Algo molestaba en su rostro por lo que hundió más la cabeza en aquella superficie blanca donde la tenía apoyada. El olor que lo rodeaba le hacia sentirse bien, completo, y era algo de lo que no quería separarse y mucho menos por la fuente de calor que le golpeaba la cara. Abrió los ojos con pesadez para encontrarse desnudo en la cama de Hyukjae y el sol que entraba por la ventana dándole en la cara. Estaba solo, como todas las veces que había despertado ahí y no pudo más que suspirar y morderse los labios.
Se giró, quedando boca arriba en la cama y en ese momento notó el leve ardor en su parte baja. Normal, recordando lo que pasó la noche anterior. Pero le había gustado, no podía negarlo. Le gustó estar atado mientras Hyukjae lo miraba como si estuviera observando la mejor pieza de arte que pudiera tener ante él. Como también le gustó que lo tomara de esa forma tan sucia y desesperada, castigándole por haberse tocado sin que le hubiera dado permiso primero.
Su primera reacción cuando escuchó pasos acercarse fue cerrar los ojos y fingir estar dormido, aunque no debió ser muy convincente porque segundos después escuchó una risa algo ronca frente a él.
- Deberías abrir los ojos, ducharte e ir a desayunar, Hae. -La voz de Hyukjae le habló bastante cercana a él y lentamente abrió los ojos para mirarle.- Ahí estás. Tienes las cosas preparadas en el baño, y el desayuno estará en unos minutos, así que no tardes.
Y sin dejarle responder, le besó. Un suave beso en los labios antes de abandonar la habitación y dejarle ahí. Con el corazón acelerado y totalmente confundido.
Un sonrojo decoró sus mejillas al ver la mesa de la noche anterior. Podía recordarlo perfectamente a pesar de haberse quedado dormido poco después. Le sorprendía que el mayor se tomara el cuidado de limpiar todo y acostarlo en la cama sin que el se despertara, pero en ningún momento dijo nada al respecto.
- Hoy tendremos huevos con bacon y tostadas, ¿te parece bien?
En realidad el menor nunca había probado un desayuno como aquel así que simplemente asintió pensando que era una buena forma de desayuno. Cuando estaba a punto de comenzar a comer un ruido en la puerta le alertó de sobremanera.
- ¡Hyukjae, cariño! ¡Despierta!
Era la voz de una mujer, lo que le hizo cerrar las manos en puños hasta reconocer la voz como la de alguien mayor, no una chica joven.
- Querida, a ti no te gustaría que te despertaran a gritos ¿verdad?
Ahora hablaba un hombre y él no pudo más que observar a Hyukjae que a la vez se masajeaba el puente de la nariz con los ojos cerrados.
- Pero cariño, quiero que Hyukjae desayune... Oh, ¿interrumpimos?
Donghae sintió que se moría. Ante él tenía lo que parecía un matrimonio de gente acomodada que lo miraba a él y a Hyukjae con bastante sorpresa. Su sonrojo se hizo más grande al reconocer a Lee KangHun el presidente de la empresa donde trabajaba, y padre de Hyukjae.
Estaba ante los padres de su jefe y amante, en su casa y luego de haber pasado la noche con él. ¿Habría algo peor? Quizás que los pillaran en medio de uno de sus juegos o que su madre se sumara al grupo. No deseaba que ninguna pasara.
- Mamá, Papá, os presento a mi asistente personal, Lee Donghae. -Explicó Hyukjae con tranquilidad y Donghae no tardó nada en saltar de la silla para hacer una reverencia que hizo a la mujer reir.
- ¡Pero qué muchacho tan adorable! Hyukjae, tesoro, cuando te canses de él debes pasármelo a mí.. -Dijo su madre con bastante alegría provocando que los dos jóvenes se tensaran en sus sitios.- ¿Oh, y esas caras? Solo lo digo porque siempre estás desechando a tus secretarias, nunca te duran.
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Shibari 「EunHae」
أدب الهواة¿Qué harías si el hombre que te atrae te propusiera entrar a un mundo que desconoces? ¿Y si ese hombre fuera tu jefe? Cuando la atracción pasa a ser amor y no sabes hasta qué punto estás contra las cuerdas, los secretos deben ser bien guardados para...