Capítulo 10.

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Cinco de la tarde.
Conforme pasaban los minutos, la desesperación de ChanShik iba incrementando. No podía esperar a que Miyu y MinSeon cruzaran el umbral de la puerta para poder contarles los últimos detalles y averiguar  si ellas han conseguido avanzar con su parte de lo acordado.
Sus pisadas se volvían pesadas y su concentración carecía de presencia. Estaba ansioso.
De vez en cuando SunWoo trataba de calmarle. La actitud descuidada que ChanShik demostraba no era conveniente en horas de trabajo.

—Muchas gracias —dijo una joven de cabellos largos y negros tras haber recibido la atención del atractivo joven durante la última media hora. Este sólo le respondió con una sonrisa casi forzada.
Además de su mil y un pensamientos, se le había encargado atender un par de mesas que le correspondían a JungHwan. El pelirosa fue enviado de urgencia al mercado pues se había acabo un ingrediente importante que JinYoung necesitaba para completar ciertos pedidos.
Sonreír constantemente y mantener un buen perfil ante sus comensales era algo cansado y agobiante. Los demás parecían manejarlo muy bien, pero para el joven novato era todo lo contrario.

—Tranquilo, ya verás que la tarde se irá volando —comentó el moreno con la intención de apoyar a ChanShik en sus momentos decadentes de energía.

—Es difícil trabajar en un horario de todo el día.

—Dímelo a mí —rodó los ojos mientras secaba con un limpióm los vasos recién lavados.

Tras tres años de estar en servicio, el estar laborando todo el día, para SunWoo y sus demás compañeros era algo de lo que podían sentirse dignos de poder lograr. Sí, era algo bastante pesado y seguramente a ChanShik le costará adaptarse. Buscar otro empleo era un opción en la cual no dejó de pensar la noche anterior, pero renunciar a los dos días de ser contratado no era una opción que el chico de cabellos claros quisiera tomar. Además, aún quería ser parte de la competencia y ayudar con la cuestión de atraer más clientes. Quién sabe y al final de la semana el empleo termine pareciendole algo divertido.

—Mañana en la noche los chicos saldremos a tomar algo, ¿No quieres venir?

—¿Alcohol?

SunWoo asintió. ChanShik no era un aficionado a beber y aunque quisiera, aprovechar el día libre para poder descansar era una idea que le agradaba más.

—No gracias —respondió el joven mostrando una sonrisa agradable a su mayor —. Prefiero dormir.

—Tomaremos a tu nombre —bufoneó el moreno.

Las puertas del local volvieron a emitir aquél sonido peculiar que con constancia se escuchaba a lo largo del día; clientas habían llegado. Esas personas que ChanShik tan ansiosamente estuvo esperando durante las últimas horas habían cruzado por fin, con unas escandolasas risas, el umbral de la puerta de entrada.
Con un semblante entusiasta, el joven mesero no dudo en acercase al par de chicas que con una mirada esperanzadora esperaban su aproximar.

—¿Y? ¿Siempre sí podremos volver a verlo?  —preguntó Miyu de inmediato.

Debido a los ojos brillos y los reiterados y pequeños saltos era más que obvio la inquietud por saber si sus súplicas al fin habían sido escuchadas. ChanShik no pudo evitar reír ante tales actitudes.

—Tomen asiento. Les contaré todo —dijo el mesero sin siquiera tratar de esconder su presente sonrisa burlesca.

Las dos chicas estuvieron escuchandole atentas, sin despegar la mirada de su servidor pues estaban encantadas con la idea que este dictaba y, como dato extra, el rostro del joven conforme le miraban cada vez les parecía más atractivo; el movimiento de sus labios, el parpadear de sus ojos en forma de almendra, el cómo los cabellos de la frente seguido eran removidos hacia un costado o hacia atrás. De a poco ChanShik  se ganaba la atención de tales clientas.

C a f f e i n e ; JinChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora