No podía dormir, tenía un exceso de sudor; me revolví en mi cama intentando dejar de pensar en cualquier cosa que haya comenzado a pensar pero fue en vano pues comencé a pensar en el uno, en el otro, en mi día, en todo.
Logré conciliar el sueño -a las 3:30am- y pude dormir. Me desperté como, con un poco de ansiedad, sueño y mi maldita gastritis. Me bañé busqué la ropa que había sacado el día anterior un jean ceñido a la silueta, una blusa azul claro y unas vans negras, agarré mi bolso y me dispuse a bajar antes de hacerlo me miré en el espejo me arreglé un poco la cara y el cabello. Mi cabello es como una cascada de chocolate, pues me llega hasta antes de las caderas; soy de contextura gruesa mi mamá siempre me dijo que soy curvilínea así que todos me dicen lo mismo y me agrada, En un par de meses cumpliré años -19 ¡ya casi cumpliré! -, siempre me he considerado una chica muy normal pero fuera de lo común para mi edad. Cuando bajé para desayunar me encontré con mi mama a medio vestir-como es habitual en ella- hablando con mi papa; saludé a ambos con un beso y un abrazo ¡Adoro la armonía familiar!
-¿Hoy si vas a desayunar?- pregunta mi mamá mientras miraba algo en su computador.
-Si mami, hoy sí. Tengo tiempo, además siento que será un buen día -Respondo sentándome en la mesa auxiliar que hay en la cocina.
-Siempre lo será si tú lo permites- agrega mi papá, asiento con la cabeza y comienzo a saborear el delicioso desayuno que María y Clara (las empleadas domésticas) habían preparado para mí. Nada complicado, cereales y huevos revueltos mi desayuno favorito.Termino de desayunar, lavo mis dientes y salgo a tiempo para coger la ruta que me lleva a la universidad. Llegué a tiempo a la universidad como es habitual en mí; me encontré con mis amigas y con Samuel, mi amigo de años. Lo saludamos y el al darme un beso en el cuello hace que me estremezca todita y sienta cosquillas donde no debería. ¡Rayos! Creo que esta sequía me está afectando muchísimo.
-Hola fea- Me saluda con gracia Samuel, mientras nos damos un fuerte abrazo.
-Hola torpe- Le respondo separándome de él y le doy un golpe, es por cariño.
Saluda a las chicas de manera afectuosa - ¿Dónde te toca ver clases ahora? - pregunta Leonora
-En un salón- reímos, su risa es tan hermosa y su sonrisa tan blanca y perfecta que no lo puedo dejar de ver. Debería comenzarme a controlar un poco cuando esté cerca de él. -Sabes no he dejado de pensar en lo que paso ayer antes de irnos.
Sonrió nerviosa y creo que lo nota, pues se acerca de nuevo y me da un beso en la frente -Les escribo cuando salga- y se va.
Puedo notar con mis amigas Leonora y Angie que se ubican a mi lado, contemplamos el hermoso trasero que tiene Samuel.
- ¡Que rico! - dice Ang, mientras Leo y yo nos miramos cómplices y reímos.
-Vamos a clase mejor- digo arrastrándolas al salón.
La clase pasa lenta como siempre -Historia del tiempo presente- me recuesto en mi puesto recordando paso a paso lo sucedido la noche anterior.
-No puedo evitarlo quería que pasara, pero fue inevitable, ya estaba motivada y lista para lo que sea que fuera a pasar, no me besaba, no lo bese no forzamos nada, solo dejamos que todo se diera. ¡Diablos! Porque me gusta tanto. ¿Sera que le gusto? ¿Me querrá para algo serio o solo para el rato? Seguimos trabajando, cuando me levante para ir al baño. No me sentía bien.
- ¿Estas bien? - preguntan desde el otro lado del salón y miro mi reflejo en la pantalla del celular ¡Mierda! Estoy pálida, ¿Por qué salió del salón? ¿Por qué de esa manera? Quizás estoy imaginando todo.
-Sí, estoy bien- salgo del salón y él me sigue. Me agarra del brazo y me encuentro con sus hermosos ojos seductores- ¡Estoy muy bien! Ya no te preocupes- Me suelto de su agarre, pero el chico es persistente y sigue mis pasos.
-Me preocupé, lo siento, estas un poco pálida- ¿Es notorio? ¡Ja! Yo no me pongo pálida, me pongo amarilla- Podemos parar mientras llegan los demás. – Asentí- Ven conmigo a casa, después de terminar aquí claro.
Sentí como me sacudieron y reaccioné, era Leo.
-Lore, te están buscando afuera del salón- me dice señalando la puerta, no veía a nadie, por lo que procedo a poner mis gafas. Ahora que lo pienso debí preguntar quién para evitarme las sorpresas.
¡Dios mío! Sorpresas...
- ¡Hola! - Digo nerviosa y me lanzó a sus brazos. Era Raúl. Dios, no puedo creer que este aquí. Lo adoro tanto.
-Hola pequeña- me correspondió el abrazo dándome un ligero beso en los labios, lo admito esa jugada no me la esperaba y no entendí el motivo por el cual lo hizo.
- ¿Que estás haciendo aquí? ¿Cómo sabes el número de mi salón? ¿¡QUE HACES AQUI? - Pregunte, claramente estaba muy intrigada. No sabía que estaba pasando, estaba en la universidad,
y no todos los días a una chica como yo la va a visitar hasta su salón de clases un chico como él, todo un prodigio del fútbol. Me sentía genial, así que lo vuelvo a abrazar. –Perdón por no quererte soltar. Hace mucho no te veía, y hueles muy bien- Rio junto a mi oreja y sí tiene la estatura perfecta para mí.-Gracias pequeña, y respondiendo a tus preguntas, me pasé al club de esta universidad-abrí los ojos como platos.
N-O-P-U-E-D-E-S-E-R, pensé mentalmente. Pero sé que las facciones de mi cara se tensaron. Verán, no es que no lo quisiera aquí en mi orbita ya me estresaría verlo todo el rato en la universidad relacionándose con los míos. Pues si no lo soportaba en el colegio creo que menos en la universidad, suena contradictorio, pero honestamente lo prefiero lejos de cualquier ambiente escolar, en este caso universitario.
Este es el comienzo de esta historia, píquenle a la estrellita. Es mi primer historia.
Si te gustaría que pasé algo en el transcurso de la historia comenta.
ESTÁS LEYENDO
En la U
RomanceLorena es una chica poco convencional, no tiene un cuerpo atletico, come por montones y le gustan muchas cosas que a las demas chicas de su edad no les interesa. Junto con sus amigas Leonora y Angie comienzan juntas una nueva etapa en la universidad...