cap 34 nuevo gatito ❤

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Si él había podido ser honesto, yo también podía serlo. No debía ocultarle mis miedos o mis inseguridades. Él conoció muchos de ellos de inmediato, prácticamente notaba cosas de mí que ni yo misma podía ver, ¿entonces por qué debería ocultarle lo que yo también quería y deseaba? No tenía lógica. Era mi turno, también debía decirle.

- Voy a decir que no eres el único que desea esas cosas -confesé- Yo también quiero, realmente quiero. También quiero seguir estando contigo por mucho tiempo más o para siempre. Quiero ese arte, quiero todo lo que tú me dijiste. Podría jurarlo, si es lo que deseas. No te estoy mintiendo. Incluso sé que no me obligas, pero a pesar de que no estoy lista, tengo ganas de hacerlo. Es muy extraño.

Se me quedó mirando fijamente, con una cara tan confusa que llegué a creer que había arruinado todo. Tal vez no me había explicado bien. Pero no pasó mucho para que su expresión cambiara y fuera totalmente seria, aunque debo admitir que eso me asustó más. Me extrañé cuando comenzó a sobar sus muslos, como si de alguna forma se estuviera secando el sudor de las manos. Sonrió, de repente. Me estaba revolviendo el cerebro esperando a que me dijera algo. Lo que sea sería mejor a su silencio, que ya me estaba estrangulando. Me preparaba para gritarle o a hablar cualquier cosa que no fuera ese tema. Al parecer era lo mejor.

- Jamás me voy a arrepentir de tenerte a mi lado -susurró oliver- Lo que ahora mismo haría es acurrucarte conmigo, besarte y mimarte todo lo que no he podido hacerlo. Me siento solo en casa como no sabes, te extraño cada día. A veces quiero pararme frente a tu padre y decirle todo lo nuestro, pero no se puede y me harta. Tengo miedo, __. Miedo de que te aleje de mí. No lo soportaría.

Me sentía tan mal por eso. Yo misma le estaba haciendo daño. Le pasaba por mi culpa. Los dos estábamos en la misma situación, desesperados por no tener que ocultarnos. Solamente habían pasado dos días y ya costaba.

- Debemos ser pacientes, amor -si alguien debía mantener la cordura, era yo- En un tiempo papá te tomará cariño y cuando se lo digamos entenderá. Esperemos que así sea. Pero no me voy a alejar de ti, ni nada de esas cosas. Quiero seguir contigo, no importa lo que pase y necesito que lo entiendas. Promete que lo entenderás, ¿si? Por favor.

Todo ya parecía una de esas telenovelas dramáticas que dan. La chica a la que le prohíben estar con el de otra familia rival, pero se ven a escondidas y tratan de sacar a flote su amor por sobre todo. No es tan parecido, pero sí un poco. Y no lo digo con orgullo, lo odiaba. Decidí que cuando Michelle me pidiera ver esas cosas con ella, no le volvería a hacer caso.

- Lo prometo -brotó de sus labios. Me sentí más aliviada al escuchar sus palabras. Sonrió con ternura, haciendo que yo mordiera mi labio inferior.
- Confío en ti, oli . Y saldremos adelante -esta vez era mi promesa y no pensaba romperla.

Estuvimos unos cuantos minutos ahí, no fueron más de tres y ya estábamos listos para volver a casa. Nuestra preparación para arrancar se terminó cuando mi novio habló improvisadamente, diciendo que tenía algo guardado dentro de él.

- Necesito mear -soltó, abriendo la puerta y parándose- No creo poder aguantar.
- Pues ve -me eché a reír- Los árboles sirven, no se verá nada con toda la oscuridad. Tu vejiga es muy débil, ¿lo sabías?
- Al menos no me meto en casa de un extraño a sacar los litros de pipí que me torturan, señorita. Tengo educación.

Lo fulminé con la mirada. Pero que idiota. Cerró la puerta rápidamente y se fue a través de las hojas. Sus palabras me habían sacado de quicio, y sin pensarlo dos veces salí del auto y me fui por donde mismo él se había escondido. De inmediato escuché un río escurriéndose.

- Tengo educación -le dije tomándolo por sorpresa, haciéndolo saltar.
- Mierda, __. Es de mala educación interrumpir a la gente mientras hace sus necesidades, ¿es que a ti no te enseñaron nada? -eso me cabreó más aún, se estaba burlando de mí.
- ¡Tengo educación! -volví a repetir, esta vez un poco más fuerte- Solo bromeaba, además esa vez estaba perdida, no pude aguantar más. A cualquiera le pasa.
- No sé por qué te defiendes tanto, en ningún momento te dije que fue algo que a mí me perjudicara o molestara -se volteó cuando ya estuvo con la ropa arreglada.
- Parecía que sí -dije algo apenada.
- Pues no lo es. Te conocí gracias a eso. El pipí es un símbolo para nosotros desde que nos hemos encontrado, y no habrá nada que lo cambie. Amo el pipí, casi tanto como te amo a ti. Parecemos enfermos hablando del pipí a cada momento, pero es algo que nos marcó, ¿entiendes? Ese líquido amarillo fue lo que nos unió. Joder, esto suena tan imbécil -se rascó la cabeza- Ahora, no me he lavado las manos, así que espero que no me tengas asco.

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⏰ Última actualización: Jan 23, 2016 ⏰

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En medio de mi soledad (oliver sykes y tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora