Capítulo 25.

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—¿Hoy lloverá? ¿Acaso algo loco le ha pasado a este ruin y desastroso mundo? —DongWoo admiraba con diversión una de las pocas escenas que en su vida ha podido presenciar —. JinYoung el cocinero y empleado ejemplar, llegando tarde y desaliñado.

—Silencio —ordenó JinYoung con la mirada cabizbaja y un humor que solamente podía lograr la combinación de no haber descansado la noche anterior y el escuchar los parloteos del DongWoo —. ¿Ya llegó ChanShik?

—Está en la cocina —respondió SunWoo —. Lo mandamos a lavar platos.

—Suerte para ti que trabajas escondido, sería algo irrefutable que las comensales te vieran así.

La voz de DonWoo se fue disipando conforme JinYoung se alejaba del comedor. Por su mente sólo pasaba el querer ver a su enamorado cuanto antes, admirar su belleza y sentir nuevamente esas inexplicable cosquillas.
Ahí estaba él, con las mangas de su camisa arremangadas, la espalda ligeramente encorvada, dorados y rebeldes cabellos estorbando en su frente.

—Buenos días, Chan —anunció el cocinero interrumpiendo el sonido del agua cayendo al fregadero. Se apoderó de las caderas de ChanShik en un cálido abrazo.

—Buenos días —respondió el mesero. Las manos de JinYoung en sus costados le hicieron estremecer —. Llegas un poco tarde.

—Lo sé, perdón si te han puesto a hacer mi trabajo. Deja esos vasos y mírame.

ChanShik giró su cuerpo entre los brazos del cocinero. La sonrisa que JinYoung sostenía sobre sus labios era la misma con la que había soñado la noche anterior, aún podía percibir sobre los propios aquélla suave sensación.

—¿Por qué me miras tanto? ¿Acaso quieres que te bese? —preguntó JinYoung con una coqueta mirada. ChanShik no hacía más que hacer gestos ante su falta de palabras, el cocinero adoraba ver ese nerviosismo en el bello menor.

—Claro que no, digo sí, digo... No es que no quiera que me beses, pero... ¡Ah! ¡Ya es tarde y pronto deberemos abrir!

JinYoung rió. Dijo no besarle más hasta que ChamShik estuviera del todo cómodo, se convenció a si mismo de que podría esperar, repitió en su mente toda la noche el momento cuando probó los labios del mesero por primera vez como si ello le fuese suficiente para estar tranquilo. A pesar de todo, sus deseos no podían ser reprimidos. Una fuerza más grande que su voluntad le atraían hacia ellos, sobretodo cuando el menor no intentaba negarse.

—Chan, eres tan bonito —susurró el pelinegro acortando la distancia entre ambos rostros.

Sus respiraciones se cruzaban y el palpitar de ambos se sincronizó en un ritmo acelerado. JinYoung dejó de pensar, ChanShik pensaba de más. La espalda del mesero se inclinó levemente sobre el lavabo mientras JinYoung aprovechaba la oportunidad para no dejarle escapar. El ambiente dentro de la cocina se volvió diferente, en ese pequeño cuarto se albergaban los sentimientos que los empleados transmitían en dicho beso.
El sonido de unos pasos aproximándose por el pasillo interrumpieron una escena que el cocinero esperaba perdurara por más tiempo. La distancia volvió a ser notoria. ChanShik alcanzó a esconder su rostro avergonzado cuando la alegre presencia de Margaret atravesó la puerta verde.

—¡Chicos! Aquí están. ChanShik, ya vamos a abrir, debes ir al comedor.

Cabizbajo como si acabaran de llamarle la atención, el mesero abandonó la cocina. Su actitud no pasó desapercibida ante la mujer de gafas y coleta alta. Margaret lanzó una mirada perspicaz hacia JinYoung, la sonrisa y brillo en los ojos de su primo le hizo sospechar.

