CAPÍTULO 4

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Cuando cierro la puerta me volteó para ver dónde está y veo que sigue de pie en el mismo lugar.
-Oye, no tengas pena, en esa mesita hay una conexión, puedes conectar tu celular ahí, le digo señalándole la mesita.
-Sí, está bien, gracias, no tengo pena, bueno no, la verdad sí, es que no te conozco. Y sé que esto es una estupidez. Pero bueno ya estoy aquí, me dice y su tono sigue siendo nervioso pero a la vez más seguro de sí mismo.
-¿Me puedo sentar ahí?, me dice señalando el mueble inflable naranja.
-Sí, siéntate donde quieras.
-Gracias.
-¿Quieres algo de tomar?, le ofrezco.
-¿Tienes leche?, me pregunta riéndose.
-Este de si... ¿por qué?, intentó no reírme, pero fracasó.
-Mi mamá me acostumbro a tomar leche todas las noches, antes de dormir. Y con todo eso de la mudanza, ni tiempo de ir al centro comercial me dio, me dice con un tono cansado.
-Mentira sólo dame agua, por favor, y se hecha a reír. Y después yo lo sigo.
-Sí, lo sé. Cuando mi hermana y yo llegamos al vecindario estábamos más perdidos que nada. No sabíamos nada de San Francisco. Pero luego fuimos conociendo. Gracias a que mi mamá me regaló un auto cuando cumplí 18. Si no hubiera sido más difícil en autobús. Ya sabes, luego puedes perderte y eso, suelta una risita ahogada mientras le paso el vaso de agua.
-Gracias, me dice. -¿Tienes una hermana?
-Sí, se llama Caroline. Es dos años menor que yo. Ósea que tiene 19, ya sé que le dije más de lo que pregunto. Pero es que siempre me preguntan ese tipo de cosas de ella que se ha vuelto una rutina. Tomó asiento en el mueble frente a él. Luce tan guapo en ese mueble inflable naranja. No creo que alguien más pueda lucir tan guapo en mi mueble.
-Oh vaya, ósea que ustedes viven aquí, ¿solos?, eso es genial. Bueno al menos tienes a alguien con quien pasar el tiempo, me dice mientras bebe del vaso.
-Si ya se, si aquí vivimos solos. Hace apenas un año, tengo un problema con decir cosas que no me preguntan. Pero no me sucede siempre. Sólo cuando estoy nervioso.
-Yo creí que llevaban mucho más tiempo. Tienes aspecto de haber vivido siempre aquí, me dice un poco sorprendido.
-Gracias, eso creías, pues que bueno. Al menos sé que ya no tengo características del lugar de donde vengo, y me echó a reír.
-Sí, de nada, ¿pero si conoces la ciudad bastante como para darme un Tour?, me pregunta con curiosidad.
-Obvio, oh bueno, los lugares que yo considero los más agradables y geniales, digo presumiendo.
-Entonces... ¿estas aceptando a llevarme de Tour por San Francisco?, me dice con un tono de esperanza.
-Claro, por que no. Y así es porque no aceptaría a darle un paseo por la ciudad al nuevo vecino que está muy guapo. Le ayudaría mucho en su vida futura.
-¿Y vienes sólo a estudiar la universidad?, o, ¿te vas a quedar más tiempo?
-Se supone que sólo vine a estudiar la universidad, pero probablemente me quedé un rato por San Francisco, me dice muy fresco. Se le nota que ya está más relajado.
-¿Iras a la USF?
-Así es, es mi única opción y si no quedó... regresare a casa. Con mamá. Me dice con tristeza y preocupación.
-Tranquilo, te irá bien. Normalmente todos quedan. ¿Por cierto que estudiaras?, le pregunto curioso.
-Quiero estudiar Filología, me dice orgulloso.
-Eso es muy interesante. A mí también me gusta leer mucho. Ya sé que dirás que no se me nota. Pero... así es, le digo riéndome y burlándome de mi mismo.
-¿Y tú?, ¿Qué hay de ti?, me pregunta con interés y viendo me con sus ojos azules, perforándome la mirada.
-Amm, ¿a qué te refieres?
-Pues sí, ¿ya no estudias la universidad?
- No ya no. La dejé hace 3 años. Dije que iba a agarrar un año sabático. Y se pasaron dos más. Realmente ya no quiero ir a la escuela. Estoy bien en mi trabajo y aparte me gusta, le digo intentando convencerlo de que me dejé de preguntar sobre eso. Por suerte lo hace.
-Oh es cierto, ¿en que trabajas?
-Trabajo en una librería. Básicamente lo que hago es leer libros y recomendarlos. Escribo reseñas de los libros que leo para la librería. Eso es genial. Me pagan por hacer algo que me gusta, le digo muy feliz con mi respuesta.
-¿Y tú porque te viniste a San Francisco?, o bueno, ¿porque se vinieron?, tú y tu hermana. Pregunta resaltando la última oración.
-Bueno, pues... la verdad es que mi hermana y yo, siempre quisimos vivir solos. Lejos de toda la familia. Sin que nadie nos dijera nada de nada. Aunque no hacemos cosas muy locas. Pero... nos divertimos a nuestra forma. Hemos encontrado muy buenos amigos aquí. Extraño a mamá, a veces más, a veces menos. Pero la extraño. Y por un momento siento nostalgia por mi madre. Ya tiene mucho que no la veo en persona y las llamadas por Skype no son lo mismo.
-Oh, te entiendo. Apenas me vine aquí. Y ya extraño a la mía. Somos muy unidos. Me dice intentando animarme.
-Si pero ya no más nostalgia, que me hace daño. Luego me dan ganas de comer helado. Y entonces Kevin se comienza a reír un poco fuerte.
-Shhhh, mi hermana está durmiendo, le digo riéndome.
-¿Y tu padre?, me pregunta un poco indiferente. La pregunta me tomó desprevenido. Creí que ya habíamos dejado de hablar de los padres. Pero entonces sólo le digo.
- No lo sé, por ahí, y bajo la mirada. Luego la levantó, lo miró a los ojos. Su mirada se ve un poco triste. Y luego le preguntó:
-¿Y el tuyo?
-Igual. No lo sé, por ahí tal vez. Me abandonó, me dice con un tono triste y a la vez con enojo.
-A mí también, le digo.
Y ambos nos vemos a los ojos y por un momento pensé. Pero que rayos con este tipo. No puede tener la misma historia que yo. Y luego olvidó esa idea. Y recuerdo cuánto odio a mi Papá por habernos abandonado.
Le seguí preguntando sobre la escuela. Su carrera. Su vida en Brisbane. Y parte de su infancia. Me contó algunas cosas de cuando era chico. No sé porque. Pero yo también conté algunas mías. Recuerdos y más recuerdos. Y buenas experiencias. Y entonces le digo:
-Oye... Ya tengo sueño, le digo bostezando.
-Yo también, me dice.
Se levanta del mueble, deja el vaso sobre la mesita y checa su celular.
-Son las 2:22 am, me dice con cara de sorprendido.
-¿Enserio?, jamás pensé que hubiéramos pasado tanto tiempo hablando. Fue muy rápido. El tiempo pasó muy rápido. Y para su suerte su celular está casi cargado.
-Sí, sabes, es hora de que me vaya a casa, me dice. Y por un momento quiero decirle que se quedé. Pero sé que dirá que no.
-Mañana tengo examen. Y tú tienes que ir a trabajar, así que será mejor que me vaya, me dice desconectando su celular.
-Si quieres puedes quedarte. No sé de donde salió eso. Pero lo dije.
-¿Qué?, no, claro que no. Ya fue mucha molestia pedirte que me dejarás cargar mi celular aquí. Así que será mejor que me vaya, me dice dirigiéndose hacia la puerta.
Cuando la abre se da cuenta que está lloviendo. Y entonces le digo:
-Mejor quédate. Te vas al rato por la mañana. No querrás mojarte ¿o sí?, espero que me contesté que no. -Además no tienes energía eléctrica. Yo que tú me quedo, le digo casi rogándole. Espero y no se note tanto.
-Bueno está bien. Sólo porque no quiero mojar mi pijama favorito en mi primera noche, me dice riéndose. Tan lindo como siempre. Qué bueno es verlo sonreír. Es como el peor veneno, pero a la vez también la cura.
-Puedes dormir en el mueble, te traeré una sábana, le digo. Me dirijo al cuarto. Trató de no hacer tanto ruido para no despertar a mi hermana. Pero a quién engañó. Ella es de sueño pesado. Busco la segunda sabana más calientita que tenemos. Porque obviamente la más caliente la tengo yo. Y entonces salgo de mi cuarto y me dirijo a la sala. Lo encuentro acurrucado en el mueble. Y le digo:
- No que no te querías quedar. Es mejor dormir tu primera noche, en una casa ordenada ¿cierto?, le digo molestándolo.
-Sí, gracias por dejarme quedarme.
Le aviento la sábana. Le cae en la cara. Y me dice:
-Que maleducado eres, y se ríe. Ahí está su linda sonrisa.
-Sí, así soy, y le saco la lengua.
Me dirijo a la puerta de mi cuarto. Y antes de entrar le digo:
-Que descanses Kevin, que bien se sintió decirle eso. Entonces él me contesta:
-Que descanses Nick, y me manda una sonrisa. De esas que te hacen sentirte bien. Y hacen que duermas mucho mejor.
Lo observó por unos segundos. Y luego reaccionó y cierro la puerta. Me acuesto sobre mi cama. Y me quedó pensando en todo lo sucedido este día. Esta noche. En Kevin. Y luego... recuerdo que mañana trabajo. Así que intento dormir hasta que lo logró. Y me desvanezco en mis sueños.



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