Ya era viernes, todo pasa volando últimamente y tenía que practicar después del receso, el mejor deporte, fútbol, estaba muy emocionada, esta alegría que siento ahorita mismo no deben quitármela ni por un millón de dólares. Era la única manera en que podía deshacer todo lo que ocurre en mí alrededor. Ayer fui a sacar mi cédula y nos tomó todo el día, claro la gente que nunca se sabe organizar con sus cosas, No pude asistir por mala suerte a la universidad, igual un día más libre, así que ahora me tengo que poner al día. Ya que Elizabeth me dijo que ayer habían hecho un montón de cosas. Eso me daba coraje porque mientras que yo iba no hacían casi nada y un día que no estoy, hasta armar una obra de teatro excluyéndome.
– ¿hay cédula nueva para salir a todas las fiesta que queramos?– habla Mark a un lado mío.
– claro, no pase mi tortura mirando a la cámara y no saber cómo saldré por el gusto. –por cierto no salí nada mal, solo con un ojo más abierto que otro, igual sólo lo noté yo.
– Ayer no teníamos a quien molestar–aclara – Alice no contó el pequeño drama que paso. –milagro que les haya hablado o creo que fue ellos que le preguntaron por mi, porque en ningún momento me testearon.
– sé que soy irresistible cuando me ven pero no sabía que era para tanto–bromeó.
– pero debes tener más cuidado. –se preocupa por mí ¡lindo amigo!
– La próxima vez tendrán que raptarme–anunció riendo.
Seguimos caminado hacia el siguiente salón, para dar lo que más amó en esta vida, contabilidad financiera, pero antes de llegar a mi propósito la capitana del equipo me detuvo antes que entrara al salón.
– Hola– sonríe, un poco tímida – practicaremos desde ya, para que pidas permiso y traigas a Elizabeth. –¡wuoh! Quiero el Don que ella posee en recordar a cada una de sus chicas.
– bien. –doy por respuesta, aun preguntándome como que comerá ella, quiero su receta, porque yo suelo ser muy olvidaría.
Entre al salón y estaba la profesora, sentada en aquel escritorio, pasando asistencia como si fuéramos niños de primaria, me dirigí hacia ella, su cabello Castaño le llegaba a arriba de sus hombro dándole un aspecto un poco Dora. Ella sólo Me miraba de una forma extraña, pues claro quede mirándola tratando de no reír a lo que acaba de pensar, tuve voltearme un momento para reír por lo bajo.
–Disculpe profesora Carmen, para que nos diera permiso a Elizabeth y a mí tenemos que practicar. –mi voz sale un poco tímida al saber lo que me vaya a decir.
– señorita si sigue así, no va por buen camino – me da un pequeño regañón o yo lo sentí mientras asiente y coloca una pequeña rayita de ausencia entre las dos.
Dicho eso le hago una pequeña seña con la mirada a Elizabeth ya que casi medio salón estaba atento de lo que hablábamos.
–¡Las chicas se están volviendo lesbianas!–exclama Bryan riendo.
–¿cuál es la envidia? ¿De qué jugamos fútbol o que Elizabeth este más tiempo conmigo de lo que tú no puedes? –me defiendo, mientras nos quedamos en mitad de la puerta.
–¡uhhhh! ¿Te vas dejar?–habla un chico que aún no me aprendo su nombre.
Pero no dice nada, le he dado bajo, Elizabeth no argumenta nada sabe que es verdad.
Salimos del salón y nos dirigimos a la cancha de futbol. Al igual que nosotras estaban las otras chicas reunidas. Nos fuimos a cambiar de ropa por una más cómoda, un Lorca cómodo con un suéter de tira es lo que me pongo, aparte de mis zapatillas, aún no con los tacos luego hago una que otra maldad. ya estábamos lista en formando una fila, mientras que mirábamos atentas a Ana.
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La Verdad Oculta
Fiksi RemajaNo todas las verdades que no fueron contadas, no siempre pueden ser ocultadas. El mayor mentiroso puede ser la persona que más ama, lo peor es que nunca te das cuenta, hasta qué cosas inexplicables comienzan a suceder, dando así que tu futuro cambi...