Mi nombre es Scarlett Powell tengo diecinueve años y soy de un pueblo llamado Oriet pero cosas pasaron en mi infancia que mi padre y yo tuvimos que dejar esa lindas tierras. No recuerdo bien que fue lo que paso ya que solo tenía cuatro años...
A veces me gustaría recordar esa gran parte de mi infancia o por lo menos saber que paso en realidad. No crean que siempre me llegue a preguntar qué fue lo que en verdad paso.
Pero olvidemos eso por ahora, les contaré como soy.
Soy de cabello rubio, ojos verdes claros, brillante como una perla recién comprada y no soy ni de baja ni mucho menos de alta estatura, lo suficiente para decir que no suelo usar tacones, siempre he dicho que solo la deberían usar las chicas de bajas estaturas.
Algunos me suelen llamar "la chica rara".
Luego se darán cuenta el porqué, Aunque es obvio.
Aclaro no soy FRESITA y odio a las chicas así, excepto a una que no sé cómo la aguanto.
Y se los digo enserio.
Somos polos opuestos, pero hay algo en aquella rubia que me hizo ser su amiga. ¿Quizás porque su tierna mirada me cautivo cuando solo eran unas crías, yo sola en aquel rincón mientras ella hacia amigos por doquier, ella me miro, yo la mire y nos quedamos mirando mutuamente, hasta que se sentó en mi pequeña banca para solo decir "seamos las mejores amigas del mundo" esas pequeñas palabras se me quedaron grabadas en mi mente, ¿Cómo olvidarlo?
En el amor no me va bien ya que soy invisible para ellos y bueno eso era en mi antigua escuela, ya que ahora estaré en la universidad y hare amigos nuevos.
Quizás te puedes conseguir un novio Scar y esta vez hazme caso, Si no moriremos vírgenes-me dice mi conciencia.
En mi vida he tenido una mientras que mi amiga, no un montón pero varios, que a veces me daba mucha envidia, pero saben una cosa ¿sola es mejor no? ¿Así no sufres?
–Scarlett! levántate ya es tarde... – escucho decir detrás de la puerta mientras me le quedo mirando, es mi padre lo sé porque es la única persona con la cual vivo en esta casa y mucho menos debo de dudar por su voz un poco grave, como olvidarle.
Él se llama John Powell, es un hombre guapo de ojos verdes, muy guapo, su estatura es de un metro ochenta y ocho mucho más alto que yo. Es un poco mayor solo tiene 38 años, trabaja en su propia empresa Powell heredadas por la generaciones de mis tátara abuelos, donde se encargan de la exportación e importación de diferentes productos importantes para la población, me siento muy orgullosa de ellos, por mantener un buen negocio y siempre pensar en sus futuros familiares, hoy en día todo va muy bien.
–¡voy Papá! –grite al darme cuenta que solo me quede mirando aquella puerta, por la bajo se podía notar un pequeña sombra moviéndose de aquí para allá.
–¡Llegaras tarde!- Su voz vuelve hacerse presente en aquel pasillo de afuera, mientras que yo solo seguía en mi cama. Está tan rica.
Debemos de levantarnos o todos deberás nos miraran de nuevo como la rara que somos.
–¡Papá sabes que aún es temprano y me alisto rápido! –contesté y me sumergí en mis pensamientos.
Desde que tengo memoria mi padre es muy madrugador y siempre solía asustarme de ese modo, yo muy inocente salía corriendo a la ducha y cuando mi Papá me veía se echaba a reír; Con el tiempo me acostumbre.
Nunca olvidaría aquellos momentos, eran de pura risa, creo que hubiera sido casi igual si mi madre hubiera vivido con nosotros, simplemente la extraño muchísimo.
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La Verdad Oculta
Fiksi RemajaNo todas las verdades que no fueron contadas, no siempre pueden ser ocultadas. El mayor mentiroso puede ser la persona que más ama, lo peor es que nunca te das cuenta, hasta qué cosas inexplicables comienzan a suceder, dando así que tu futuro cambi...