Capítulo 32: ¡no estamos felices!

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Aún no sabía que hacer o que decirle, en partes pensaba en obligarla de nuevo para que este conmigo pero no sería lo mismo, ya hemos pasado un tiempo juntos y nunca se llegó a enamorar de mí sé que solo lo que conseguí fue su dolor, rencor y odio hacia mi persona, me frustraba en cada momento cuando me miraba con esos ojos hermosos de tal manera. Siempre me recordaba que ella solo estaba conmigo por el dichoso trato que habíamos hecho y algo más que nos unía solo por eso lo hacía, pero aun así me sentía feliz aunque sea un poco ya que la tenía cerca junto a mí y no para él, sé que suena egoísta pero así tenía que ser, era solamente mía, en estos momento nada de nada esto hubiera pasado si entre los dos ella me hubiera escogido, pero siempre estaba él hay en cada momento no me daba la oportunidad de estar a solas los dos, hasta ahora.

–Aquí me tienes–se hace presente ante mis ojos, se nota molesta y mucho. ¡quiero ver amor en esos ojos algún día!

–Muy bien,¿la revisaron que no porte ningún arma?–pregunto con quien vino; no quiero que pase nada malo en estos momentos.

–si señor todo en orden, no vino con ninguno. –hay algo que no me tranquiliza igual estaré alarmado.

–te puedes retirar–lo hace y cierra la puerta, Roderid sale con él antes de darle una mirada extraña a Ellie –a ver que hacemos contigo–digo tratando de intimidarla.

¿La obligo o no? me siento en las sillas que estaban aquí a pensar que haré, ella solo se me queda mirando hasta que rompe el silencio.

–quiero que los dejes en libertad–dice amenazante.

Me levanto con lo que dice para mirarla fijamente en sus ojos.

–¿a cambio de qué? –sonrío ella nunca se librara de mí.

–¡de nada! –Grita–¡estoy cansada de estar amarrada de ti, no soy para ti entiende!

–¡recuerda que tenemos algo producto de nuestro amor!

–¿Qué amor? ¿Dime? ¿El que me emborraches y que te aproveches de mí? –recuerdo ese día como si fuera ayer.

–¡pero aun lo tenemos, eso no lo puede cambiar!

–¿Dónde está ahora? ¿lo sabes? –no, no lo sé porque lo abandono a su suerte, una manera para hacerme sufrir–como me arrepiento de haberlo hecho pero no podía ser como tú.

–¡tú...!–me interrumpe.

–¡olvídalo! ¡Aquí yo vine para un acuerdo!

–ya sabes cómo se podrá solucionarse todo.

–no de la misma manera debe haber otra cosa.

–Lo siento mí querida Ellie pero no soy una fábrica para cumplir todos tus deseos.

–¡Hazlo por mí! –¿Por qué me hace débil? Cada vez que me dice eso, es el amor que siento, no puedo arrancármelo por más cruel que sea.

–te lo diré en una hora.

–Solo una –recuerda y se retira de aquí dejándome solo para pensar.

Maldita la hora que comencé a sentir todo por ella, arriesgo todo, por su amor la manera de que me ha pagado, creo que estuviera formando una buena familia si no fuera por esta obsesión, mis hijos, como me gustaría tenerlos...





(...)

–señor, está despierto como nos ha mandado. –es la única manera, tendré todo lo que quiero.

–¿Qué harás? –pregunta ella sorprendida cuando la llame hace una hora para que me acompañara a lo que haría. Ella quería una opción y he pensado en una en la hora que le he dado.

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