Capítulo 22

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Después de aquel incidente, por suerte, no tuvieron que cruzarse más con Han Taerin o Park Joonmi. Los padres de ambos, avergonzados por lo que había pasado, habían enviado a sus hijos lejos y pedido disculpas en su nombre cientos de veces.

A Hyukjae no les molestaba verlos, no tenían la culpa de las cosas que habían causado sus hijos, y él tenía a su lado al hombre que quería, así que todo iba bien. Cuatro meses después de aquello, cuando llevaban más de medio año juntos, Donghae accedió a irse a vivir con él, pues decía que el pelinegro era demasiado pesado con el tema. Incluso habían redecorado la casa para hacerla más el penthouse de una pareja y menos el de un ejecutivo.

Llevaban tres meses viviendo juntos cuando al mayor se le ocurrió una idea para sorprender a su novio. Fue gracias a la ayuda del hermano de éste y su madre que pudo preparar todo y hacerlo sin que él se diera cuenta.

Y por eso esperaba ahora en la playa, vestido totalmente de blanco junto a sus padres, su hermana y Kyuhyun que vestían del mismo color. Una lona de color azul cielo les cubría y solo esperaba a que sus cómplices llegaran y así tener su plan hecho. Escuchó la voz de su novio quejándose de que no sabía qué hacían ahí y tomó aire viéndole entrar.

- ¿Hyukjae? ¿Qué es ésto? - Preguntó Donghae nada más verlo.

- ¿No te lo imaginas?

La cara del pequeño era de desconcierto. Los tres recién llegados estaban también vestidos de blanco y agradeció internamente que hasta eso hubiera salido bien. Extendió una mano hacia su novio, instándole a acercarse y cuando lo hizo le sonrió de forma amplia, acariciando sus mejillas.

- Lee Donghae, cuando te conocí aún estaba algo perdido. Quería encontrar mi lugar y poco a poco me di cuenta de que mi lugar era estar junto a ti. Desde que te vi por primera vez supe que te quería para mí... -Le susurraba con cariño, manteniendo su mirada en todo momento.- Sé que empezamos de una forma algo rara, que nuestra relación no estaría bien vista por todo el mundo. Pero te amo y sé que quiero pasar el resto de mi vida a tu lado.

- Hyukkie... -Donghae tenía los ojos llenos de lágrimas pero Hyukjae le colocó el índice en los labios para que esperara.

- Por eso quiero pedirte que al menos por ahora, seas mi marido de forma simbólica. Por eso te he traído aquí, porque quiero que nos convirtamos en algo más que novios. Sé mi compañero de por vida, Donghae. Sé mi amante y mi amigo. Sé todo para mí. Prometo cuidarte por encima de todo y hacerte feliz. -Susurró Hyukjae notando como sus propios ojos se llenaban de lagrimas.

- Sí quiero.

No supo si los demás le escucharon, pero no pudo evitar lanzarse sobre el menor para unir sus labios, provocando que las lágrimas de ambos resbalaran por sus mejillas mientras que los demás se limitaban a aplaudir y decirles cosas que ellos ignoraron porque por un momento solo importaba lo mucho que se amaban.


Horas después cuando ya estaban solos después de una larga cena con sus familiares, no podían dejar de besarse. Hyukjae le hizo el amor con una dulzura que nunca creyó ser capaz de poseer, se dijeron te amo incontables veces y se acariciaron tantas veces que hasta en la oscuridad, podrían decir donde estaba cada parte del cuerpo de su pareja.

- Te dije que algún día serías mi esposo... -Murmuró Hyukjae acariciando la espalda desnuda del menor.

- No... Dijiste que sería tu amado esposo...

- Y ahora te estoy amando... Siempre te amo, Donghae.

- Eres un cursi, mi amor.

La habitación se volvió a llenar de risas antes de dar paso a los gemidos, ésta vez fue el turno de Donghae de hacerle el amor a su ahora esposo, disfrutando de cada uno de los segundos que pasaban juntos. Porque no importaba quién estuviera en esa posición, seguían siendo ellos dos, seguía siendo una muestra de amor más que compartían. Y nunca iba a importar qué posición tuvieran en la cama.

Nunca dijeron abiertamente en la empresa que estaban juntos, pero ambos suspusieron que los demás lo sabían, por eso no les importó estar totalmente juntos en la fiesta de navidad de ese año, incluso bailaron juntos, Hyukjae molestándole todo el rato e intentando pisarle.

Rieron todo el rato, comieron juntos y Donghae se sintió abrumado cuando el mayor le presentó a los socios como su pareja. Incluso si algunos no estaban de acuerdo, fueron lo suficiente amables para no mostrarlo.

Por eso, cuando por fin estuvieron bailando solos de nuevo en medio del resto de los trabajadores, no les importó besarse en público. Nada importó salvo ellos, estar juntos y amarse.

- ¿Crees que deberíamos esperar otro año para tener nuestro primer hijo?

- ¡Hyukjae!

- ¿Qué? Yo creo que serías un buen padre, Hae.. -Susurró abrazando al menor por detrás mientras éste miraba por el balcón de su hotel.

El mar era precioso en donde habían decidido ir de luna de miel cuando por fin habían podido irse de vacaciones.

- Pero tendremos que comprar una casa con jardín si quieres tener hijos... Y debemos tener un perro... Deben tener espacio para jugar.. -Susurró entrelazando sus dedos con los de él y apretándolos más para asegurarse de que no se le escapara bajo ningún concepto.

- ¿Ves por qué digo que serías un gran padre? Aún no tenemos hijos y ya estás planeando todo... -Murmuró en un tono bromista.

- Te amo, Hyukjae.

- Te amo, Donghae.

Lo dijeron al unísono y Donghae se giró entre sus brazos para poder besarle. Cada día daba gracias por haber encontrado a alguien como Hyukjae, alguien que le había dado todo lo que jamás había podido desear, alguien que le completaba. El mayor hacia lo mismo, pues Donghae le había mostrado que se podía confiar en el amor y que incluso si creías algo imposible, no está mal intentar conseguirlo.

Seguían jugando con las cuerdas, seguían atándose, pero ninguna era más resistente que la cuerda que los unía. Esa, por mucho que hubiera gente que se opusiera o su unión les disgustara, nadie podría romperla.

Amarse era, y siempre iba a ser, la mejor atadura que ambos iban a experimentar.

Shibari 「EunHae」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora