Capítulo XII.

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(NARRA ILIANA) 


- Me refiero, a no como amigos, como algo más - intenta explicarse mientras se pone muy nervioso, es tan tierno. Mi corazón se acelera. 

- Te he entendido - sonrío, y busco su mirada - ¿y tú? ¿Me quieres? - Necesito saber su respuesta. 

- Yo te lo he preguntado primero - ríe. Su puta risa. Me da la vida. 

Debato un rato, noto como él se tensa al verme pensar. 

- Sí - digo mirando a sus ojos mientras la comisura de mis labios se estira, y siento un gran alivio, por fin le he dicho que le sigo queriendo. 

Sonríe. No se que significa su expresión. Se acerca a mí, pero no dice nada. Ahora la que se tensa soy yo. 

- Me encanta cuando haces eso - dice mientra sonríe y me pone un mechón de pelo detrás de la oreja 

- ¿El qué? - jugueteo con mis dedos e intentando no cruzarme con su mirada 

- Ponerte nerviosa cuando me acerco a ti - no quita su sonrisa de la cara, está disfrutando 

- Yo no me pongo nerviosa - miento 

- ¿Y si ahora te beso? - se acerca más aun a mí. 

Dime que esto no es un sueño por favor, dime que voy a sentir sus labios sobre los míos. Dime que él me quiere como yo le quiero. Dime que va a estar ahí siempre. Dime que él va a ser mío y de nadie más. Dime que la vida me sonríe y está a mi favor. 

- ¿Y si te gusta y acabas enamorado? - contraataco, no voy a dejar que se divierta con esta situación, si él quiere jugar, voy a jugar. 

- Correré el peligro - sonríe y acaricia mi mejilla, me sonrojo. 

Cada vez se acerca más a mi, noto su respiración, oigo su corazón, late rápido, sonrío. Siento el calor de sus labios. No me a tocado y ya siento el zoológico en mi estómago. 

Sigo sin explicarme como hace este efecto en mí. Lo necesito tanto. Sin él no sería la misma, he aprendido tantas cosas con él. Por él haría cosas que jamás pensaba hacer por un chico, y eso me alegra, porque se que es él. Me he enamorado como una estúpida. 

(...) 

(NARRA JESÚS) 

Al final ayer no pude besar a Iliana, en ese momento llegó su hermano y tampoco pude decirle que la quería, pero creo que se podido hacer una idea. Hoy regresa a casa. Por fin desde hace meses me siento feliz, y todo gracias a ella. 

Estoy con mi madre preparando unas magdalenas ya que me he empeñado en que quería y mi madre para no sentirme más me ha echo caso. En ese instante suena mi móvil, me lavo las manos y me las seco a toda prisa. Cojo el móvil y miro la pantalla, sonrío: Iliana.  

(LLAMADA TELEFÓNICA) 

- Hola - digo con una sonrisa en mi cara 

- Buenas tardes Jesús Oviedo - está sonriendo - mis padres se van al centro y mi hermano a quedado, y como voy a estar toda la tarde sola en mi casa he pensado en ver una película - 

- Me parece buen plan, cuando acabe de ayudar a mi madre voy  - 

- Vale, hasta luego tonto - se despide 

- Hasta luego fea - 

(FIN DE LA LLAMADA) 

- ¿Quién es? - pregunta mi madre cuando asomo por la puerta de la cocina, sonríe 

- Iliana - llego hasta ella - me ha dicho que vaya a su casa a pasar la tarde con ella - 

- Me parece bien, anda tira, yo acabo esto - le doy un beso y salgo por la puerta deprisa 

Hace tiempo que no paso una tarde con Iliana. Me dirijo a su casa entusiasmado. Paro frente a su puerta y justamente está saliendo el hermano de Iliana, me saluda y sigue con su camino. Deja la puerta abierta para que entre. 

Entro al comedor y veo a Iliana acorrucada con cojines al rededor y una manta mientras ve la televisión. Me sale una sonrisa de tonto. 

