Las aventuras de Loxie

Capítulo 5

Una vez en casa de Marie, ella nos ofrece un té.

Nos dirigimos hacia una sala pequeña con nas paredes de madera decoradas con cuadros. En la sala hay un sofá y una butaca a cada lado de éste. Hay, también, una mesa pequeña de madera delante del sofá. Una chimenea se encuentra en la pared. Aun ser una sala pequeña y de madera es bastante acogedora. Está iluminada por velas en varias partes de la habitación.

-Bueno, ¿por qué habéis venido a visitarme?- pregunta Marie con curiosidad.
-Pues verás, necesito saber si tu podrías ayudarme a encontrar a mi hermana pequeña Sabby.
-¿Tienes una hermana pequeña?-pregunta Blake sorprendido.
-Sí, la raptaron hace 7 años, y desde entones la busco.
-¿por qué no me lo contaste?
- Porque no creí que te fuera a importar.
-Chicos que haya calma. A ver Loxie cuentame, ¿por qué acudes a mi?-dice Marie.
-Verás se que eres adivina y conociste a Sabby. He venido con la esperanza de que puedas ayudarme.
-A ver déjame que piense... Puedo intentar averiguar alguna cosa con mi bola de cristal.
-Sí, eso estaría bien...

Marie va a buscar su bola de cristal y regresa al poco tiempo.

-Es muy simple, ¿tienes alguna cosa de Sabby?- me pregunta. Claro que tengo una cosa de Sabby.
-Sí, aquí está.-le doy una especie de pañuelo que siembre usaba Sabby. Al verlo, al tocarlo me entran ganas de llorar, pero me aguanto para que no se preocupen, o eso me gusta pensar, también, para que no vean lo débil que puedo ser.

Marie coje la prenda. Se la enrolla en la mano. Y acerca sus delicados dedos a la bola. Ésta emite un gran resplandor de diversos colores. Es hermoso contemplar la escena. Marie entra en una especie de trance en que se le ve muy concentrada. No puedo esperar más. Necesito conocer la respuesta.

Pasan cinco, diez, incluso quince minutos y Marie sigue teniendo adivinaciones. Para de repente. La bola vuelve a su estado translúcido dejando de emitir vivos colores.

-Y bien...¿has averiguado algo?- le pregunto impaciente. Miro a Blake que ha estado contemplando la escena conmigo. Él está asombrado, con la boca abierta de la emoción por haber podido contemplarlo todo.
-Sí.