Capitulo 18.

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Mi Novio salió del baño a los 10 minutos y se sentó a mi lado abrazándome con un brazo. Le contamos a Lorena lo de la casa de la madre de Manuel, y, tras insistir un buen rato , aceptó.

Tardamos poco, al día siguiente fuimos a ver la casa, y Lorena nos acompañó. Probrecita, tenía los ojos rojos de tanto llorar. La casa era enormeeee. La verdad que me encantó, a mi y a Manuel. Lorena nos dijo que no le importaba mientras que estuviese yo con ella.

Empezamos la mudanza...

Manuel no me dejaba llevar cosas a nuestro nuevo hogar, no le gustaba la idea de que cargara peso con mi abultada barriguita. Se notaba bien mi embarazo y me encantaba la situación. Era tan mono... Al final llegó el día de irse. La casa tenia 5 habitaciones, de las cuales, 1 tenia cuarto de baño. Esa seria para Lorena, necesita su espacio. La grande sería para Manuel y para mi, la mediana para mi pequeño o pequeña , la otra mediana de invitados y la pequeña... Ya iremos viendo. Quizás para mi ropa. Tocaba despedirse de padres, hermanos... Puede que eso sea lo mas difícil de todo. Primero nos dirigimos a mi casa a despedirnos de mi mamá, mi hermana y mi hermanito.

-Mamá, que te quiero, vengo a verte cada sábado, llámame todos los días... -Le repetía a mi madre una y otra vez.

-Cariño, pareces tu la madre y yo la hija.. No te preocupes, cada día te llamó, no os olvidéis de mi, y mantenme informada en todo momento sobre mi nieta.

-¿Nieta?

-Prefiero una niña.

-Hermanito, cuida de mamá y de la nena, portate bien, no me olvides a mi ni a tu sobrinito.-Lloraba mientras le decía estas palabras a mi hermano pequeño.

-Nena, lo mismo, portate bien ...

-Tai, por favor, no seas cursi...-Dijo mi hermana cortandome.

Les di un abrazo a cada uno, y lo mismo hizo Manuel. Me fui de casa llorando y ahora tocaba ir a la casa de mi Manuel.

***

Al fin llegamos a nuestro hogar. Lorena solo llevaba una maleta con ropa y los ojos vidriosos.

*Lorena PDV*

Por fin habíamos llegado. Era todo como un sueño, nunca me había esperado esto. Mi madre no se tomó muy bien eso de mi independizacion, hasta que Taira habló con ella. No se lo que le dijo, pero la cabezona de mi madre aceptó finalmente.
Solo me llevé una maleta con ropa y una bolsa con ropa interior. También llevé mi neceser, con champú, pasta dental, cepillo para el pelo, cremas... No quería ser una molestia para Taira y Manuel, bastante buenos habían sido conmigo. Estaba colocando las cosas en mi nuevo baño, cuando saqué también mi prueba de embarazo, la llevaba en el neceser. No pude evitar ponerme a llorar sin control, seguía sin acostumbrarme a la idea de que algo estaba creciendo dentro de mi. Lo guarde de nuevo en su cajita junto con una notita:

"Pequeño/a, hace poco supe que vendrias a mi vida. Te veo en nueve meses."

Lo guardé en un cajón de una mesita de noche que Taira colocó junto a mi cama y salí al salón.

Taira estaba en la cocina haciendo unas tostadas, ya que aun no habíamos desayunado. Yo me senté al lado de Manuel y empezamos a hablar.

-No te tienes que preocupar por nada, estas aquí con nosotros a salvo y nada malo te va a pasar. -Me decía Manuel sonriendo. Envidiaba a Taira por tener alguien así a su lado. Yo, sin embargo, no tendría a nadie.

Me sentía protegida con mi mejor amiga en su casa, se portaba súper bien. Era mi ángel. No podía dejar de llorar en varios días, y cada vez que Taira me escuchaba llorar, me abrazaba y decía que le hacia daño a mi bebé, lo que hacia que siempre dejara de llorar, no quería que nada malo me pasara.

Me levante una mañana súper agobiada, desayune las tostadas de Taira (que le salen perfectas) y fui al centro comercial a ver la ropa de temporada y a despejarme un rato.

Sin Buscarte. © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora