Capitulo 4: De compras

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Día 4.
Después de una desagradable conversación con mi prometido, en la cual tuve que explicarle muchas cosas sobre Niall ,pude descansar. Diego se fue muy tarde el día de ayer, sin antes recordarme que faltaba poco para el gran día. Se acercaba mi cumpleaños y prometía tenerme una sorpresa. Hoy las cosas serían diferentes. No estaba dispuesta a arriesgar mi relación por nada del mundo, y aunque Niall no era nada para mí, solamente un conocido, había decidido que sería sólo un amigo, si es que llegabamos a ser más cercanos. Tal día no tenía que ir a trabajar, ya que sólo lo hacía tres veces a la semana, debo admitir que era un trabajo bastante relajado. Decidí que me iría de compras, quizás Diego querría acompañarme, no sabía quien más, después de todo mi mejor amiga se había ido a estudiar a Argentina y verla era casi imposible. Tomé mi celular y le marqué a mi novio, esperando que me contestara emocionado como muchas veces, pero esta vez tendría que esperar, porque parece que él no estaba dispuesto a contestarme. Suspiré resignada y me senté en mi cama, justo en el momento en que entraba mi padre. -¿Puedo pasar? - Preguntó con una sonrisa, acercándose a mí. -Ya estás dentro, pá - Dije riéndome. Mi padre se sentó a mi lado y me dio un cálido abrazo. -¿Qué hacías? -Bueno... - Contesté insegura mirando mi celular - Trataba de ubicar a Diego, para que me acompañara a comprar ropa. - Mi padre levantó las cejas. -No creo que sea un buen panorama para un muchacho - Dijo mi padre mirándome, cuando se encogía de hombros. -Mm... Eso me pasa por no tener amigas - Comenté bajando la cabeza. -Las tienes, pero te has alejado sola... -Dijo mi padre dando en el clavo. - Hija... ¿Recuerdas que cada año vamos a un paseo en mi empresa? -Sí - Respondí con una sonrisa - Antes me daban regalos, ahora no. - Agregué haciendo un puchero. Mi padre soltó una carcajada. -¡Es sólo para niños de hasta 13 años! Mañana te alejarás un poco más de esa edad. -Pero yo me siento de 13 años, ¿eso sirve? - Pregunté risueña. Mi padre negó con la cabeza. -Puedes invitar a Diego como siempre. -Él se levantó y antes de marcharse agregó - Es en dos días más.

Suspiré, mientras me encontraba en el mall buscando algo que me pudiera gustar. Ir de compras sola era, verdaderamente, deprimente, porque no había nadie que pudiera decirte cosas como: ¡Qué hermoso se te ve ese vestido! o ¡Eso se ve horrendo!. Mientras me lamentaba, mi celular me sacó de mis pensamientos. Miré la pantalla y pude darme cuenta que el que me llamaba era Diego. Rodeé los ojos antes de contestar de mala gana. -¿Ah? -Hola, amor - Dijo entusiasta - ¿Puedo ir a verte? -Me temo que eso no podrá ser posible -Mencioné cuando una linda polera llamaba mi atención - No estoy en casa. -Ah... Pero, ¿puedo ir después? -Hum, no lo sé, yo te llamo ¿sí? - Dije entrando a la tienda - Estoy un poco ocupada, debo colgar, adiós. -Adiós, te amo - Dijo sin ganas y corté la llamada. Me acerqué a la linda polera, aunque no tenía muchas ganas de tenerla o de probármela, pero la vi de todos modos. Recorrí casi toda la tienda, esperando ver algo que me agradara, pero perdí mi tiempo. Estaba comenzando a impacientarme, y bueno, a todas las chicas nos pasa ¿no? Entré a otra tienda, con las ganas de encontrar algo y comprármelo enseguida. Pero mi celular volvió a sonar. Rodeé los ojos. -Dije que te llamaría después, amor... -Dije mirando un jeans - Ahora estoy en el mall comprando ropa... o eso creo. -¿Nuevamente te dejó plantada tu prometido? - Abrí los ojos como platos. ¿Por qué no se me ocurrió mirar la pantalla antes de contestar? -¿Niall? - Pregunté sorprendida. -Con el mismo que viste y calza -Contestó con una risotada. - ¿Estás en el mall? -Sí... - Respondí desconfiada. Después de un rato la ropa no era mi centro de atención - ¿Cómo es que sabes mi número? -Sé todo de tí desde ese día en el hospital - Dijo sin darle importancia -Qué coincidencia... -¿A qué te refieres? - Pregunté confundida. - Que coincidencia encontrarte aquí. Escuché su voz detrás de mí y me volteé asustada. Ya había colgado el teléfono y estaba parado frente a mi con una sonrisa en su rostro. No encontré palabras para decirle algo, y era algo sumamente estúpido, a decir verdad, él sólo era una persona... Una persona más. - Así que...¿Comprando ropa? -Mencionó besando mi mejilla. - Hum, sí - Dije mirando a mi alrededor -No he encontrado nada que me guste. -Levantó una ceja. -¿Quieres que te ayude? - Lo miré confundida por segunda vez y él volvió a sonreír. -¿Qué? - Que puedo ayudarte. Puedo darte mi opinión con respecto a la ropa - Dijo encogiéndose de hombros. - Bueno... No creo que sea bien visto que... -¡Ah, por favor! No te probarás ropa interior... ¿o sí? - Dijo sonriendo coquetamente. - Ni en tus sueños - Comenté volteándome a ver los jeans de nuevo, mientras me seguía. - ¿Estás segura? - Preguntó con una carcajada. No le hice caso alguno, aunque sabía que me había vuelto un poco nerviosa. - Creo que este pantalón te quedaría de maravilla - Dijo mientras lo miraba con una ceja levantada. Debía admitirlo, este chico tenía buen gusto. Me hice la pensativa antes de acceder tan fácilmente y luego llegué a la conclusión de que si me gustaba. Sonreí mirándolo a los ojos y tomé los pantalones para llevarlos a los probadores. Luego de colocármelo y salir tímidamente de los probadores, vi que Niall estaba mascando un chicle mientras con una postura despreocupada me esperaba. Tosí disimuladamente y él me miró enseguida. - ¡Dije que se te vería de maravilla! -Mencionó con una sonrisa. Me ponía muy nerviosa, después de todo que otro chico me mirara de pies a cabeza no era normal... No para una chica que había pasado un par de años con el mismo chico y no había tenido vida social. -Gracias... - Dije bajando la mirada. - ¿Y? - Preguntó sobresaltándome -¿Quieres ver algo más? - Bueeeno... Dos horas después todo fue un caos. Suele pasar que ves algo que te encanta pero que al probártelo te queda horrible, y ese era el trabajo de Niall, decirme cueste lo que cueste la verdad. Al final me compré el pantalón que me había recomendado Niall, unos shorts y algunas poleras que se veían un poco sexy, pero fueron aprobadas por el cantante. - Me gusta tu estilo de vestir - Dijo cuando caminábamos por el mall. -Já - Dije irónicamente - ¿No será el estilo que tú quisieras ver en una chica? -Bueno, sí - Admitió con una carcajada. - Te invito a comer algo - Lo miré sorprendida. - ¿Qué te parece si vamos a comer a mi casa? - Pregunté levantando las cejas. - ¿No me encontraré con tu desagradable prometido? - Dijo haciendo una mueca. Reí. -Debería llamarlo, pero no quiero. Me ha tenido botada estos días - Dije encogiéndome de hombros. Salimos del mall para encontrar el auto de Niall. - Hombres... - Pronunció sonando algo gay - Son tan complicados, por eso no me gustan - Reí. -Sería raro si te gustaran.

En casa no había nadie como de costumbre. Mis padres se habían ido a trabajar y yo llegué con bolsas de las tiendas a buscar algo que cocinar en el refrigerador. -Tengo ganas de comer churrascos -Dije sonriendo. Niall me miró con los ojos como platos. -¿Una mujer que cuida su figura quiere comer churrascos? -¿Quién dijo que cuidaba mi figura? -Dije riendo. Comenzamos a cocinar dejando "la embarrada" en la cocina.Niall trató de hacer las paltas, ya que se había negado a pelar tomates, pero más se hechó palta en las manos que en el plato. Tuve que pelar los tomates yo, pero mandando al cantante muy lejos de mi vista, haciendo que se fuera a ver televisión. Terminé de hacer los típicos churrascos y los llevé a la mesa. Niall estaba cabeceando en el sillón, luchando con el sueño. Dejé los platos en la mesa y me acerqué con una pequeña pluma. Antes de llevar mi plan a cabo reí, rogando por que Niall no se despertara. Comencé a hacerle cosquillas con la pluma en la nariz, se movió un poco y luego llevó sus manos hacia su nariz, pero no se despertó. No me quedó de otra, así que tomé un cojín y se lo lancé por la cabeza. -¡Hey! - Mencionó enojado. - Vamos a comer - Dije casi saltando hacia la mesa. Niall me siguió arrastrando los pies. - Estoy un poco cansado - Dijo refregándose los ojos. - Los ensayos se han vuelto algo pesados. - ¿Has viajado verdad? - Sí. Me gusta venir a Chile, aunque ande con el sueño cambiado - Dijo sonriendo. - Pero puedes comer y tomar una siesta - Mencioné sonriéndole también. - No te preocupes. - Dijo tomando el pan y llevándoselo a la boca. Dio un gran mordisco. - Mmm... ¿'Abes 'é no 'edo comer 'tas 'osas? - Mencionó con la boca llena. Levanté una ceja. - Subtítulos, por favor - Reí. - ¿Sabes que no puedo comer estas cosas? - Repitió - Se me derretirán las calugas. - Já, tienes suficientes - Dije comiendo. Él me miró con una sonrisa. - ¿Has visto mis calugas? - Preguntó mirándome fijamente. - N-no... yo... imagino - Respondí nerviosa. - ¿Desde cuando hemos llegado a hablar de tus calugas? Ni siquiera sé como estoy en mi casa comiendo churrascos con Niall Horan. - Es lo que hay... - Pronunció comiendo -Yo tampoco imaginé esto. ¿Crees que me la pasé soñando encontrarme con una pesada como tú? ¡Me haces bullying! - Reí. - ¿Entonces qué haces aquí? - Soy masoquista - Dijo como si nada.

Nos pusimos a ver una película. Bueno, la verdad sólo yo, porque Niall instantáneamente se quedó dormido. Apoyaba su cabeza en mis piernas y comenzó a roncar. Reí producto de eso. Con Niall reía de todas las cosas, era algo increíble. Mi celular empezó a sonar y traté de tomarlo sin moverme. Era Diego. - ¿Amor? - Preguntó enseguida - ¿Ya has llegado a casa? - Miré a Niall asustada. - Mm... N-no - Dije tartamudeando - Aún no. - Hubo un silencio incómodo en el que sólo se escuchaban los ronquidos del Ccantante. Rápidamente puse la mano en su boca. - ¿Qué son esos ronquidos? - Preguntó Diego haciendo que mi corazón palpitara descontroladamente. - Eh... No son ronquidos, amor - Dije mirando hacia todas partes. Antes de que me dijera otra cosa me apresuré a decir: - Lo siento, ahora entraré a otra tienda, he visto un vestido hermoso. -Ah... Si que te gusta comprar eh... Bueno, me avisas cuando llegues. - No lo creo, Diego. Mañana ¿sí? -Pronuncié incómoda. Niall abrió un ojo. - Mm, será... Mañana será un gran día -Me recordó - Quiero que vallamos a cenar. - ¿Enserio? - Pregunté emocionada. Niall rodó los ojos, mientras se levantaba -¡Me encantaría! -Entonces, nos vemos mañana. Te amo. - Yo también. Colgué y miré a la persona que estaba a mi lado. -¿Mañana habrá algo especial? -Preguntó mirándome fijamente. - No lo creo - Dije sonriendo. - Ojalá ese cretino no te deje plantada, nuevamente - Dijo mirando a otro lado. - No seas aguafiestas - Mencioné dándole un golpe en el hombro. - Sólo soy realista... Me debo ir - Se levantó y arregló un poco su ropa. Se acercó a la puerta mientras yo lo seguía. - ¿Tan rápido? - Esa pregunta salió sin que yo quisiera.Niall sonrió. - Sí. Tengo que salir - Dijo tomándome de los hombros. Acto seguido me besó en la mejilla - Gracias por el churrasco. - Gracias por ayudarme con la ropa -Dije sonrojándome. - No es nada. - Suspiró - Gracias por entretenerme estos días. - Rió recibiendo un golpe en su pecho. - Tú eres el cretino - Dije con el ceño fruncido. - Muchas gracias, dama. - Hizo una reverencia y salió. Lo miré subirse al auto, tocar la bocina y perderse en la esquina de la casa. No entendía porqué me gustaba pasar el tiempo con ese "cretino", pero sabía que no era como Diego. Niall era el otro extremo... Niall era diferente.

Enamorarse en 15 dias~Niall & tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora