20. Miedo II

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Manuel tenía la nariz y la ceja sangrando. Fui al baño a ver si me había llevado algo para limpiarle las heridas. Le eché agua oxigenada y un poco de betadine con un algodón. Cuando las heridas estaban limpias se notaba que no eran tanto como parecían.
Volvimos al hospital a ver a Lorena , que estaba mucho mejor. Le comente lo que me dijo la enfermera de su bebé.
Al oír mis palabras no pudo evitar soltar un suspiro de alivio. Nos dijo que tenia que pasar allí la noche y le daban el alta. Pero había una pregunta que no paraba de hacerme...
¿Que hacia allí Cristián, si se supone que solo lo sabia yo?
La cabeza no paraba de darme vueltas, pero no sabia cual podía ser la respuesta.
El semáforo que hay de camino a la casa de Cristián... Recordé que al lado había un banco, quizás las cámaras grabaron algo.
Lo pensé bastante y le di mil vueltas, quería ir a pedir esas grabaciones.

Una mujer que trabajaba en ese banco era muy amiga de mi madre, así que llame a mi madre inmediatamente para que hablara con ella y le pidiera las grabaciones. Mi madre asintió y, a los pocos minutos me llamó.

-Cariño, la Mary me ha dicho que vallas mañana a la tarde, que puede conseguir el vídeo y que no digas nada a nadie o la despedirán.

-Vale mamá, muchas gracias, te quiero.

Me eché a dormir, me esperaba un día largo. Por la mañana Manuel y yo cogimos el coche para ir a recoger a Lorena al hospital y la llevamos a desayunar unos churros con chocolate, porque a ella siempre le habían gustado un montón.
Después, subimos al coche y fuimos al banco sin decirle a Lorena a donde íbamos.

Cuando llegamos al banco, Manuel aparcó en la puerta y solo yo me baje del coche.

-¿A donde vas?-Me preguntó Lorena.

-A sacar un dinero, pedí un adelanto. -Me miró con cara rara.-No seas incrédula, no voy a tardar. Manuel, anda, cuida de ella.

Le di un beso en la mejilla a Lorena, besé a Manuel en los labios y entre. Busque con la mirada a la amiga de mi madre. Me acerque lentamente a ella y me sente en frente en una silla azul. Estaba escribiendo algo en el ordenador, y tomando nota en una libreta con un bolígrafo, que parece ser, no escribía muy bien. Dudé si hablarle.
Ella me hablo primero.

-Taira, ¿Verdad?

-Si, soy yo.

-ahhh- Gritó- ¿Y eso? ¿De cuanto tiempo estas?

-De 5 meses casi.

-¿Te dijeron el sexo ya?

-Pues no, me falta ir a la ecografía.

-Bueno, para lo que estas aquí... -Dijo y caminó hacia una sala, yendo yo detrás.

Entramos en una habitación con muchas pantallas y un ordenador. Cerró la puerta desde dentro para que nadie nos viera allí y encendió el ordenador. Metió un disco y puso la grabación. Me temblaban las piernas un montón.
Lloré al ver a Lorena parada en el paso de peatones. Cerca había un coche azul marino aparcado... Con alguien dentro. El semáforo se puso verde y Lorena fue a cruzar la calle.
El coche se puso en marcha y... No podía dejar de llorar. La mujer me consoló, pero no dejaba de llorar. Apunté la matricula del coche en el móvil y me lleve la copia de la grabación.
Subí al coche rápido, sin decir nada.

-Manuel, cuando lleguemos a casa pide la cita para la ecografía.

-Ok.

Fuimos los tres a casa tranquilamente, y cuando llegamos, lo primero que hice fue quitarme las zapatillas y tirarme en la cama. Manuel se echó a mi lado.

-Para el lunes.

-Gracias, mi amor.

Me beso tiernamente y me abrazó por la cintura, o por lo menos lo intentaba, porque mi barriga era cada vez mas grande.
Lorena tocó a la puerta y le dije que pasara.

-Manuel, ¿Que pasó con Cristián?-Preguntó con caso pálida.

-Le di una buena paliza.-Soltó una carcajada.

Lorena se rió y yo también lo hice.

-Se lo merece, si no le pegaba el, le iba a terminar pegando yo.-Dije.

-Ya esta bien, fuerte.-Me dijo Manuel riéndose.

Pasamos un fin de semana muy corto y cuando llegó el lunes, me levanté muy feliz, tocaba saber el sexo del bebé. Me desperté demasiado temprano, limpié la cocina, puse dos lavadoras, planché la ropa, me planché el pelo, me vestí e hice el desayuno para todos. Me puse unos leggins negros, una camiseta de tirantes blanca con letras negras y rosas y unas zapatillas rosas. Desperté a Lorena, que fue a ducharse mientras despertaba a Manuel, que también fue a ducharse.
Mientras, puse la mesa para desayunar, porque todavía faltaban dos horas y medio para la cita. Lorena salió primero y me ayudó a ponerla y luego salió Manuel y directamente se sentó.

-Cariño, ¿Nos van a decir hoy si es niño o niña?-Preguntó Manuel con los ojos brillantes.

-Si quieres si.

-¿Puedo ir con vosotros?- Dijo Lorena con la boca llena de cereales.

-¿Te creías que no venias?-Le contesté.

-Perfecto. Va a ser niña. -Lorena ya estaba convencida.

Nos reímos los tres. A mi la verdad no me importaba si era niño o niña mientras que estuviera bien.

-¿Y habéis pensado nombres? -Preguntó Lorena, entusiasmada.

-Jeray o Briana.-Dije yo.

-Thiago o Indira.- Dijo Manuel.

-¿Que os parece Lorena? Jajaja.

Recogí la mesa y bajamos al coche, nos subimos y nos fuimos camino al médico.

Sin Buscarte. © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora