fourty nine

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Sandy recomienda para la lectura: Jet Black Heart de 5 seconds of summer (en repetición)

Me sorprende la facilidad que tiene Niall de poner ese tipo de caras que hacen que digas inmediatamente que sí, sin haberte parado a pensar antes qué es lo que te ha pedido antes. O lo fácil que es para él ser una buena persona, o simplemente, tener ese don para ser él mismo que le hace ser como es.

Tú ves a Niall y a primera vista percibes que es una buena persona, que puede llegar a tener ese punto de locura, pero que aun así, es una persona amable en la que puedes confiar cualquier cosa.

Y quizá sea esa la razón por la que estamos juntos. Yo soy todo lo contrario a él -no, no me refiero a que soy una mala persona-. Si no que, por mi vestuario, por mis gestos, por mi antiguo color rosa fucsia, parecía ese tipo de chicas malas y rudas, que no son las que suelen ir con tipos como Niall.

Volviendo a antes... Como iba diciendo, me sorprende y a la vez odio, lo fácil que es para Niall las cosas. Estamos gracias a él fuera del hospital, en el gran jardín que parece sacado de un cuento de tantas flores y verde que hay en él. Levábamos hablando de tonterías y dando vueltas por una hora y media, hasta que me empecé a cansar y a respirar entrecortadamente. Niall cogió aún más fuerte mi brazo y nos llevó a ambos a un banco blanco justo debajo de un árbol que nos proporcionaba una sombra calmada que nos aguardaba del sol.

"¿Te encuentras mejor?", a lo que enseguida asentí muy sonriente, diciéndole la verdad. "Bueno, ahora sigamos... Cuéntame cosas que no sepa de ti" y recibió una mirada con el ceño fruncido de mi parte.

"¿A qué te refieres, exactamente? No es como si no conocieras cosas de mí ya" le dije un tanto obvia. Niall puede ser la única persona que verdaderamente me conozca de pies a cabeza, puede que no conozca absolutamente todo sobre mí (y dudo que algún día pueda llegar a saber lo todo sobre mí, al igual que yo de él) pero al fin y al cabo, él sabe más de mí que nadie en esta vida, ni siquiera Ashley. Ella sería la segunda persona.

"Supongo que habrán cosas que ni yo sepa sobre ti, ni siquiera Ashley...", dejó de hablar tras fijarse en mi rostro perdido. Suspiró divertido, "está bien, ¿te acuerdas cuando hablábamos por Whatsapp y hubo una vez en la que jugamos a las veinte preguntas?" asentí con firmeza, recordando viejos momentos. "Pues lo mismo pero con cosas sobre nosotros. Yo, hmm... De pequeño tenía un hámster y jugando con él al escondite, no sé exactamente qué hice, pero lo ahogué."

Reí tras haber escuchado su historia y asentí, más para mí misma que para él, pensando en qué podía contarle. "De pequeña me encantaba coger camisetas viejas de mi padre y le dibujaba cosas, siempre eran cosas de niñas... Pero se las ponía, y eso me encantaba."

"¿Qué dibujabas?"

"No recuerdo... Pero sí que me acuerdo que un día cogí dos camisetas y en una dibujé a las Supernenas y en la otra un cutre paisaje de una casa y un árbol", sonreí melancólica. Hacía tiempo que ya no dibujaba y ni siquiera recordaba mi adicción a dibujar... Incluso dudo en poder ponerme a dibujar algo y que saliese bien. "Te toca", le dije.

"Amo los animales", bufé, ¿a quién no? "Calla, mujer, no me has dejado terminar. Pero al igual que tú, no soy bueno con los nombres..."

"Yo realmente soy buena con los nombr-"

"No, no lo eres, cierra la boca." Rodé los ojos y él rio dándome después un beso en la mejilla. "A lo que iba... Cuando tenía ocho años me compraron un cachorro, estuvo un mes entero sin nombre porque no se me ocurría ninguno... Justo cuando lo llevamos a la veterinaria tuve que ponérselo y, no te burles, pero le llamé Elefante."

Whatsapp (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora