Cap 1 el chico atractivo

599 23 7
                                    

Dejé mi cabello suelto. Estaba frente al espejo, maquillándome como suelo hacerlo. Mi delineador de ojos líquido color negro, mi sombra color piel claro con brillitos que casi ni se nota, mi rimel también negro y mi labial rosa suave. Lo que me gusta, lo que cuando salgo la mayoría del tiempo no me puede faltar cuando salgo. Me gustan, mucho.

Generalmente soy una chica callada, no hablo más de lo que debo con los adultos, y aveces eso es un poco triste. Aveces me gustaría poder entrar en confianza con mis familiares, porque ni con ellos casi hablo. O poder ser más sociable de lo que soy ahora, no sé. Tengo algunos amigos, sí. Pero tampoco soy la chica que es buena para socialisar o cosas así.

Y quizás se pregunten por qué me estoy arreglando o hacia donde iré. Bueno, hoy es la cena de celebración por la nueva esposa de mi padre. Exacto, nueva esposa, porque él y mi madre se divorciaron cuando yo era una bebé. Ella nunca quiso mi custodia así que me abandonó. Él me ha criado, gracias a él soy la persona que soy ahora. Jamás dejaré de agradecerle eso, aunque no está muy pendiente de mi, pero aún así lo amo y estoy agradecida.

Soy hija única. Michelle -la esposa de mi papá- está embarazada de siete meses. Tendré un hermanito. No me molesta, no me meto mucho en la vida de mi padre, y además ella es muy buena conmigo, me ha apoyado en muchas cosas. Me gusta la persona con quien se casó. Aunque bueno, es su quinta esposa, pero de todas me gusta más esta. Por alguna razón, nunca dura mucho con ninguna mujer.

Acomodé un poco más mi vestido y salí de mi habitación, ya lista. Era color plateado con lentejuelas al igual que los zapatos y los otros accesorios.

Papá me esperaba abajo. Cuando me vio, sonrió. Asintió en forma de que le gustaba como me veía. Sonreí tímidamente y me acerqué para abrazarlo. Ahí también estaba Michelle. Estábamos a punto de irnos al local que habían arrendado por un día para poder hacer la cena junto con todos sus conocidos.

- Te ves hermosa, hija -me alagó él.

- No es cierto -reí.

- Sabía que ibas a decir eso -soltó unas carcajadas y los tres salimos de la casa para llegar hasta el carro que nos llevaría hasta nuestro destino.

Siempre que me dicen linda o me alagan de alguna forma, no me lo creo. Quizás es por mi inseguridad. Jamás me he considerado una chica linda o guapa. Pero siempre me andan diciendo que soy atractiva, hermosa, dulce, sexy... Pero no, no es cierto. No me veo así. La mayoría del tiempo pienso que solo lo hacen para que me sienta bien o aceptada de alguna forma.

Cuando ya estábamos en el auto, no tardamos más de 30 minutos en llegar. Olvidé decir que vivo en Atlanta. Pero bueno, tampoco es la gran cosa que lo sepan.
Nos bajamos de ahí y comenzamos a caminar hacia el local grande en el que sería la celebración. Habían demasiados invitados, casi ni se podía caminar. Saludé a muchos, sonriendo y algo sonrojada. Por alguna razón ellos siempre me abrazaban, se animaban cuando me veían. O dicen que soy su favorita y que me adoran, pero ¿por qué lo dicen? Si casi ni hablo con ellos... ¿cómo pueden apreciarme tanto si nunca les doy a conocer algo de mí que no sea gentileza y timidez? Siempre me he preguntado esas cosas.

Pero lo bueno fue cuando logré divisar a Dakota, mi mejor amiga que obviamente había sido invitada también. A su lado estaba Sam, un amigo nuestro. Él siempre era muy atento conmigo, y Dakota siempre me decía que estaba enamorado de mi. Nunca le creí, pues somos amigos y bueno, no soy tan linda para gustarle a alguien como él, que es atractivo y coqueto. Mis otros amigos no habían venido porque mi padre no quiso invitarlos, dice que no le agradan mucho. Aveces eso me fastidia, pero al fin y al cabo esta "fiesta" es de él, no mía. Él sabrá a quién invita y a quién no.

- ¡____! -me saludó mi amiga con un abrazo- ¿cómo has estado? ¡No te he visto desde el martes! -hoy, es viernes.
- Bien, creo -reí- ¿y tú? No te has dignado a llamarme, tonta.
- Lo sé, es que no he tenido dinero en el móvil, pero en cuanto tenga te llamaré más seguido -me dijo ella sentida, pero de repente reaccionó y me miró- Oye, pero tú también pudiste haberme llamado, eh.
- Es que lo olvidé -me eché a reír y ella me siguió. Entonces, me fui para el lado de mi amigo- Hola, Sam -le abracé.
- ¿Cómo has estado? -me preguntó él sonriente luego de nuestro amistoso saludo. Su mirada se desvió a mi zona abultada- Tus pechos se ven muy bien...
- Ya para con eso -le fulminé con la mirada, pero a los segundos los tres nos reíamos.
- ¿Por qué? Deberías entender que eres muy guapa...
- Que no.

Sam tiene la manía de hacerme halagos perversos sobre mi cuerpo. Siempre me anda mirando o el culo, mis caderas, mis piernas, ¡todo! Es algo molesto pero gracioso a la vez. Hasta hay veces en que me ha ofrecido irnos a su auto cada vez que se fija con deseo en algunas zonas en especial, pero siempre lo tomo como un chiste de su parte. Es solo mi amigo.

Nos quedamos un rato conversando de algunas cosas. Con ellos siempre me divertía muchísimo, eran las únicas dos personas con las que podía ser yo misma y hablar como se me antojara sin estar tímida, sin ponerme nerviosa o cosas así. Sin duda eran los mejores amigos del mundo entero.

Cuando llegó la hora de comer, todos nos fuimos a sentar. Todo estaba perfectamente ordenado. Los cubiertos, las copas y los platos brillaban de lo limpios e impecables. De verdad que se habían tomado un trabajo muy duro en hacer todo esto. Me senté en frente de Dakota y Sam. Todos guardamos silencio y papá hizo un brindis y a continuación todos aplaudimos. Me hacía muy feliz ver esa sonrisa en su cara. Si él estaba feliz con ella, yo lo estaba y nada más importaba.

Luego vinieron unas palabras de un amigo del trabajo de papá. Yo no lo conocía. Tenía las intenciones de escuchar todo el discurso pero me aburrí, así que cogí mi móvil y entré a Facebook. Escribí un estado y subí una foto que había sacado en mi habitación al ponerme el vestido. A los minutos ya tenía comentarios de algunos amigos diciéndome lo bien que me veía. Yo siempre los dejaba ahí, sin poner like o decir siquiera un "gracias". No sé, no prestaba mucha atención a ese tipo de cosas. Si me gustan mis fotos, las subo. Eso.

- _____!!
- ¿Qué? -me sobresalté cuando Dakota me sacó de la concentración que tenía viendo mi aparato.
- ¿No vas a comer? -me preguntó- Se te va a enfriar.
- Sí, lo haré. Es que estaba metida en otra cosa -hice una sonrisa torcida mientras lo guardaba en mi pequeña carterita de mano que traía.
- Ya come -me ordenó esta vez Sam, con la boca llena- Si no lo haces tú, lo haré yo.

Dakota le pegó un codazo.

- Tienes varios tipos de ensaladas y banquetes aquí -le dije yo- ¿y justo quieres comerte el mío?
- Sí, para hacerte enojar -me sacó la lengua luego de que se lo tragó todo. Yo sonreí y probé un bocado.
- Está delicioso... -expresé saboreando.
- Demasiado...

Comencé a sentir unos ruidos provenientes del otro piso, no sabía de qué eran. Creo que también habían más invitados arriba ¿tantos habían venido? Y yo que pensaba que estaban todos abajo y eran demasiados. Ya veo que papá nunca se cansa de invitar a gente a sus cosas.

- ¿Son más invitados los de arriba? -decidí preguntarle a los chicos.
- No -me respondió mi amiga- En el otro piso hay otra celebración de no sé qué. No somos los únicos aquí, o al menos eso me dieron a entender cuando llegué -me explicó ella.
- Ah, vale -sonreí.
- Que curiosa que eres, te van a matar por ser tan así -jodió Sam. Típico.
- Y tú que metido que eres -lo miré mal y él se puso a reír.

No tardamos mucho en terminar todo lo de nuestro plato, hasta quedar satisfechos. Sentía que quería explotar, pero estuvo tan rico que habría seguido comiendo. Entonces, conversamos un poco más. Conocimos a otros chicos y chicas de nuestra edad que estaban a nuestros lados. Yo fui muy tímida al principio, pero luego decidí esforzarme y ser más... ¿cómo decirlo? Aventada. Más sociable. Como quieran llamarle.

Ya se iban a hacer las 8:00pm. Estaba oscureciendo. Me puse a ver el Facebook otra vez. No hice gran cosa, estaba aburrido. Pero entonces la voz de Dakota, entusiasmada, me sacara de ese mundo otra vez. ¿Novedad? No. Siempre pasa eso.

- ____, no me lo vas a creer -me dijo ella y yo la miré- Acaba de bajar un chico del otro piso, era muy atractivo, perfecto y todo... Te ha lanzado un beso -me contó con felicidad.
- ¿Ah? -me extrañé- ¿estás segura? No debió ser para mí... Estás loca.
- ¡Ha sido para ti! -insistió- Lo he visto, te digo. Era claro de color vestía una chaqueta de cuero negra y le alcanse a ver un tatuaje en forma de rosa en el cuello . Apenas ha bajado te ha mirado, no te apartaba los ojos de encima. Y antes de bajar te lanzó un beso... ¡Dios, ha sido tan mágico!
- ¿Por qué iba a lanzarme un beso si yo no estaba mirando? -aveces soy muy testaruda.
- Quizás esa era la idea, que tú no te dieras cuenta. ¿Cómo no piensas?
- No sé, de más que fue para ti.
- ¡Que no ha sido para mí, fue para ti! -dijo exaltada. La estaba sacando de sus casillas.

El tema ese se dejó de lado aunque de vez en cuando Dakota me lo recordaba y seguía tratando de hacer que se me quedara grabado en la cabeza. Se hicieron las 10:00pm, y justo en ese momento me dieron ganas de hacer algo muy importante... ir al baño.

Owwww primer capitulo espero les guste *---*

En medio de mi soledad (oliver sykes y tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora