Capítulo 21.

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Suspiros enternecedores de las comensales invadieron el comedor durante las horas laborales. Las caracterizaciones de los meseros llamaban suficiente la atención para que una de cada seis chicas quisieran tomarse una fotografía con ellos para posteriormente subir las fotos a internet. No era posible rechazar publicidad gratis en las redes sociales.
El menor de los meseros se divertía con el ambiente entre las comensales que se formó durante la tarde. Una gran mayoría pidió que actuaran como los animales que representaban, incluso aclamaron por una mini obra totalmente improvisada; JungHwan se mostró torpe pero adorable, DongWoo embelesó de más su papel, SunWoo fue obligado a actuar y ChanShik solamente podía sonreír a tan descuidada obra. Le hubiera gustado que JinYoung actuara, sería su gran salvación, sería ese toque faltante para que la improvisación de un cachorro que se pierde fuera de la ciudad haya podido ser aún más divertida.

Las manecillas del reloj se movieron con velocidad hasta que llegó el momento de cerrar. Antes de iniciar con la limpieza, los meseros se reunieron al rededor de Margaret. Cálculos por aquí, por allá, números escritos en un orden que sólo la mujer de cabello anaranjado comprendía. Suspiró. Echó la cabeza hacia atrás sobre el respaldo de su silla y un suspiro de alivió fue expulsado de sus labios.
El comedor estaba en total tensión, se anunciaría al ganador de la competencia que se llevó a cabo durante la semana.

—Según los cálculos que hice cinco veces, los comentarios de nuestras comensales y recomendaciones... —acomodó las gafas que le resbalan por la nariz, su rostro se miraba con sueño al igual que los demás presentes —. JungHwan es el ganador.

La alegría triunfante que se manifestaba sobre la sonrisa del pelirosa alegraron incluso a ChanShik (que te prevista su derrota) y a SunWoo, aunque mantenía la idea de que las propuestas de su compañero eran infantiles. DongWoo se mostró sereno, aceptó su derrota a sabiendas de que el castigo no sería para él.
JungHwan recibió palabras de felicitación por parte de ChanShik y Margaret, los demás sólo se dignaron a sonreír.

—Cambiando de tema —añadió la mujer de gafas dando fin al gran momento del pelirosa —. La competencia fue buena, pero algunas cosas deberán cambiar.
»Ya no podemos seguir laborando tantas horas. Llevamos poco más de un año con este horario y las cosas no parecen funcionar. Esperemos que gracias a las fotos de hoy las chicas se interesen en venir y si solamente abrimos un determinado tiempo, en lugar de todo el día, su deseo de venir y asegurarse de que el lugar esté abierto sea mayor. Lo hablé con JinYoung y él está en acuerdo conmigo. No quiero que se maten estando todo el día aquí.

El rostro de los meseros tenía cierto toque indescifrable; aliviados, sorprendidos, disgustados, confundidos, o quizás todo en conjunto.
ChanShik corrió hacia la cocina.

No me gusta estar en casa. Prefiero estar cansado y todo el día fuera, que estar en casa sin hacer algo.

—¡Jin!

—Chan —sorprendido, JinYoung miró a su amigo jadeante y sosteniendo la puerta luego golpearle para abrirla —. ¿Qué te pasa?

—¿Es cierto lo que dice Margaret?

—Ah, sí...

—Jin —la velocidad de sus pasos era lenta, entre más cerca más se podía percibir su preocupación —. ¿Qué harás por las tardes? Dijiste que odias no tener algo que hacer.

—Ya veré con qué me entretengo. No te preocupes por mí. Llamaré a... Viejos amigos, si es que aún me quedan.

—¿Iremos mañana al cine?

—¿Todavía quieres ir?

ChanShik asintió con total seguridad. Su incomodidad paso a segundo plano, le preocupaba aún más el estado de su querido amigo. Saldría con él si eso le ayudaba a sentirse mejor.
JinYoung terminó enamorándose aún más del pequeño cachorro. Su única forma de agradecerle era brindándole una reluciente sonrisa.

—Por cierto, JugHwan fue el ganador.

—¿De verdad? Ya lo presentía —comentó el cocinero, manteniendo viva aquélla sonrisa que enmarcaba sus bellas facciones —. Ahora también deberé cocinar para él. Chan, no creas que dejaré de cocinar para ti.

—Jin, no. No tienes por qué hacerlo...

—Claro que sí. Recuerda que me gustas, y me encanta ver ese brillo en tus ojos cada que pruebas lo que cocino.

El rostro de ChanShik se iluminó con un tenue color carmesí. Presentir el calor en sus mejillas era una señal para bajar la mirada. Le apenaba que JinYoung le viese de esa manera.

—Tengo que volver al comedor —musitó, con la cabeza gacha se apresuró a querer salir de la cocina en un intento fallido pues parte de su cuerpo termino golpeándose contra la pared.

Carcajadas provenían de entre los labios del cocinero. La vergüenza de ChanShik se incrementó, ¿qué pensaría el mayor de su torpeza?

—Sería mejor si caminaras normal —dijo JinYoung entre risas —. No quiero que te lastimes.

El mesero asintió despareciendo por el pasillo. Cerca de sus compañeros evitaba tener cualquier tipo de contacto visual con ellos. Temía que vieran su rostro, su vergüenza, su sonrojo, su confusión y el querer regresar a la cocina para estar con JinYoung.

C a f f e i n e ; JinChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora