Capítulo 33: Decisiones

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Los rayos de sol caen sobre mi piel mientras mi madre, Johnny, Joe y yo tomamos el sol en el jardín de la casa nueva. Mi madre y Joe se mudaron poco después de la boda a una mansión de Beverly Hills, en el 1012 de North Crescent Drive, no muy lejos de donde estaba la anterior casa, que será de Johnny en cuanto se independice. Llevo dos semanas dedicándome a leer, tomar el sol y remolonear en la tumbona sin hacer nada.

-          Esto sí que es vida – digo tras tomar un sorbo de mi granizado de limón y dejar “El señor de las moscas” sobre el regazo.

-          Piensa que estaremos todo el verano así. Eso sí que será vida. – me responde Johnny mientras se quita las gafas de sol.

-          Disfrutad esto mientras podáis. En cuanto nazca el bebé no habrá ningún minuto de descanso.

-          ¿Cuándo es tu próxima ecografía? – le pregunto con interés.

-          La han programado para hoy. Y creo que me van a decir el sexo del bebé. – explica ella con una sonrisa.

-          Si se deja ver. En la última ecografía nos dijeron lo mismo y no se veía nada. – responde Joe apartando la vista del periódico.

-          Grillito se dejará ver, ya lo veréis. – asegura mi madre mientras acaricia su ya prominente barriga.

-          ¿Grillito? ¿Quién es grillito? – pregunto con interés.

-          El bebé, por supuesto. – responde ella.

-          ¿Has llamado grillito  mi futuro hermanito? – dice Johnny indignado. – ¿Grillito? ¿En serio Lily?

-          A mí también me parece ridículo – admite Joe.

-          Por dios mamá, ¿no has encontrado todavía un nombre para el bebé?

-          No sé qué va a ser, así que le he puesto un nombre para referirme a él. Era incómodo decir “el bebé” todo el rato. Además, tu nombre era peor.

-          ¿Mi nombre?

-          Cuando no sabía qué ibas a ser, te llamaba Medusa.

Johnny y Joe empiezan a reírse a carcajadas mientras yo niego.

-          Mamá, no tienes criterio para elegir nombres.

-          Eso también se lo dije yo – admite Joe.

-          ¡Pero si tu nombre es precioso! – exclama ella sorprendida.

-          Mamá, me llamaste igual que Helena de Troya, la mujer que provocó la caída de Troya.

-          Es un nombre precioso. – sigue diciendo ella convencida. Johnny y yo la seguimos mirando con cara rara. – Pero ya que no te fías de mí, Johnny y tú me ayudaréis a buscar un nombre para el bebé. – termina ella con una sonrisa.

-          ¿En serio?

-          Claro que sí. Es vuestro hermano. Joe y yo queremos que participéis en esto.

Me levanto a abrazar a mi madre y a darle un beso. Me encanta poder elegir un nombre para el bebé.

-          A ver, ¿qué nombres habéis pensado si es una niña? – pregunta Joe.

-          A mí me gusta Eleanor. Como Eleanor Rigby.

Dios, que típico de Johnny ponerle al bebé un nombre relacionado con los Beatles.

St. Peter CollegeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora