Seis de la mañana con treinta minutos. Si quería obtener el empleo debía de dar una buena impresión, llegar temprano es el primero de varios pasos en su plan para lograrlo.
Una cafetería, estaba frente a una cafetería. Le parecía un trabajo perfecto... Para un adolescente que busca empleo de medio tiempo. No era algo que le agradara mucho, pero por el momento era su única opción. Tenía que hacerse a la idea de que estaría transportando líquido caliente y amargo durante todo el día. Podría ser peor. Podría estar limpiando heces fecales en un circo.
El letrero que colgaba del picaporte de la puerta decía que estaba cerrado, pero por dentro podría apreciarse al sujeto con el que se había topado la noche anterior, este estaba preparando la decoración de las mesas; manteles, servilletas, pequeños adornos, condimentos, todo lo necesario. ChanShik golpeó el cristal de una de las cuatro y grandes ventanas que permitan que entrara luz al local, el ruido que emitían hizo que DongWoo dejara las decoraciones para poder atender a su próximo compañero de trabajo. De uno de los bolsillos del limpio y negro pantalón de vestir del agradable sujeto de sonrisa picarona, sacó un juego de llaves que estaban acompañados con un pequeño colgante en forma de zapatilla deportiva, el cual emitía una pequeña luz azul si apretabas un minúsculo botón que tenía en la parte del mini talón.—¡Hey! ¡ChanShik! — Le saludó como si fuese un viejo amigo de la infancia — Sabía que regresarías, siempre vuelven — Dijo, dejando que una ráfaga de aire fresco entrara al interior de la cafetería cuando la puerta fue abierta — Pasa, sólo estaba acomodando unas cosas.
— Gracias — Agradeció el joven, aceptando la invitación a pasar.
El lugar parecía agradable; unas diez u once mesas de cedro con sus cuatro sillas cada una, bastante modernos cabe decir; la barra y vitrinas eran del mismo material, en ella encontrábamos distintos platillos a distintas horas del día (desayuno, almuerzo y cena) y junto a la pared, sobre un bello mueble combinable, había equipos de cocina necesarios para preparar los distintos tipos de café, maldetadas, jugos y smoothies que se servían a todas horas. El lugar se adornaba con paredes color beige y detalles en color chocolate para resaltar, cuadros referentes a la industria del café colgaban en la paredes y sencillos pero bellos adornos se encontraban por todos lados. Bien, se veía muy bien, eso eran puntos a favor.— Ah, veo que traes papeleo — Comentó DongWoo al notar la caperta tamaño oficio que tenía el chico de cabellos castaño claro —. Estás preparado, eso es bueno — con su diestra dio una fuerte palmada sobre el hombro de ChanShik — Necesitas ir a ver a Margaret, pero no sé si haya llegado. ¡SunWoo!
De improviso, un sujeto con cabellera negra apreció detrás del mostrador. ChanShik estaba confundido, ¿cuánto tiempo llevaba ese tipo ahí? ¿qué se supone que estaba haciendo?
—Nuevamente te escondes para escuchar secretos de tus compañeros meseros, eh.
—Já, Já — Rió con sarcasmo el moreno ante el comentario del castaño — Sabes perfectamente que estaba limpiando.
—Bien por ti, querido amigo. ¿Ves a este chico de aquí? — Tomó de los hombros al más joven de los tres, posicionandolo frente a él — Será nuestro nuevo compañero. ¿No es lindo?
El sujeto de cabello oscuro le miró de pies a cabeza y viceversa. ChanShik, se sentía incómodo, ¿Que tenía que ver su atractivo físico con todo esto? Sabía que era lindo, siempre se lo han dicho, pero seguía sin comprender. Analizando bien, aquéllos dos tipos de extraño comportar tenían atributos físicos que podrían conquistar a cualquiera, ¿Será que los habrán contratado por eso? ¿Qué finalidad tenía trabajar ahí entonces?
—Sí, muy lindo — Respondió SunWoo limpiando uno de los vasos de vidrio que usaban para las malteadas —. Tendrá que ir con Margaret para hablar.
—¿Quién es esa Margaret que todos mencionan? — Inquirió el joven ChanShik, que seguía sin entender muy bien que ocurría en ese lugar.
Todo mundo mencionaba a Margaret, lo cual le hacía pensar que era la jefa del lugar. Sí, eso debía de ser.—Lo sabrás cuando la veas, amigo enchaquetado. SunWoo, dile por dónde ir.
—¿No me acompañarán?
—No queremos estar ahí cuando ella te vea — Respondió SunWoo, abriendo una pequeña puerta que daba acceso al otro lado de la barra — Pasa.
No muy convencido, ChanShik pasó de estar en la zona de los clientes a la zona de empleados. Esa barra que escondía una gran cantidad de vasos y platos era lo que separaba una zona de otra. Estando dentro, a su derecha, había puerta que conducía a un largo pasillo, se le indicó que caminara hasta encontrar la puerta de la oficina de Margaret. El problema era que a lo largo del pasillo había tres puertas de distintos colores; una naranja (situada al costado derecho), una verde (situada al costado izquierdo, metro y medio después de la puerta naranja) y justo al final del pasillo, una roja. ¿Regresar y preguntar cuál puerta era la correcta sería una opción? Quizás, pero decidió adentrarse por ese pasillo como si hubiera estado ahí antes.
Dispuesto a tomar el picaporte de la puerta naranja, esta fue abierta haciendo que ChanShik retrocediera un par de pasos. Detrás de la puerta anaranjada apareció una persona con una imagen bastante llamativa, tan peculiar como la de los dos sujetos que había visto hace un par de minutos. Parecía un pequeño muñeco de aparador con sus mejillas prominentes y aquél color de cabello extravagante; rosado.
Un paso a la derecha, un paso a la izquierda, nuevamente a la derecha. Queriendo pasar por el estrecho pasillo parecía que los dos desconocidos seguían la coreografía de un bello vals. Resignado a no poder pasar primero, el joven ChanShik decidió hacerse a un lado dejando al chico de cabello rosado continuar con su camino, quien solamente le sonrió llevando una mano a los alborotados cabellos del joven cuales despeinó más de lo que ya estaban.
La puerta narajan quedó abierta; baño, solamente era un baño. El siguiente objetivo era la puerta verde. En su aproximación al objetivo, por la mente de ChanShik no dejaba de rondar la imagen del cabello rosado, nunca antes había visto a un sujeto con tal color de cabello. Era extraño. Todos ahí tenían un toque extraño.
La puerta verde fue abierta; había encontrado la cocina. Tal como el pasillo, era una lugar con poco espacio para caminar. Artefactos de cocina, ingredientes, desayunos listos para servir en cuanto abran, refrigerador, lava platos, estantes, etc., casi todo lo que una cocina aceptable debería de tener, todo en un cuarto de 5×4 metros.—¿Puedo ayudarte en algo? — Cuestionó un chico desconocido, otro más. ChanShik no había notado su presencia, estaba distraído mirando la cocina.
Aquél sujeto era el que más le había llamado la atención de todos los demás. Su rostro era bastante atractivo; piel pálida, ojos pequeños, labios tentadores, sonrisa reluciente y cabello... ¿cabello morado? Al parecer la gente en ese lugar acostumbraba a pintarse el cabello de colores extravagantes.—Oh... Busco a...
—A Margaret — Interrumpió el sujeto de cabello morado antes de que el joven de cabello claro pudiese terminar su frase —. Todos buscan a Margaret — Añadió —. En la última puerta.
— Gracias — Agradeció ChanShik realizando una leve reverencia.
Aquél sujeto sonrió, le deseó suerte y continuo con su tarea de cortar vegetales. Se veía agradable, los demás igual, pero esa persona emanaba cierta simpatía difícil de ignorar.
Llegó por fin a la puerta pintada con un color rojo bastante llamativo. Se imaginaba a Margaret con una imagen igual de peculiar que las demás personas con las que se había encontrado anteriormente, o quizás era de esas personas súper mandonas que sólo quiere mantener la imagen del lugar a toda costa. Fuese como fuese, sin duda alguna le sorprendió al abrir la misteriosa puerta roja.