Margaret y JinYoung son primos. ¿Como pudo Margaret coquetear con su primo? Era algo que a ChanShik le parecía totalmente incorrecto. La única respuesta coherente sería que la interpretación de lo sucedido haya sido erronea. No, Margaret no parecía ser de esas mujeres. ¿Entonces de qué era lo que ambos hablaban en la cocina?
—¿Ya están los cafés? —preguntó SunWoo sacando a ChanShik de su nube de pensamientos.
—Ah, casi —respondió el chico de cabellos claros, algo despistado.
Dejó la primera taza sobre la barra, tomando una segunda para rellenarla de igual manera que la anterior. No fue tan difícil como él imagino. No fue nada difícil.
SunWoo posó por debajo de las pequeñas tazas un par de platos que hacían juego. JungHwan no tardó en acercarse y llevarse tales cosas. Las malteadas fueron a continuación retiradas por DongWoo, al igual que los platos que había traído ChanShik en un principio.—No me has contestado —protestó SunWoo. Se había cruzado de brazos y una seria expresión predominaba en su rostro —. ¿Por qué me has preguntado eso?
ChanShik balbuceaba. No se le ocurría excusa convincente, ni siquiera una excusa cualquiera. Se vería forzado a responder con la verdad o a no responder y quedar como un tonto, más tonto de lo que ya se sentía por haber tocado el tema en primer lugar. SunWoo esperaba paciente por una respuesta que jamás llegaría.
La puerta del local se abrió dándole la bienvenida a un par de chicas con vestimentas un tanto excéntricas, llenas de color y estampados. Era la señal para que ChanShik reaccionara y huyera del posible interrogatorio que le esperaba si no respondía pronto.—Tengoqueirme —anunció el joven con una rapidez nerviosa en sus palabras.
Con una obvia torpeza cruzó la barra y enfiló hacia la mesa de la chicas recién llegadas. Inmediatamente sonrió. La sonrisa era el factor que le permitía tener la confianza para atender todo tipo de personalidades.
—¡Oh! Mira, Miyu, un empleado nuevo —exclamó una de las dos chicas. Una de las ropas que más le destacaba era una camiseta a cuadros color morado con gris —. Es tan lindo.
—Muchas gracias, me llamo GongChan. Hoy yo seré quien les atienda —su voz tomó un rumbo improvisado hacia la dulzura —. Siendo sincero, es mi primer día. Perdón si llego a cometer alguna torpeza.
—Descuida, nosotras somos bastante torpes también —comentó la otra chica; Miyu. La mitad de su antebrazo derecho estaba cubierto por diversas pulseras de distintos colores, figuras y materiales.
—Entonces ya veremos quién comete primero alguna torpeza —agregó ChanShik.
Las chicas soltaron sutiles risas, al igual que el atractivo mesero. Ciertamente eran de las pocas clientas con las que fácilmente había hecho conexión desde un principio.
Algunas chicas se comportaban cohibidas. Ese tipo de personas eran clientes potenciales para JungHwan; su actitud alegre y algo infantil lograba que cualquiera entrase en confianza con él.
Otras eran bastante coquetas, le ponían nervioso. Ese tipo de chicas era mejor que DongWoo las atendiera. Lamentablemente los tres chicos no siempre se podían distribuir correctamente.
SunWoo eran más un chico neutral. En ocasiones algunas clientas se acercaban a la barra para platicar con él. Con gusto escuchaba, pero no siempre tenía opiniones.
—Ojalá tú no desaparezcas luego de unos días —dijo la chica de la camiseta morada con una mueca casi de melancolía. Su amiga le imitó.—¿Desaparecer?
—No lo tomes a mal —dijo Miyu —. Eres bastante lindo. Eres el segundo chico más lindo de aquí a nuestro parecer. El primero es uno que ya nunca volvimos a ver.