban a ser las cosas...
- Supongo que nos tomaremos un día a la vez – suspiró. – No sé qué otra cosa hacer.
- Mira, Maddie, Lukas te adora y sé que para él significa el mundo que estés a su lado ahora mismo – siguió Lou. – Solo quiero asegurarme de que será así desde aquí en adelante, de que no lo dejarás solo durante las batallas que le quedan por pelear.
- Nunca lo abandonaría – masculló Maddie. – Lukas es... todo lo que tengo.
- Entonces por favor... demuéstraselo.
Maddie asintió con la cabeza y sin pensarlo dos veces se encaminó a la habitación, abrió la puerta hasta atrás y al ver a Lukas, sonrió de oreja a oreja. Sin darle la oportunidad de hablar, se inclinó sobre él y lo besó; frente a las enfermeras del pasillo y frente a Louise.
Cuando se separaron, Lukas emitió un sonido como de suspiro y también sonrió. Miró al costado y vio a Louise apoyada en el umbral del cuarto, mirándolos con los ojos brillosos.
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Lightning | Libro #2
Aktuelle LiteraturLucy siempre fue infeliz, tanto, que ya ni siquiera recurría al llanto para ahogar su pena. Pero había algo en ella, siempre lo hubo, algo que brillaba con una intensidad capaz de iluminar la faz de la tierra. Algo que a pesar de ser triste, era her...