"Me encontraba en una iglesia. Sí, estaba en una iglesia y vestida de blanco. En las manos sostenía un ramo de rosas rojas.
¿Qué hacía yo en una iglesia vestida de novia? ¿Y con rosas rojas? Todo el mundo sabía que yo odiaba las rosas rojas. Eran demasiado clásicas para mi gusto.
Mi padre estaba a mi lado sonriéndome y apretándome cariñosamente el brazo. Vale, tampoco entendía por qué mi padre estaba conmigo, cuando yo estaba muy enfadada con él por el hecho de que se hubiera divorciado de mi madre y se hubiera casado con una Barbie unineuronal.
Ni siquiera sabía en qué iglesia estaba. Reconocía algunos elementos arquitectónicos de estilo neogótico, ya que para algo me habían servido las clases de arte en St. Jude, pero esos detalles eran insuficientes para sacar una conclusión del lugar en el que estaba.
De repente, una marcha nupcial sonó por toda la iglesia. Reconocí la de Mendelssohn, también un cliché de boda. Mi padre me cogió el brazo y avanzamos por el largo pasillo. Mi giré a los lados para ver quienes estaban sentados en los bancos. Distinguí a mi innumerable familia, entre la que se incluía a mi madre y a mis dos abuelas, llorosas en la primera fila; compañeros de St. Jude y de St. Peter y a un lado mientras veía al otro a muchas personas a las que no conocía. En el altar distinguí a mi mejor amiga Nat, ejerciendo de dama de honor, con un vestido verde pistacho y con flores en el pelo, además, estaba descalza. Parecía una especia de hortera-hippy. Al otro, estaba Johnny, intentando tener una apariencia seria sin conseguirlo, llevando un traje de terciopelo granate. Vale, mi boda parecía una boda de Las Vegas o algo peor. Y finalmente, llegué frente a él.
Llevaba el pelo rubio engominado hacia atrás, llevaba esmoquin y pajarita y en su pechera había puesto una rosa blanca. Me sonrió y sus ojos azules brillaron con intensidad. El sacerdote inició la ceremonia. Yo estaba como en otro mundo, de manera que no me acuerdo de los votos que pronuncié ni de los que él dijo, y finalmente llegó el ansiado si quiero, que fue cuando reaccioné por fin, al oír al sacerdote diciendo lo de que ya podía besar a la novia. Él me besó, y luego me susurró al oído: Te quiero Señora Schoomaker. Me eché a gritar y me desperté."
Cuando abrí los ojos, me encontré en una habitación que se me hacía conocida. Tonos azules en las paredes, una mesa de billar, Schoomaker a mi lado... Un momento, ¿qué hacía yo durmiendo al lado de Schoomaker?
Mi primera reacción fue la de apartarme, pero me quedé paralizada al recordar algunas imágenes de la noche anterior. Como si me estuviera muriendo, todas las imágenes de la noche anterior pasaron por mi cabeza como si fueran una película: había ido a la fiesta, había conocido a Mark White, había bebido (pero no lo suficiente como para no acordarme de nada ni estar con resaca)… Y había visto a Schoomaker vomitando, le había llevado a su habitación y había dormido con él aquella noche. Y luego lo de su explicación de lo que nos pasaba a ambos, nada aclaratoria. Lo único aclaratorio es que estaba vestida, por lo que no había pasado nada de lo que pudiera arrepentirme.
Miré a Schoomaker. Seguía dormido, ajeno a todo lo que me pasaba por la cabeza. Probé a levantarme de la cama, pero los brazos de Schoomaker aprisionaban mi cuerpo. Resignada, miré el reloj de la mesilla de noche. ¡Mierda! Eran las 12.45. Y me había perdido clase, que era lo peor de quedarse dormida. Tenía que irme corriendo a mi habitación y sin que me vieran.
Me libré de los brazos de Schoomaker cuidadosamente, y, al intentar cruzar la habitación sin hacer ruido, la puerta se abrió, dando lugar a que aparecieran Johnny, Jerry y Kev alborotando.
Johnny fue el primero en percatarse de mi presencia. Cuando iba a hablar, le pedí silencio poniéndole la mano en la boca. Le miré de forma suplicante, pidiéndole sin palabras que no hablara, que no despertara a Schoomaker y me delatara. Johnny, atendiendo mis súplicas, me cogió del brazo y me sacó de la habitación, y les hizo una señal a Jerry y a Kevin para que le siguieran. Salimos de la habitación y cerramos la puerta a nuestro paso.
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St. Peter College
Romance¿Qué harías si tu novio te engaña con tu mejor amiga?¿Si tus padres se divorcian? ¿Si tu padre se vuelve a casar con la mujer con la que engañó a tu madre? Pues eso es lo que le pasa a Lena Williams. Tiene dos opciones para su último año en el insti...