thirty four

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-Qué feo, otro, no me gusta -dijo moviendo la mano desechando el vestido que me había probado esta vez. Llevábamos cuatro vestidos, los cuales preciosos y elegantes, sin embargo ninguno era de su agrado, y eso que me los iba a poner yo, no ella.

-¡Mamá! Dile a Ashley que el vestido me tiene que gustar a mí, no a ella -protesté pataleando el suele con mis Converse.

Negó con la cabeza y chocó su mano con la de Ashley.

-A mí tampoco me gusta, Stevens, otro.

La dependienta del lugar se tapó la boca con su mano para evitar reírse de mi situación y trajo algunos vestidos más. A este paso, no iré al baile en tres días.

Que se ría Tom Cruise en Misión Imposible, que vaya él de compras con mi madre y mi mejor amiga, saldría corriendo y llorando del local.

-Sigo sin entender que hago aquí -protestó por sexta vez Michael.

-Eres el hombre.

-Lo sé, ¿pero no podía venir... Luke? ¿O Ashton? -dijo colocando una pierna encima de la rodilla de la otra.

-No, ellos estaban ocupados.

Suspiró.

-¡Yo también lo estaba! -gritó-. Almenos hasta que me secuestrasteis aquí. No estoy haciendo nada, ¿me puedo ir?

-Que no -dijo mi madre-, has venido por voluntad propia -contestó, a lo que Michael negó. Se levantó, se dirigió hacia un sofá de la tienda, cogió el cojín que lo decoraba y se dispuso a dormir un rato.

Ashley se acercó a el sigilosamente, agarró otro cojín sin mover a Michael y... Le pegó con este en la cara.

-¡Ya vienen a por mí! -gritó Mickey tirando el cojín hacia una pecera llena de peces parecidos a Nemo. Ashley, mi madre y yo, junto con la dependienta nos miramos entre las cuatro con cara interrogante.

-¿Emmm?

-Dejarme soñar por el amor a los colores, uf -puso sus manos juntas y las puso debajo de su cabeza para intentar seguir durmiendo.

***

-No era necesario...

-Sí lo era -contestó desabrochándome la cremallera del no sé que número, vestido. Entré al probador y cogí el vestido que ansiaba con probarme. Era totalmente de mi estilo, era perfecto para mí, y sabía que a Ashley le encantaría.

-No lo era, no era necesario coger mi cinturón y atarme las manos con él a esta mierda de silla, y mucho menos haberme puesto celo en la cara -protestó-. Y el pintalabios rojo ya ha sido innecesario, Ashley.

-Lo he hecho por ti, Mickey. Te pega con el pelo -dijo sonriente-. Stevens, sal ya del probador o te sacaré desnuda o no.

-Dejar de discutir enfrente de mi madre, chicos -solté de repente saliendo, sujetando el vestido por el pecho ya que este era de palabra de honor y no pude cerrar la cremallera que descansaba en la espalda.

Sabía que le encantaría a Ashley, y por fin, terminaríamos esta insufrible "excursión" de vestidos a tutiplén.

Ashley con cara extraña, lo cual me extrañó, se acercó a mí para hacerme hirar sobre mis talones y subirme la cremallera abierta.

Justo cuando pensé que todos se quedarían boquiabiertos, por culpa del vestido, por ser bonito, y elegante, empezaron a negar con la cabeza. Incluso Michael el cual no estaba participando en ningún momento, él solo formaba parte de las plantas de la tienda, y ahora, ¿opina? Que alguien aleje los cuchillos de mí.

Whatsapp (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora