—¿Por qué yo tengo que limpiar todo el comedor? —replicó el chico peli-rosa.
Las sillas habían sido levantadas y el mostrador de postres vaciado. Los vasos y platos sucios fueron llevados a la cocina y el mesero castaño cedía su tan preciada llave al adorable chico.
—Porque la semana pasada no te quedaste ni un sólo día, eso es deplorable y va en contra del código de compañerismo —respondió DongWoo —. Vamos, sólo tienes que barrer, trapear, limpiar la barra, el mostrador, el equipo para las bebidas, sacudir, sacar la basura, nada difícil.
—No es justo, es mucho para mí. JinYoung, ¿puedes ayudarme?
—Me gustaría, pero ya tengo suerte con limpiar la cocina. Si termino pronto, te ayudo —dijo el susodicho.
—¿SunWoo? ¿Tú te quedarás conmigo? —inquirió el chico de mejillas prominentes, mostrando un puchero que esperaba fuese suficiente para convencer a su compañero de asear el comedor con él —. Por favor.
—Tengo que ayudar a JinYoung en la cocina —revolvió los rosados cabellos de JungHwan, quien sólo respondió con un gesto de hastío —. Oye, yo tendré que quedarme toda la semana, lo tuyo no es tan malo.
El peli-rosa pataleó a modo de berrinche. Nadie estaba disponible para ayudarle. DongWoo se negaba a seguir limpiando luego de que la semana pasada JungHwan y SunWoo se escaparan de las horas de limpieza. Margaret tubo que salir unas horas antes debido a un problema con su madre.
Era mucho esfuerzo para alguien como JungHwan que con trabajo ya se había acostumbrado a la pesada jordana de trabajo hace un par de meses.—Yo te ayudo.
Aquéllas palabras parecieron ser cantadas por los mismísimos ángeles para el peli-rosa. ChanShik recién entraba al comedor con una sonrisa que demostraba lo poco que le importaba quedarse limpiando y las ganas de convivir más con JungHwan.
—Ves, ya no estarás solo —dijo el cocinero enjuto, acercándose al joven mesero que aún yacía parado junto a la puerta que daba al pasillo —. Si necesitas algo, estaré en la cocina —le susurró a ChanShik. Posteriormente, miró a SunWoo y le indicó con un ademán que le siguiera hacia la cocina.
DongWoo se retiró luego de asegurarse de que JungHwan prometiera no irse a dormir hasta que el comedor quedara totalmente limpio.
—Espera aquí —avisó JungHwan antes de desaparecer por la puerta que daba hacia el pasillo.
ChanShik se sintió extraño entre tanta soledad y el silencio que invadía el comedor. Era raro no sentirse constantemente observado por la clientas, regañado debido a su torpeza por DongWoo, yendo de aquí para allá con platos y vasos. Por primera vez desde que puso un pie en ese lugar, todo en completo silencio.
—Debería estar ahora en camino a casa.
Oía la voz de JungHwan cada vez acercándose más. Parecía gritar, o mas bien discutir con alguien, tal parece que era con los dos empleados que se encargaban de limpiar la cocina.
Entró el comedor con un balde lleno de artículos de limpieza. Será un noche larga, o al menos eso fue lo que ChanShik pensó.
El barrer, trapear y limpiar las mesas eran tareas que JungHwan le asignó al menor, ya se había ofrecido a quedarse hasta tarde limpiando con él, no quería dejarle encargadas las tareas más pesadas.—Gracias por quedarte —mencionó de repente el peli-rosa mientras limpiaba con un cepillo enjabonado los restos de comida que se habían quedado dentro del mostrador de postres —. Normalmente yo no limpio esta cosa, pero por lo que veo ya necesitaba una lavada.
—No es nada. Algún día me va a tocar limpiar, así me puedo ir familiarizando con esto.
—No es algo que tengamos que hacer por roles —respondió JungHwan al chico que se encontraba barriendo el suelo del comedor —. Por lo general DongWoo y JinYoung son los que se quedan. SunWoo y yo nos escapamos, cuando nos regañan es cuando tenemos que limpiar. Margaret también ayuda. Recuerdo una vez cuando llegué en la mañana encontré a JinYoung dormido sobre la barra, creo que fue el único que se quedó a limpiar esa noche, con la cocina y el comedor no pudo terminar a tiempo para irse a casa.