- Siempre tumbada, vaga - me mira atenta - tu hermano a dejado la puerta abierta - digo adivinando su pregunta, me acerco y me siento en el sofá

- No soy vaga - me saca la lengua y se sienta - ¿qué peli vemos? - se levanta hacia el mueble y saca un montón de películas 

- Una de risa - digo sin pensar, la verdad es que me da igual la película, solo quiero estar con ella 

- Pobre de ti - dice metiendo el disco en el DVD, una vez puesto corre hacia el sofá y se sienta a mi lado, coge la manta y se tapa. Me mira y me tapa a mi también - hace frío - dice con obviedad 

- Pobre de mi ¿por qué? - la miro divertida 

- Cuando veo una película de risa me estoy riendo desde la primera tontería hasta la última - dice con fastidio 

- Me encanta verte reír - digo con sinceridad mientras la miro, ella me mira, pero deja de hacerlo rápido 

- Las palomitas - se levanta y va corriendo hacia la cocina, me levanto y voy tras ella. 

La veo de puntillas intentado coger algo de un armario alto, sonrío y me acerco. 

- ¿Qué quieres coger? - digo susurrándole en el oído detrás suya 

- Las palo...mitas - dice nerviosa, amo que se ponga así. Me encanta saber que se pone nerviosa por mí. Estiro mi brazo y cojo las palomitas. - Gracias - dice sonrojada. 

Echa las palomitas en un cuenco grande, coge dos coca-colas. Se acuerda que es mi bebida favorita. Corre hacia el sofá, deja todo en la mesa y se tapa. 

- Que frío hace, carajo - se queja 

Me siento a su lado. 

- Ven - levanto mi brazo, se queda mirándome - acércate - se acerca más a mi, dejo caer mi brazo a su al rededor y posa su cabeza en mi pecho. 

(...) 

- No me he enterado de la película por tu culpa - me quejo mientras llevamos las cosas a la cocina

- Te lo avisé - me señala con el dedo 

- Tienes razón - 

- Claro que la tengo - sonríe - ven - coge mi mano y me lleva hacia su habitación - mira - dice abriendo la puerta entusiasmada. 

Entro y su habitación está diferente decorada. Todas sus paredes están llenas de fotos de sus amigos y amigas. Incluso suyas y mías. 

- Mira, esto es lo mejor de la habitación - me coge de la mano y me tumba en la cama, ella se tumba a mi lado - mira - dice señalando el techo. 

No tardo en mirar, tiene una foto en tamaño póster XXL. Sale ella y yo, la estoy abrazando por detrás mientras le doy un beso en la mejilla y ella sonríe. Sonrío al recordar ese momento, estábamos con nuestros amigos en el lago. 

- Así cuando me despierte lo primero que vea es esa foto, cuando todo estaba bien. - Me mira - Cuando tu y yo estábamos bien - iba a responderla cuando se levanta rápido, rebusca algo en su armario - toma - me ofrece una camiseta que le dejé 

- Para ti, te queda mejor - se la vuelvo a dar, ella en respuesta me da un beso en la mejilla, se aleja cuando la cojo de la mano y la detengo. La empujo hacia a mí. Ella mira hacia todos lados menos hacia mí. Cojo su barbilla y hago que me mire. - Te quiero, nunca he dejado de hacerlo - sonrío - desde aquella vez que te vi en aquel viaje, supe que te quería - me acerco a ella - Estoy enamorado de ti - confieso. Rozo mis labios con los suyos, no aguanto más las ganas de besarle y lo hago. Sus labios y los míos encajan como la primera vez, como un puzzle. Todo mi cuerpo se estremece, necesitaba tanto besarla. Mi lengua pide paso, y ella no tarda en dármelo.  Nos separamos por falta de aire. Nos miramos y sonreímos. Me abraza. 

- Te amo - susurra en mi oído. 




Todo ha cambiado. |Jesús Oviedo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora