Nada más llegar a la puerta de la dirección, la secretaria alta y guapa abrió la puerta y me dejó entrar en el despacho. Allí, se encontraba Kim, la directora. Ella hablaba por teléfono y con su dedo índice señaló la silla que había enfrente indicando que me sentase allí.
Lo hice y esperé de brazos cruzados. Aún no me olvidaba de la imagen de Kian de pequeño en mis recuerdos de mi séptimo cumpleaños. No podía creer que él hubiese ido a la clase de Bella y Mack, era... raro... casualidad.
-Sí, ahora la aviso, sí, está aquí -oí decir a Kim hacia la otra línea, entonces me alarmé. ¿Preguntaban por mí? ¿Y si había pasado algo grave en la familia? Kim debió ver mi preocupación al oír que hablaban de mí y quitó el teléfono de su oído para hablarme-. Tranquila Holly, ahora hablo contigo, debo avisarte de algo -asentí.
Esperé unos minutos hasta que Kim por fin colgó.
Ella dejó el teléfono y me miró con una sonrisa, alcé las cejas indicándole que hablase de una vez, la intriga me ponía nerviosa.
-¡Tengo buenas noticias! -exclamó con los brazos alzados.
-¿Y bien?
-Respetos, recuerda que soy la directora del internado -recordó señalándome con el dedo y asentí, divertida-. Bien, quiero avisarte de que el próximo fin de semana, es decir, este, iréis de visita a vuestras respectivas casas. Pero, el próximo fin de semana a este, iremos al Gentleman School y haréis la revancha, ¿de acuerdo?
Asentí, haciendo que no lo sabía. Pero días anteriores ya me lo había contado Kian cuando Christine llegó. Y la verdad era que tenía muchas ganas de ganar a aquellos chicos.
-Una pregunta, Kim -dije y ella asintió para prestarme atención, me removí nerviosa porque la pregunta que iba a hacer me iba a hacer parecer una acosadora como Nina y sus secuaces-. ¿A qué colegio fue Kian a los siete años? ¿En qué parte de la ciudad vivía?
-Uno; eso han sido dos preguntas. Dos; ¿por qué las preguntas?
-Bueno... es que acabo de acordarme de cuando conocí a dos buenas amigas, y en el recuerdo sale Kian. Yo cumplía siete años al igual que Mack y ella me recomendaba no juntrame con un niño llamado Kian que si bien recuerdo era rubio como su hijo -dije sin parar e inspiré y expiré al terminar.
Kim me miró unos segundos con los ojos entrecerrados y yo la miré con las cejas alzadas esperando que hablase, que me diese señales de que seguía viva.
-En resumen, dices que crees haber conocido a mi hijo con siete años -dijo ella en conclusión y asentí-. Contestando a tus preguntas... él fue al colegio La Profetisa hasta los diez años que fue cuando empezó sus cursos en el Gentleman School. Y él vivió en la parte del edificio John Hancock Center.
-¡Allí vivía yo! -exclamé sorprendida poniendo mis manos en mi pecho, ella frunció el ceño.
-¿Perdón?
-Que ahí vivo yo, en el piso número ochenta -informé rápidamente esperando que ella dijese algo similar.
-¿De verdad? Nosotros en el piso número sesenta y seis -dijo ella con una sonrisa, al saber que estuvimos tan cerca sin saberlo todo este tiempo-. ¿Eres la hija de George Woods?
-¡Sí! Me delata el apellido, Kim.
-Yo te conozco de antes -dijo ella con los ojos abiertos como platos-, tú eres esa niña, que siempre estabas rompiendo las cabezas de las muñecas de tu hermana mayor y tu padres te castigaban todo el tiempo. Tu padre trabajaba en el edificio, por eso vivís allí, ¿verdad? -asentí.
En conclusión; yo llevaba todo este tiempo al lado de Kian Grayson y no me había dado ni cuenta, como tan lista que era. Vivíamos a tan sólo catorce pisos en el mismo edificio y no me había dado cuenta. Kian Grayson me conocía de antes, y no me había dado ni cuenta.
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Internado de chicas
HumorHolly es la chica más traviesa del mundo. Después de incendiar su clase, rapar el pelo de su profesor de matemáticas, echar barro a su hermana y muchas cosas más... Sus padres deciden llevarla al "Ladies School". Pero, ¿y si Holly revolucionara aque...