Capítulo 11.

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Llevábamos horas de viaje, al parecer por lo que escuche: Maximiliano dijo que quedaba un poco lejos del pueblo, y lo peor es que yo ya me moría de hambre.

El clima era demasiado agradable, con las nubes cubriéndolo y una brisa no tan fría. Maximiliano manejaba en silencio ya que nadie decía nada; Yo era de ese tipo de personas, no les gustaba hablar a menos que alguien sacará platica, mientras tanto yo siempre me mantenía en silencio.

¿Qué les parece si nos detenemos a comer?, por aquí cerca hay un restaurante y podemos ir-La voz de Maximiliano me saco de mis pensamientos y yo inmediatamente asentí.

-Claro, esta bien.-Dijo mi abuela con voz somnolienta.

Después de cinco minutos de camino, Maximiliano se detuvo en un restaurante que a mi parecer se veía demasiado elegante para estar en una carretera.

Me desabroche el cinturón y cuando estaba por abrír la puerta, Maximiliano me detuvo.

-Espera, ahora te abro yo.-Mi abuela y Andrea seguían con esas sonrisas cuando Maximiliano se comportaba de esa manera; yo por lo tanto me quedaba un poco sorprendida de todo lo que hacia y las muestras de cariño que me mostraba.

-Gracias-Le di mi sonrisa mas sincera y acomode lo mejor que pude mi cabello.

-Así estas bien.-Maximiliano me detuvo la mano ya que me iba hacer una coleta.

Tome mi bolso y entramos en aquel restaurante.

-Buenas tardes, mesa para cuatro personas? -Pregunto mientras apuntaba algo.

-Buenas tardes, si por favor.-Maximiliano decía las cosas serias y claras.

-Perfecto señor, su esposa y la demás familia pueden esperar aquí, en lo que esta lista-Dijo señalándome a mi como su "Esposa" y sin más se fue a arreglar todo.

Me quede quieta en mi sitio y sorprendida a la vez, Maximiliano me miro divertido y solo negó la cabeza sonriendo.

Andrea y mi abuela no paraban de hablar, que ni cuenta se dieron de ese pequeño espectáculo.

Unos mínutos después nos guiaron a nuestra mesa, donde adornaba un hermoso florero con diferentes tipos de rosas, un mantel blanco con una vajilla muy linda y copas de vino blanco.

Mi abuela y Andrea tomaron asiento, una a lado de la otra y Maximiliano tan caballeroso que era me recorrió la silla y me senté.

-Gracias-Sonreí, el mesero nos dio las cartas y se fue para dejarnos elegir.

-¿Que pedirán ustedes?-Maximiliano específicamente me miraba a mi.

-Mi abuela y yo pediremos algo sencillo-Dije sin mirarlo y ojeando la carta.

-Nada de sencillo, les gusta el salmón ahumado?

-Por mi esta bien lo que pidan.-Yo mire a mi abuela con cara de pocos amigos, no es que no me gustará, pero ya hemos abusado mucho de ellos.

El mesero llego a nuestro lado-Ya saben lo van a pedir?

-Sí, tráigame cuatro cremas de elote e igual cuatro platillos de salmón ahumado con verduras y puré de espinacas.

El mesero llego con nuestro pedido y yo me coloque la servilleta de tela correctamente, sabía como comportarme en un restaurante, ya que mi abuelo acostumbraba a llevarnos casi siempre.

-Le encargo un vaso de agua, por favor.-Le dije yo al mesero ya que no quería tomar vino.

-Claro señorita.

Maximiliano me miraba con el ceño fruncido y mi abuela se dedicó a darle la explicación del porque no tomaba vino.

-Desde un día que le cayo muy mal y vómito, desde ahí no quiere tomar.

Me dedique a comer en silencio sin mirar a nadie, los tres en la mesa platicaban animadamente mientras yo me mantenía en silencio.

-Hija, por que tan callada? -Pregunto mi abuela mientras daba un sorbo al vino.

-Por nada, solo me pierdo en mis pensamientos.-sonreí

Después de una hora terminamos de comer, Maximiliano no dejo que yo pusiera la mitad de la cuenta y de ahí me puse un poco seria.
Subimos al auto y puso en marcha, todos íbamos en silencio ya que sabían que si me había molestado un poco.

Sonó el celular de Maximiliano y lo coloco en el manos libres.

-Hijo donde estan? No he tenido noticias suyas-Hablaba lo que al parecer era su madre.

-Voy de camino a Veracruz con unas personas.-Me miro y -Por favor tenme lista dos habitaciones en la casa, llegaremos tarde y no tendrán tiempo de acomodar nada.

-Claro que si, le diré a Valentina que tenga todo listo.

-Gracias mamá, nos vemos.

Maximiliano colgó y ahora también estaba enojada por ni siquiera preguntarme.

Me quede dormida en el transcurso y cuando desperté sentí unas leves caricias en mi mejilla.

-Hemos llegado-Maximiliano me miraba con intenciones de llevarme en brazos hacia dentro.

-Gracias, pero yo puedo.-me talle los ojos somnolienta y abrí la puerta, Maximiliano me guió hacia dentro y una voz me sobresalto.

-Tu eres Angelina? La mujer de la que Maximiliano no deja de hablar.-Esas palabras me dejaron sorprendida en mi lugar.
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Actualización Yeih! Lindo dia bellas!
Festejaré el cumpleaños de mi mamá, besos.

Triunfo del Amor © (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora