Capítulo 1

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Un suspiro escapó de sus labios mientras observaba con atención la agenda de su jefe, no demasiado llena, pero sí con algunas reuniones que sabía debía tener muy en cuenta si no quería que el hombre le diera un buen rapapolvo. A Donghae eso le parecia extraño pues su jefe no era mucho más mayor que él, pero era su jefe al fin y al cabo, así que estaba en su derecho. Si al menos no le pareciera tan malditamente atractivo, quizás sería más fácil para él. Por lo que sabía, el señor Lee había decidido contratar un secretario (palabra que a Donghae realmente no le gustaba), porque estaba algo cansado de que todas sus secretarias le restregaran los senos por la cara. Y alguna lo había hecho literalmente, cosa que hizo al castaño reír cuando lo escuchó  eso le daba la idea a Donghae de que el otro no quería insinuaciones en su trabajo así que por mucho que lo atrajera, debía contenerse. De todas formas se había estado masturbando durante años; masturbarse con la imagen de su jefe era incluso mejor.

Volvió a lanzar un suspiro bastante más audible cuando sintió una presencia a su lado y al alzar la cabeza lo vio ahí, el objeto de todas sus fantasías. El hombre alzaba una ceja mirando hacia él con los brazos cruzados.

- ¿Soñando despierto de nuevo, Donghae? -Le preguntó de forma tranquila aunque el castaño sabía que su jefe se acabaría cansando de verle soñar despierto cada vez que pasara junto a su mesa al salir oentrar a su despacho.

- No, no, señor Lee... Es solo que tengo una reunión familiar ésta noche y bueno.. realmente no me apetece. -Explicó mordiendo su labio inferior porque realmente no mentía. Tenía que ir a la casa que su hermano compartia con su prometida para una cena con la madre de ambos. Y sacarían que él no tenía pareja, obviamente.

-Ah... familiares. Siempre destacando el hecho de que hay que buscar una pareja que te haga feliz, ¿eh? No te cases, Donghae, aunque sueñes demasiado despierto eres eficiente, no quiero perderte por culpa de alguien que sea poco para ti.

Y con eso el mayor se fue, dejándole totalmente confundido y con el corazón algo acelerado. Sí, solo lo quería centrado en el trabajo, pero aún así lo quería mantener a su lado, era algo incluso si solo era laboral. Se mordió el labio inferior con algo de fuerza antes de mirar hacia la agenda en sus manos y al revisar la hora se dirigió hacia el despacho, tocando un par de veces para acabar entrando al escuchar el aviso de su jefe.

-Solo venía a recordarle que dentro de quince minutos tiene la reunión con el señor Cho.

-Lo había olvidado. En cuánto llegue hazlo pasar, y por favor, si estás desocupado, haznos café, ¿serías tan amable? -Preguntó con un tono tan dulce que al menor casi se le doblan las piernas y no pudo más que asentir.- Perfecto. Muchas gracias, Donghae, como dije eres muy eficiente.

-Es mi trabajo, señor Lee. -Le respondió al aclararse y luego de una corta reverencia dejó su despacho.

El señor Cho llegó tan puntual como siempre, con expresión serena y dedicándole un saludo con la cabeza antes de que Donghae le dijera que el mayor le esperaba dentro. Fue con más rapidez de la necesaria a hacer los cafés. Recordando la forma en que el señor Cho lo pedía cada vez que iba y preparando naturalmente el de su jefe. Le hacia varios a lo largo del día, así que no era de extrañar. Se colocó la ropa antes de tomar ambos cafés e ir hacia el despacho, tocando lo más suave que pudo para luego entrar.

-Gracias, Donghae.

Fue el corto agradecimiento de su jefe antes de que el asintiera lo que le hizo saber que era momento para retirarse del lugar aunque lo que escuchó al salir le hizo sonrojarse hasta las orejas.

-Dime la verdad, lo contrataste por el precioso culo que guarda bajo los pantalones ¿verdad?

No dejaba de repetirse que en algún momento aquella cena terminaría. Su madre y la prometida se Donghwa no dejaban de hablar de cosas de la casa, cómo habían colocado todo o lo que aún les faltaba comprar, mientras que su hermano asentía a todo y él simplemente comía prestando la justa atención. No dejaba de pensar en lo que el señor Cho había dicho en el despacho de su jefe. Y lo peor es que no escuchó la respuesta del señor Lee. ¿Habría cambiado algo? No lo sabía, aunque al menos sí estaría seguro de que el mayor bateaba para su lado. Además de que si se fijaba en su culo de alguna manera tenía posibilidades de conquistarle.

Shibari 「EunHae」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora