Capítulo 2

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Las seis en punto y por fin suena el timbre.

-¡Que llegamos tarde! -Lorena y sus prisas.

-¿Y Sofía? -Pregunto.

-Esperándonos en triunfo. ¿Vamos en autobús?

-Sí, mejor.

Vamos a la parada del autobús y nos quedamos de pie, ya que, según pone en la pantallita, el autobús solo tardará cinco minutos en llegar.
Estámos hablando y riéndonos del viernes anterior que estuvimos también en el centro. De repente Lorena empieza a gritar como una posesa.

-¡¡Manu!!

Seguidamente, saluda a alguien con la mano. Miro y veo a dos niños. Uno es bajito y muy moreno, con el pelo rizado y vestido con una equipación de jugar al fútbol.
El otro es más alto, con el pelo claro casi rubio, los ojos marrones claritos, casi verdes, pero muy bonitos, vestido con un chándal azul.

-¿Quienes son?

-Pues el moreno ese no lo sé, pero el otro es amigo.. Bueno, conocido mío, más bien. Se llama Manuel y es muy guapo -me dice, levantando una ceja.

-Está bien.

Viene el autobús y nos subimos. Mientras Lorena hablaba con Sofía a ver dónde está metida, por mi cabeza pasó Manuel. La verdad es que me parece un niño bastante guapo, la verdad. No es que me guste, es que me llama la atención. Lorena me mira raro. Me estará leyendo la mente como suele hacer, y lo mejor de todo es que siempre sabe en lo que estoy pensando. Me pide mi móvil un momento, y tras escribir algo copiado de su móvil, me lo devuelve. No le doy mucha importancia, ni siquiera me molesto en ver lo que ha apuntado.

Al final llegamos a la parada. Allí nos espera Sofía.

-Hemos visto a Manuel García, el de  la otra clase y ni nos ha saludado -le dice Lorena.

-Se habrá echado novia, y estará formalito.

Las dos me miran por casualidad y reímos juntas, sin razón alguna.
Vamos a comer a un Burguer King y allí está Cristian, el "amigo" de Lorena, y Alejandro. También le comenta que hemos visto a Manuel. La calle está llena de carteles de la famosa película de amor que tanto gustó a la romántica Lore, pero yo no presto mucha atención a esos temas.

Aprovechando que Lorena y Cristian están acercándose mucho, agacho la cabeza a poner el WiFi del lugar en el móvil y me paro a ver lo que Lorena me ha apuntado antes. Es un contacto. Busco en contactos nuevos. Es el número de este chico, Manuel, con su nombre seguido de un corazón.

-¡¡¡Lorena!!! -Grito. Aunque no me molestó nada que apunte el número, ella siempre hace lo que quiere y termina saliéndose con la suya.

Llega la hora de irse, pero Lorena no tiene muchas ganas de separarse de Cristian.

-Lorena, si no nos vamos ya, tu madre te castigará y no podrás ir mañana a la fiesta de cumpleaños de Alejandro, por tanto, no verás a Cristian.

Se despiden con un beso y vamos de vuelta a la parada del autobús para luego ir a casa.

Después de cenar, Lorena me llama al móvil y me dice que por favor le diga a Manuel que había perdido su contacto.

-Sólo dile que me hable, que se me ha borrado su número.

-Vale, pero solo para eso.

Tardo un poco en abrir mi Whatsapp y decirle a Manuel que soy la amiga de Lorena, la que iba con ella en la parada de autobús y que hablara con ella.
Me dice que vale, a lo que respondo "Que soso".

Manuel: ¿Me puedes decir tu nombre?

Taira: Me llamo Taira. ¿Por qué?

Manuel: Porque me has caído bien.

Siento un cosquilleo en el estómago. Eso seguro que es la hamburguesa que me he comido antes.

¿Mariposas? No creo.

Son las una de la madrugada y seguimos hablando, como si fuésemos amigos de toda la vida. Hablamos como si nos entendiéramos. Me pregunta que si tengo algo que hacer a la tarde, y, tras recordar que Lorena va a estar en el cumpleaños de Alejandro, le digo que no tengo ningún plan. La conversación termina con un "Buenas noches princesa".

¿Me gusta Manuel? No, no puede ser.


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Lorena en multimedia.

Sin Buscarte. © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora