Capítulo 5

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- sabes lo que hará MÍ padre cuando te vea aquí?- pregunta con una media sonrisa.

No le respondo, simplemente no se por qué pensó que robarme mi maldito coche sería buena idea, es ridículo, por un momento pienso en borrarle esa estúpida sonrisa de un puñetazo pero ya no soy así, he cambiado.

Darío me da una suave palmada en la pierna indicándome que puedo levantarme, lo hago sintiéndome avergonzada, sin decir nada me coge de la mano y empieza a caminar lejos de ese grupo de chicos inmaduros a los que una vez llamé "familia", arrastrándome con él camina hacia mi coche a grandes zancadas, como buenamente puedo, lo sigo intentado no tropezar y caer ya que ésta estrecha falda y mis tacones altos no me permite moverme con la libertad que me gustaría.

Tira de mi mano con fuerza y me estampa contra mi coche, sin darme tiempo a reaccionar me coge del cuello con fuerza pero sin llegar a ejercer presión, sólo intenta intimidarme, me gustaría decir que no lo consiguió, pero eso seria una absoluta mentira.

- por qué cojones no me dijiste que tu hermano es Kris Evans? - gruñe.

Su mirada se oscurece como si algún recuerdo perturbador llegase a su cerebro, me gustaría responderle pero realmente mi cerebro huyó y las palabras no salen de mis labios.

- seguro tu padre es Christopher - dice con una mueca de desagrado - tu familia son asesinos - escupe con asco.

Me suelta como si de repente tocarme fuera como tocar lava ardiente, trago saliva pesadamente.

- tú no tienes idea, ni siquiera los conoces - le respondo esforzándome por no soltarle una de las mías.

- que pretendes?- pregunta mirándome de arriba abajo- pretendes ser esa chica que nunca se enfada, la niña buena que cualquier hombre quisiera tener, un buen partido?...con el expediente de tu familia, dudo que encuentres un marido decente - dice burlesco.

Sonrío negando con la cabeza, está tan equivocado de tantas formas que ni siquiera me enfada lo que está diciendo, he aprendido a controlar mis impulsos y por ahora me va bien, la única razón por el que lo aguanto es porque tengo un caso que resolver.

No te lo crees ni rubita.

- en eso tienes razón, pero...¿que te hace pensar que busco un marido o que sigo soltera?.

Dejándolo pensativo, abro la puerta y entro al coche, maldigo mentalmente por entrar en el lado del copiloto pero no importa, no voy a darle el placer de salir y pedirle la llave de mi coche. Un minuto después entra, apreta el acelerador levantando polvo con nuestra salida, conduce en silencio, ninguno dice nada, no me molesto en preguntarle dónde vamos por temor a que se enfade mas de lo que está y me responda de forma desagradable, la tensión dentro del coche se puede cortar con cuchilla aunque no logro identificar si es buena o mala, su olor se mezcla con el mío provocando un adictivo aroma. Doy un respingo cuando siento su grande y pesada mano posarse en mi rodilla.

- deberías alejarte de mí - dice con la vista pegada en la carretera.

Apreta mi rodilla enviando corrientes eléctricas que viajan directo al centro de mi deseo.

- quien eres?...Thor con síndrome de Cristhian Grey? - pregunto provocando una gruesa risa de su parte.

Gira la cabeza y me mira con esos orbes azules, ya no parece enfadado, el hombre de antes ha desaparecido por completo, no parece ese hombre serio y oscuro que se empeña en mostrar a los demás, está relajado.

Maldito bipolar

- y tu quién eres...Jane o Anastasia? - pregunta siguiéndome el juego.

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