Capítulo 4: Primer día de clases

45.4K 1.2K 92
                                    

Después de que las chicas se terminaran de arreglar, cogí mi Prada negro y salimos. Tras una caminata a una temperatura que me daba estremecimiento mencionar (por dios, aquí hacía muchísimo frío por la mañana), llegamos hasta el comedor. Entramos y nos sentamos en la mesa en la que nos habíamos sentado la noche anterior.

Efectivamente, los compañeros que tenía enfrente eran los famosos amigos de las chicas, que no sé si me ignoraron a propósito o todavía no se habían dado cuenta de que existía. Miento, creo que había uno que se había dado cuenta de que existía. Schoomaker miraba con interés el periódico de la mañana, así que decidí ignorarle. Ya tendría que soportarle más tarde, cuando tuviera que limpiar los baños con él.

Al oír como saludaba al resto de sus amigos, Schoomaker dirigió su mirada hacia mí. Eso me dejó un momento totalmente desconcertada, no creía que me fuera a mirar (otra vez) con tanto descaro, pero era visto que el chaval era bastante directo y no se andaba con medias tintas o escondía la mirada avergonzado al darse cuenta de que lo habías visto. Lo ignoré completamente y pasé a servirme un zumo de naranja, el café con mucha leche y dos magdalenas de chocolate. Penny hablaba animadamente con Kevin, Charlie leía una revista y Nat intentaba leer el artículo de moda por encima del hombro de Charlie. Los otros amigos de Schoomaker estaban demasiado dormidos como para concentrarse en otra cosa que no fuera su desayuno. Schoomaker seguía con un ojo puesto en mí y otro en el periódico de esa mañana, y yo saqué de mi Prada negro mi gastado ejemplar de "Orgullo y Prejuicio".

Schoomaker puso expresión de sorpresa, y yo intenté concentrarme en mi lectura.  Viendo que el baile de Netherfield no me conseguía distraer, guardé el libro en el bolso. Justo en el momento en el que cerraba la cremallera, un dedo me tocó el hombro. Me giré y vi a la rubia de "Be Famous!" enfrente de mí.

Realmente, la rubia impactaba. Tenía el pelo largo y con flequillo de un color rubio que era imposible que fuera natural, aunque perfectamente teñido. La cara ovalada, el cutis blanquísimo, los ojos azules y perfectamente maquillados a estas horas de la mañana, una nariz perfecta (aunque dudaba de que fuera natural, en la foto de Be Famous tenía otra forma su nariz) y unos labios perfectamente pintados de rosa fucsia.

-          Me imagino que tú eres la nueva.

-          Soy Helena Williams si te refieres a que soy la nueva - le dije. Borde.

-          Yo soy Barbara Clarkson, la delegada de curso y presidenta del club de fans de Christopher Schoomaker.

Como si no lo supiera ya a estas alturas. 

-          Bien. - continuó ella sin hacer caso a mi vuelta de ojos - Como sabrás, al ser la delegada de curso tengo la obligación, a veces odiosa, de dar la bienvenida a los nuevos. Tengo que decirte que no es agradable. Supongo que lo que te tendré que decir es que tu vida aquí no vale nada. Yo soy reina y señora del internado, así que sólo vengo a advertirte de que no pretendas ser la más popular aquí, el puesto está ocupado por mí.

¿Le había entendido bien a la zorra rubia o lo que me había dicho eran sólo imaginaciones mías?

-          Perdona, pero creo que el internado pertenece al director y a su familia. Y tú no eres nadie para decirme a mí que yo no valgo nada aquí, porque no eres una especie de dios ni de líder religioso, ni tampoco creo que cerrar todos los pubs de tu ciudad o acostarte con medio equipo de fútbol te de derecho a hacer eso. - le contesté.

-          ¿Quién eres tú para juzgarme a mí? ¿A mí?

-          La misma persona a la que juzgas tú sin motivo ninguno. Y supongo que no tenemos nada más que hablar. ¿Me equivoco?

St. Peter CollegeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora