thirty nine

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-¡Despierta saco de estiércol! ¡Hoy es el baile!

Refunfuñé. Me giré hacia el lado por el cual no había venido el grito, y me tapé lo mejor que pude con la manta de color rosa con la cara de Hello Kitty totalmente dañada, tanto, que en vez de un gato parecía un saco de estiércol, como había gritado antes Ashley.

Quizás estaba mandado despertar a la Hello Kitty de la manta. Por si acaso, no me despierto.

Con un brazo, a tientas busqué el cuerpo de Niall a mi lado, pero no lo encontraba por ningún lado. Tenía frío, y quería abrazar su cuerpo. También quería abrazarle por que sí.

-¡Despierta ya! ¡Llegaremos tarde a clases por tu culpa!

De un impulso me levanté, gritando como una loca cuando noté como mi-desheredada-de-todos-mis-bienes-amiga, me pellizcaba el culo. Por primera vez en mi vida, prefiero la manera de mi hermano la de tirarme un cubo de agua fría.

Cuando ya estaba de pie, me sobé la zona drásticamente afectada intentando así ocultar el dolor. Por su culpa ahora tendré un moretón en esa área, y no lo puedo evitar (obvio) me salen siempre y encima con mucha facilidad.

-Tápate Stevens, si no quieres que Luke salga enfurecido del baño por que Niall está tratando de tener un hijo ahora mismo contigo.

Ante el comentario de Ed, intenté verme lo mejor que pude, y efectivamente, tenía que taparme. Mi camiseta estaba subida hasta arriba del estómago mostrando mi tripa, y mi ombligo junto con su arete.

Aún recuerdo cómo se reía Ashley de mí cuando le dije con quince años que me quería hacer perforaciones. Ese día ella estaba un poco mal de la garganta, ya que creo que estábamos en principios de invierno, por lo tanto, cuando se empezó a reír, su risa era lo más parecido a un graznido.

Y eso la hacía reír aún más, en vez de darle vergüenza y parar.

Le conté que quería más pendientes en mis orejas, lo cual ya he conseguido; Que también quería un arete en el ombligo, el cual llevo; También quería el piercing en la lengua, y así me lo hice también.

¿Os imagináis a Ashley? Pues mis padres fueron iguales.

Hasta que a mis diecisiete (los años que tengo actualmente) decidí que me los iba a hacer, con o sin autorización (en realidad tenía que tener si o sí la autorización, pero en fin).

-Pues a mí me gustaba más como estaba antes -dijo Niall saliendo de la cocina vestido.

Sonreí avergonzada.

-¿Que te gustaba más el qué? -preguntó saliendo del baño abrochándose el cinturón del pantalón.

-Nada, los cereales de colores -dijo rápidamente mirándome con los ojos muy abiertos. Reí junto con Lou, Ed y Ashley.

Me acaba de llamar cereal. Me lo tomaré como un cumplido extraño.

***

Coloqué mis Dr. Martens y corriendo salí de casa ya que todos habían salido sin esperarme por que "supuestamente" he tardado más de lo acordado.

"Tampoco están tan lejos" me dije a mí misma tras verlos en frente de mí a unos dos metros más o menos. Pero lo peor no fue verlos a esa lejanía, fue llegar a ellos.

Corriendo un poco, y gritando para nada que parasen, llegué a ellos. En el camino dejé atrás un pulmón, un riñón, sudor, mi páncreas y todo el oxígeno acumulado, pero llegué.

-"Tan sólo cinco minutos, chicos" -dijo intentando imitarme Niall-. Y así es como Stevens tardó media hora.

-Tienes suerte de que estén ellos delante, por que o si no te pegaba. Y no quiero hacerlo sin testigos.

Whatsapp (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora