—JinYoung, tú te quedarás aquí.
El segundo y último día del plan de DongWoo había iniciado. El parque estaba más transcurrido de lo habitual y eso favorecía al mayor de los meseros.
—Bien, pero ChanShik se queda conmigo —respondió el chico de cabellera morada atrayendo a su amigo y tomándole por el brazo —. Sino me iré.
—Haz lo que quieras. JungHwan, SunWoo, ustedes vienen conmigo al otro extremo del parque.
Los chicos antes mencionados caminaron detrás de DongWoo lejos de sus compañeros restantes. JungHwan caminaba semidormido y SunWoo constantemente le sostenía por la espalda cuando se iba de lado o le desviaba del camino cuando corría peligro de estamparse contra algo o alguien.
—Tu predicción se cumplió. Los conoces muy bien —dijo ChanShik observando el curioso caminar del pelirosa.
—Son mi familia. Una rara pero muy querida familia —suspiró JinYoung —. Entre más pronto empecemos más rápido nos iremos de aquí, no cociné esas muestras para terminar desperdiciando.
ChanShik cargaba la muestras, espantando a cualquier mosquito que intentara aprovecharse de la situación. JinYoung jugaba con el cartel moviéndole como si bailara al ritmo de una canción que sólo en su mente sonaba. Según él, como si no bastara con el atractivo físico de ambos y su nada desapercibida cabellera, era para llamar la atención.
—¿JinYoung? —preguntó una voz femenina por detrás de ambos.
El cocinero le reconoció de inmediato al momento de voltear, esbozando para ella una sonrisa amigable y que expresara la sorpresa de verla.
ChanShik se preguntó si esa era la chica de la que su amigo le habló el día anterior.—¿Te gusta alguien?
JinYoung le miró fijo con una expresión seria. La incomodidad invadió el momento. ChanShik se arrepentió de haberle preguntado.
—Jin, yo...
Fue interrumpido por una repentina risa nerviosa de parte del cocinero.
—¿Quién me delató?
ChanShik suspiró aliviado.
—Margaret.
—Tenía que ser.
—¿Entonces sí?
—Claro que sí.
—¿Quién es?
Una nueva pausa se hizo presente.
Por primera y única ocasión JinYoung pensó que su amigo estaba haciendo demasiadas preguntas, las suficientes para no poder responder más.—¿Qué haces aquí? —cuestionó la jóven.
ChanShik le desconocía totalmente. Ella era bella, muy bella, con una silueta llamativa y sonrisa encantadora. No le sería extraño que su amigo se enamorara de alguien así.
—Me tienen de rehén moviendo este cártel para "promocionar" la cafetería.
—¿Aún les va mal?
—No tienes idea. Mira —asió a ChanShik de la muñeca, acercándole y situadonlo a su lado —. Él es ChanShik, alías GongChan. Es un nuevo mesero. También rehén.
La chica de nombre desconocido saludó con todo el respeto y formalidad que podía mostrar ante alguien como ChanShik, quien no dudo en devolverle el saludo.