—¡Kyaaaa! —un agudo chillido aturdió los oídos de ChanShik al momento de abrir la puerta. No tuvo tiempo tan siquiera de reaccionar al respecto. Sin previo aviso una... No era considerada señora, pero tampoco tan joven como él, una mujer. Una mujer se abalanzó sobre él, impidiendo que se pudiese mover del todo bien —. Pero que bello chico apareció a mi puerta —vociferó. La mujer era linda, no bella, pero linda. Su cabello estaba teñido de una tonalidad anaranjada, lacio, largo y sostenido por una coleta alta dejando que dos delgados, muy delgados mechones de cabellos cayeran por los costados de su rostro. Su piel era totalmente pálida, labios sin maquillar, ojos solamente con rimel y pestañas rizadas. Usaba lentes color rojo, detrás de estos podían apreciarse unos pequeños ojos cafés. Su vestimenta era formal, pero no tanto, lo suficiente para lucir arreglada. Y esa mujer de cabello anaranjado y extremadamente empalagosa era Margaret; la tan mencionada Margaret —. ¿Qué te trae por aquí, hermoso chico de ojos encantadores? —le preguntó a ChanShik mientras tomaba de sus mejillas, cuales asió como si se tratase de un niño pequeño. El joven apenas pudo hablar debido a las molestas y pálidas manos que atacaban su rostro así que, para oírle mejor, sus mejillas fueran dejadas en paz —. Perdón, ¿qué dijiste?
—Que vengo en busca de trabajo —respondió ChanShik frotando la zona en que su piel fue estirada — Ayer me...
—¡Ah! Pensé que eras el tipo que venía a reparar el aire acondicionado —dijo, interrumpiendo la explicación del atractivo joven —. ¡Entonces vienes por trabajo! ¡Mejor aún! Pasa entonces —esbozó una amplia sonrisa. Entró al pequeño cuarto; su oficina, dejando que ChanShik pudiera pasar el umbral rojo —. Toma asiento por favor.
La pequeña oficina era bastante llamativa. Las paredes eran blancas y los adornos eran una combinación de diferentes colores, por extraño que suene, se veía bien. Un par de muebles con cuatro cajones escondiendo sabe qué cosas. El sillón tipo orejero en el que Margaret tomó asiento era color morado, y detrás de esta se situaba una ventana con persianas color blanco. Frente a el sillón, un escritorio aglomerado. Por último, el lugar donde tomó asiento el joven, era un sillón con aspecto similar al de la mujer de lentes, sólo que de color blanco.
—Así que vienes en busca de empleo —reiteró Margaret, entrelazando las manos por encima del escritorio. Quería ocultar su emoción, pero aunque tratara de esconder ese aspecto, era muy notorio.
—Sí. Me llamo ChanShik, Gong Chan Shik —contestó el chico de cabellos claros. Colocó la carpeta tamaño carta que cargaba consigo sobre el escritorio; esperaba que el papeleo le ayudase a obtener el empleo sin problema —. Ayer me encontré con uno de sus empleados y me confesó que durante un tiempo buscaban personal pero nadie pareció interesarse.
—Cierto, cierto —asintió Margaret, leyendo el contenido de la carpeta —. Por lo que veo aquí pareces un chico listo. Bien, ¿Qué te parece si hoy tienes un día de prueba? Si veo que lo haces bien te contrato —miró al atractivo joven con una afable sonrisa. ChanShik accedió. Margaret no parecía ser una persona rígida, mas bien era alguien con una personalidad un tanto melosa, pero estaba bien, parecía ser divertida —. ¡Perfecto! —profirió con alegría. Se levantó de la silla y el joven de aspecto rozagante le imitó, enfilando de regreso por el pasillo —. Te presentaré a tus compañeros y te diré lo que tienes que hacer.
"No hace falta que los presente" pensó ChanShik mientras se aproximaban nuevamente a la puerta verde, inmediatamente pensó en el sujeto de cabello morado, ¿seguiría allí? En definitiva no se equivocó. La puerta se abrió y ante sus ojos apareció aquella extravagante cabellera.
—¡Ah, JinYoung! Ya estás aquí.
—Desde temprano —dijo JinYoung sin apartar la mirada de lo que se encontraba preparando —. ¿Sucedió algo?