—¿Qué le hacías al pequeño de ChanShik?

JinYoung sólo pudo reír.

—Nada que él no quiera.

∵∵∵

El número de clientas que asistieron a la cafetería esa mañana aumentó en comparación con las últimas semanas. Aún quedaba un par horas antes de que las puertas se cerraran al público y todo se volvió más tranquilo. JungHwan y SunWoo charlaban acerca de ir a comer saliendo del trabajo. Seguido la mirada del pelirosa se plantaba sobre el menor de los meseros, se le notaba un poco distraído y ensimismado en sus pensamientos.
ChanShik tenía su mente liada en asuntos acerca de su nuevo romance. Peleaba constantemente consigo por sentirse extraño al besar a JinYoung y a su vez querer pedir que volviera a darle la oportunidad de disfrutar ese momento donde todo pareció desaparecer. Discutía consigo mismo por esconder algo que nunca planeó esconder, no era justo para JinYoung y sin embargo aún no tenía las agallas para volverlo algo oficial, algo público. Se sentía un cobarde porque querer huir de los abrazos de JinYoung, de los besos y las ocasiones cuando le toma la mano. Aceptó los sentimientos de alguien aún sin estar convencido de los suyos. Era peor para él saber que JinYoung estaba consciente de ello y aún así permitiera en cierta forma que sus sentimientos fueran reprimidos por las inseguridades ajenas.
Nunca se había enamorado antes de un hombre, sabía que ello no estaba mal y se odiaba a si mismo por pensar tanto en lo que dirían los demás.

∵∵∵

Los días transcurrían de una manera habitual. JinYoung mantenía su perseverancia, lograba comprender las inquietudes de su conquista. Como si ChanShik fuese un niño pequeño, le guiaba a través de la relación que día con día se iba forjando entre ellos. Los besos se volvieron parte de la rutina mañanera. A escondidas dentro de la cocina, vigilando si alguien se aproximaba a la puerta, JinYoung probaba la dulzura de los labios de ChanShik, decía que ello le daba ánimos para iniciar un día laboral. El mesero se acostumbró a aquél suave tacto, disfrutaba de él, atesoraba esos segundos que parecían minutos, encontró la manera de acoplarse perfectamente a los labios de JinYoung. El cocinero estaba más que fascinado, ChanShik perdía su timidez e incomodidad. Pasaron a tomarse de la mano cuando salían por las tardes, ChanShik sonreía y ambos conversaban como si se tratara de una relación de años en la cual la confianza está por encima de lo habitual. Las miradas prejuiciosas de la gente eran bloqueadas por una barrera de felicidad y comodidad que el mesero había desarrollado.
Una mes y medio saliendo. Un mes y medio compartiendo sonrisas y miradas coquetas. Un mes y medio en el que JinYoung esperaba ansioso por la llega del día en que podrá presentar a ChanShik a sus conocidos como su nueva pareja, quería presumir de él con sus amistades y alardear sobre lo atractivo que era y aquélla personalidad que le encantaba.

Fuera de una tienda de cosméticos, en una plaza comercial, JinYoung esperaba sentado en una banca al más joven. ChanShik staba dentro del baño luego de haber tomado un litro de agua. Toda la noche anterior al día de la cita se la pasó meditando el cómo convencería a ChanShik de volverlo algo oficial, algo que puedisen revelar ante los demás sin problemas, quizás no a todo el mundo, pero sí a las personas más allegadas en el círculo de conocidos.
Los ojos de JinYoung fueron cubiertos. No tardó en averiguar quién era.

—Espero te hayas lavado las manos —comentó el pelinegro con una risa burlesca.

ChanShik bufó y tomó asiento junto al cocinero.

—Lo hice, no seas tonto, Jin.

—No lo soy —suspiró. Los nervios no tardaron en hacerse presentes —. Quiero hablar de algo importante contigo.

C a f f e i n e ; JinChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora