Capítulo 17

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Había pasado una semana, una semana desde la amenaza de Darío donde no he podido estar tranquila, pese a demostrar que no me importa realmente si lo hace o no, cuando me pidió irme con él, deseaba con toda mi alma decirle que sí, pero la situación de mi madre me lo prohibe totalmente, la situación en la que me encuentro yo misma tampoco es de las mejores, es decir, me desenvuelvo bien pero ahora mi padre quiere utilizarme como distracción mientras sus hombres hacen un intercambio, la forma que pretenden que distraiga a los hombres es ridículamente estúpida, realmente no pensó mucho en eso.

- vas a cantar - dice mi padre.

Lo miro con una ceja enarcada y me muerdo el labio inferior para no soltar una gran carcajada, Karim frunce el ceño pero su padre sonríe de acuerdo con el mío, dejo de reír cuando caigo en la cuenta de que va completamente en serio.

- yo no se cantar - gruño.

- hija, tu no lo recuerdas pero eres una cantante estupenda - dice demasiado seguro para mi gusto.

No se de donde salió esa idea, yo no canto, nunca lo he hecho y no lo haré, la idea de cantar en público extrañamente me aterra.

- señor Evans, no creo que sea buena idea - dice Karim titubeante.

Está nervioso, quizás tema que lo haga mal y lo estropee todo, su padre lo fulmina con la mirada y mi padre simplemente ensancha su sonrisa, una maliciosa, es esa sonrisa que indica que lo tiene todo fríamente calculado lo cual no es bueno, es decir, para el es bueno, pero todo lo que para él es bueno, para mí nunca lo es, siempre termino lastimada de una u otra forma.

- Karim, mi hija no puede vivir siempre en la ignorancia - dice mi padre levantándose - volverás a ser la misma - sentencia.

Los dos hombres se van dejándonos a Karim y a mi a solas, evita mi mirada inquisitiva, quiero saber que quiso decir con que volveré a ser la misma pero antes de que pueda decirle o exigirle una respuesta, se levanta y se va lanzándome una mirada triste antes de desaparecer por la puerta doble del despacho de mi padre.

De repente mi móvil empieza a sonar indicándome que acabo de recibir un mensaje, mas bien un recordatorio de que debo pagar los medicamentos y la estancia del psiquiátrico donde mi madre se encuentra internada y dado que ya tengo el dinero como para pagar lo que queda de año, es mejor que vaya a entregar el dinero personalmente.

Decidida salgo donde mi coche se encuentra aparcado, custodiado por dos guardias, Sasha se da el lujo de pasearse por ahí ya que está prohibido que cualquiera la toque a excepción de la cocinera, una señora mayor bastante buena, sinceramente ella no pinta nada aquí, rodeada de peligro.

- no puedes cantar esta noche.

La voz de Karim hace que me detenga a un paso de mi Ferrari, entiendo que yo no quiera cantar, lo que no entiendo es porqué el no quiere que cante, es decir, a el no le incumbe, no somos amigos, no somos nada, el único recuerdo que tengo de él es cuando su padre de niños lo traía para que pelease conmigo, nada mas.

- por qué? - pregunto con el ceño fruncido.

Karim no se acerca, se mantiene de pie bajo el umbral de la puerta principal con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón, sus ojos color miel me miran con un brillo de tristeza extraño aunque su expresión es indescifrable.

- aun no lo entiendes verdad? - dice con voz dura.

A pesar de la distancia que nos separa puedo oír y sentir claramente su enfado, pero aun así no se acerca, me mira de arriba abajo mas no se identificar su mirada.

- solo...solo no lo hagas Freya, no lo hagas si quieres seguir siendo tú.

Dicho esto se da la vuelta y entra a la mansión dejándome incluso más confusa que antes y con la curiosidad de saber que pasará cuando cante ésta noche porque ya está decidido, cantaré lo haga bien o no.

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